El progresismo es el mayor agujero negro en la carrera, médica y política de Juan Manzur, el flamante jefe de Gabinete propuesto por la propia vicepresidenta Cristina Kirchner. Elizabeth Gómez Alcorta, ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad de Argentina, lo había denunciado en 2019 por impedir deliberadamente el derecho al aborto de una niña de 11 años víctima de abuso sexual. Y ahora lo tiene de jefe.
Asumir le valió cascotazos del feminismo en su más amplio espectro, pero en la práctica primó cierta resignación de las propias. El horno no estaba para bollos. La ministra de las Mujeres sufrió la salida de una de sus funcionarias de más alta confianza, Cecilia “Checha” Merchán, que en su renuncia advirtió que “se vienen nuevos tiempos”.
Los colectivos de Actrices y Periodistas Argentinas publicaron sendos comunicados en repudio al nombramiento, aludiendo a su raigambre anti derechos femeninos. Alcorta dijo que “volvería a hacer lo mismo, siendo o no ministra y sea quien sea que esté involucrado”. Por lo pronto, el bastión feminista del Gobierno no piensa ceder pista. Será uno de los desafíos más intrincados en el camino de proyección “Juan XXIII”.
por R.N.
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