Tras el contundente resultado electoral que fortaleció al oficialismo, Eduardo Feinmann celebró el apoyo social a Javier Milei, pero lanzó una advertencia tajante: el voto de confianza no implica un aval incondicional. El periodista analizó el mensaje de las urnas y lo tradujo con su estilo directo: “La sociedad le ha dicho al Presidente y al Gobierno: ‘Muchachos, la verdad nos va como el traste… ¿pero sabés qué? Te doy una nueva oportunidad. Te la merecés, es la última. A ver si ahora me empezás a arreglar un poquito más a mí las cosas… No te doy un cheque en blanco, te apoyo’”.
Para Feinmann, la contundencia del triunfo obliga al Gobierno a moderarse y enfocarse en resultados concretos. “Cuando tenés que demostrar que realmente tenés madurez es en la victoria, no tenés que agrandarte… Mi papá, mi abuelo, mis tíos me lo enseñaban: ‘si te va bien, no te agrandes’”, señaló, marcando distancia del tono celebratorio que caracterizó la noche electoral libertaria.
El conductor también apuntó al estilo de liderazgo que espera ver en esta nueva etapa: “Menos rockstar y más estadista, menos soberbia y más diálogo. No hay cheque en blanco, te doy otra oportunidad. Aprovechala, tomala y hacé todas las reformas que me prometiste. Me prometiste que vas a bajar los impuestos, que vas a hacer la reforma impositiva, que vas a hacer la reforma laboral, que vas a hacer la reforma del Código Penal. Vamos para adelante”.
Feinmann celebró que, según su lectura, la mayoría eligió estabilidad y continuidad, pero pidió abandonar la lógica del enfrentamiento permanente. En ese sentido, remarcó que el consenso no puede ser meramente discursivo: “Ahora se llenan la boca con la palabra consenso, me encanta. Ahora, no sirve el consenso de los que ‘escucho pero hago lo que yo digo’. Eso no va a servir. Si vas a consensuar, vas a ceder algo, el otro va a ceder algo, van a llegar a un acuerdo”.
Para el periodista, el resultado electoral abre una oportunidad política histórica, pero también exige responsabilidad. En su interpretación, Milei tiene margen para avanzar en su agenda, siempre que combine firmeza económica con contención y negociación política. La incógnita, a partir de ahora, es si el oficialismo logrará capitalizar el respaldo sin sobreestimarlo. La sociedad, advirtió Feinmann, espera resultados, no triunfalismo.














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