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POLíTICA | 15-05-2020 17:03

Dos represores se hicieron pasar por delincuentes comunes para salir por el COVID

Flores y Scali, torturadores del centro clandestino “Mansión Seré”, intentaron conseguir una prisión domiciliaria. Los frenó una ONG.

En plena pandemia hubo un tema que se instaló en todo el mundo y también llegó al país: qué hacer con las cárceles, que, en lugares como en Europa, demostraron ser uno de los principales focos de infección. En Argentina la polémica se instaló en torno a otorgar prisiones domiciliarias o no –en Buenos Aires la cifra oficial es de casi 500 liberaciones supeditadas a lo que dure la crisis sanitaria- y se generó un gran debate. Pero el asunto ahora toma otro color: según informó HIJOS, la organización de derechos humanos, hasta el momento ya solicitaron la excarcelación 137 culpables de delitos de lesa humanidad durante la última dictadura, y a 34 se la otorgaron. Sin embargo, Daniel Alfredo Scali y Julio Narciso Flores, dos represores condenados por la causa “Mansión Seré III” –hechos que llegaron al cine en “Crónica de una Fuga”, película que protagonizó Pablo Echarri-, alcanzaron otro nivel: quisieron pretender que sufrían condiciones insalubres de vida, como ocurre con delincuentes comunes en varias cárceles del país, para obtener el beneficio.

Es que ambos se ampararon en la figura de “in pauperis formae” (“en pobre forma”, en latín) para que sus abogados solicitaran su excarcelación. Ese término remite a pésimas condiciones de vida que pondrían poner en riesgo la salud de los detenidos. Sin embargo, como dictaminó luego el Tribunal Oral Federal de San Martín 5, esa pretensión es falsa. A raíz de la investigación judicial que comenzó cuando la “Asociación ex detenios desaparecidos Mansión Seré y Zona Oeste”, patrocinados por la ONG de abogados “Nace un Derecho” apeló a las pretensiones de los represores, se descubrió que:

  • En el pabellón que está detenido Scali, en la Unidad 31 de la cárcel de Ezeiza, no sólo no hay superpoblación –según el fallo, sólo está ocupada la mitad del lugar- sino que incluso el preso se negó a abandonar la celda que comparte con otro preso más para recluirse individualmente.
  • Con Flores, que está en la Unidad 16 de la Ciudad de Salta, la Justicia dictaminó algo similar: no sólo no se encuentra en riesgo su salud en la cárcel en la que está, sino que la Fiscalía considero que, de otorgarle la domiciliaria en la que compartiría hogar con su esposa, una señora mayor, tendría más riesgo de contagio tanto él como su mujer.

Scali, ex cabo de la Fuerza Aérea, y Flores, ex segundo cabo de la Fuerza Áerea, están condenados a prisión perpetua por delitos de lesa humanidad, en el marco de la causa “Mansión Seré III”, un centro clandestino de detención que funcionó en la última dictadura en el partido de Morón. Por allí pasaron centenares de personas que fueron torturadas y desaparecidas, y de hecho el lugar se llegó a convertir en uno de los centros de represión más importantes de la zona oeste del conurbano. El 24 de marzo de 1978 Claudio Tamburrini, Daniel Rusomano, Guillermo Fernández y Carlos García Muñoz lograron escaparse del lugar descolgándose desnudos y esposados desde una ventana del primer piso. Estos hechos fueron recreados en la película “Crónica de una fuga”, del director Adrián Caetano en el año 2006. “Personajes funestos como éstos que, lejos de encontrarse inmersos en la realidad carcelaria de hacinamiento y superpoblación que gobiernan las cárceles federales, y sin poder acreditar como se encontrarían mejor en sus domicilios, son quienes intentan sacar beneficios personales de la pandemia vigente y procurando burlar -más aún- a sus víctimas y al sistema de justicia”, dice el comunicado que emitió “Nace Un Derecho”.

 

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Juan Luis González

Juan Luis González

Periodista de política.

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