El asesinato del detective José Luis Gómez, perteneciente a la División Homicidios, en Lanús, ha intensificado el cruce entre Jorge Macri, jefe de gobierno porteño, y Axel Kicillof, gobernador de la provincia de Buenos Aires, en torno a la seguridad y el rol del Estado para combatir la creciente ola de violencia en el conurbano bonaerense.
Macri, al anunciar que recomendará a los policías de la Ciudad que viven en la provincia que usen chalecos antibalas al regresar a sus hogares, lanzó duras críticas hacia la gestión de Kicillof. “No hay en la provincia de Buenos Aires una decisión política de enfrentar el delito. No veo un gobernador preocupado por esto. Este no es un tema que esté en la agenda de Kicillof. Hay mucha orfandad y un avance de bandas, de organizaciones, y de narcotráfico”, disparó el mandatario porteño.
El asesinato de Gómez, de 48 años, lo convirtió en el policía número 12 muerto en territorio bonaerense en los últimos cuatro años, lo que Macri utilizó como argumento para subrayar la gravedad de la situación. “De los últimos 13 policías de la Ciudad muertos en servicio, 12 fueron asesinados en la provincia de Buenos Aires, yendo o viniendo de sus casas. Eso demuestra lo que está pasando en la provincia”, afirmó, insistiendo en la necesidad de proteger a los oficiales porteños que residen en el conurbano.
El jefe de gobierno destacó que en los últimos nueve meses los enfrentamientos entre policías de la Ciudad y delincuentes en la provincia se triplicaron. Según datos del gobierno porteño, de los 148 enfrentamientos armados registrados hasta agosto, 123 ocurrieron en la provincia de Buenos Aires, con un foco en distritos como La Matanza, donde la violencia es constante.
Por su parte, Kicillof ha optado por no responder directamente a los dichos de Macri. Sin embargo, en recientes declaraciones, el gobernador subrayó los desafíos que enfrenta la provincia en materia de seguridad, en especial tras los recortes presupuestarios atribuidos al gobierno nacional encabezado por Javier Milei. En un acto en San Isidro, Kicillof hizo énfasis en la falta de fondos federales para seguridad, afirmando que, pese a ello, la provincia sigue sumando patrulleros y efectivos.
Días antes, en una visita a Olavarría, Kicillof había expresado que su gobierno no se limita a “frases impactantes en redes sociales”, en clara alusión a los ataques mediáticos, sino que lleva adelante un trabajo serio en materia de seguridad, con una inversión sin precedentes en equipamiento, formación y personal.
El enfrentamiento entre ambos mandatarios refleja la polarización política entre la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires, y el tema de la seguridad se ha convertido en un campo de batalla donde ambos buscan diferenciarse en sus estilos y prioridades. Mientras Macri denuncia lo que considera una desidia en la gestión de Kicillof, el gobernador bonaerense defiende su enfoque y critica la falta de colaboración del gobierno nacional, en un contexto de creciente inseguridad que afecta a miles de bonaerenses.
por R.N.
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