“Conan ha muerto”. La frase, de letras azules, se recorta sobre un cartel blanco. Está pegada en un edificio en las inmediaciones del Congreso. El lugar no es casual: es la zona que eligió la CGT para hacer el primer paro contra el Gobierno de Javier Milei, en las jornadas previas a la votación de la ley ómnibus. Aquel día varios de estos afiches aparecieron por las paredes y se viralizaron rápido en las redes, alimentando la curiosidad que hay alrededor del perro fantasma de Milei. Detrás hay una historia que combina el arranque del nuevo gobierno, una de las frases más famosas de Nietzsche y la visión de un artista gráfico platense.
“Es que yo quería a Conan de ministro, tirando data desde el cielo”, explica Máximo Cerdá, diseñador en Comunicación Visual y profesor en la Universidad Nacional de La Plata. Más allá de la humorada, el autor de los afiches -que realiza junto a la imprenta “Cumbre”- apunta a lo que entiende como uno de los rasgos distintivos del arranque del nuevo gobierno: “Como opositor hay cierta desilusión de esa promesa de Milei de ir contra la casta y terminar con un gabinete copado por el PRO. Por eso parafrasea a Nietzsche: es el fin de una ilusión, de una creencia, vuelve la desilusión de la realidad a pegarnos en la cara. Es el fin de toda moral”.
El cartel, que se puede ver en varias calles de La Plata y de la Ciudad de Buenos Aires, es el último de una saga que arrancó Cerdá a mediados del año pasado, en plena campaña. “El primer afiche de esta serie es uno que hice 'el crimen del silencio', con una técnica de sobrerrelieve, que dialoga con una cita de Bertolt Brecht que habla sobre el costo de una elección y como pronunciarse en contra o no pronunciarse frente a un régimen especifico significa inevitablemente tomar partido”, cuenta Cerdá, que junto con Micaela Ibarrola tiene el taller "Minuto 81". Luego, días antes del ballotage, el artista realizó otro que decía “compro órganos - menores de 12 pagó más”, jugando con la idea de Milei de impulsar un mercado de estas características. La técnica que usa es la impresión tipográfica, con tipos móviles. “Así nació la imprenta. Retomamos el oficio de alguna manera, pero lo hacemos de una forma más artesanal, porque lo que buscamos es una producción artística”.
“Después ya con Milei electo hicimos el 'casta el que lee', en referencia a la histórica leyenda de 'puto el que lee': simplemente por el hecho de leerlo ya sos víctima del propio anuncio contra tu voluntad, ahí empieza el camino de la desilusión”, cuenta Cerdá, que luego llevó todo este trabajo a una muestra en La Plata, con la curaduría de la historiadora del arte Magdalena Pérez Balbi. El hecho de intervenir en la calle también es una decisión, con cierta pulseada al mundo digital donde Milei y sus seguidores suelen copar las redes. “Quizás se venga el fin de ciertas ilusiones, y la gente va a empezar a buscar realidades en las cosas que puede tocar, como la heladera, la góndola del supermercado, el hospital que ya no le da el servicio que le daba. Elijo creer que el mensaje en la calle cobra un mensaje más real que algo que puedas ver en las redes sociales. De ahí la importancia de ocupar la calle, algo que está en disputa hoy, cómo se construye nuevos sentidos. Creemos que los afiches dejan al menos una pregunta”.
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