El relato libertario sobre la política de Defensa nacional y la gesta de los cazas F-16 adquiridos por una millonada de dólares empieza a hacer agua. Porque, uno tras otro, cuatro soldados se quitaron la vida en los últimos días por las condiciones humillantes a las que el Gobierno los redujo con su motosierra. El primero de ellos, incluso, fue encontrado muerto en la Quinta de Olivos, donde debía vigilar el perímetro. Estaba endeudado en más de 2 millones de pesos, cobraba muy poco y dejó una carta de despedida. Según la reconstrucción de la Justicia, se disparó con su fusil FAL pasadas las 5 de la madruga y nadie escuchó el estruendo de esa arma más bien ruidosa. Lo hallaron recién después, advertidos de su ausencia.
El drama de los uniformados que se suicidan al mismo tiempo que el Gobierno hace alarde de sus nuevos chiches bélicos es difícil de justificar. Porque, así como Javier Milei y compañía festejan como un éxito el ahorro forzoso aplicado a las fuerzas armadas y al resto de la sociedad, en simultáneo gastan barbaridades en las compras del Ministerio de Defensa. Un caso ya mencionado es el de los F-16 tan celebrados, por los que la Argentina le pagó a Dinamarca la suma de 301 millones de dólares, pese a que son los mismos cazas que el gobierno de Colombia rechazó tiempo atrás por obsoletos, y pese a que Rumania se los compró por el valor simbólico de 1 euro a Países Bajos, que no quiso cobrarlos más caros por su evidente antigüedad.
A la par, otra adquisición polémica de la administración de Luis Petri -el ex ministro que anda a los saltos y abrazos con Milei cada vez que coinciden en un acto- es la de los tanques Stryker que los Estados Unidos nos dejó en US$ 100 millones por 27 unidades. El problema es que Polonia consigió los mismo blindados y del mismo comprador por 1 dólar cada uno, gracias a un convenio militar con Washington. ¿Le gusta pagar de más a nuestro ex ministro de Defensa? ¿Lo engañan fácil?
Ese es, en todo caso, uno de los dos costados del asunto. El otro es que lo que gasta de más en cazas y tanques no intente ahorrarlo en los sueldos de los soldados.














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