Thursday 18 de December, 2025

POLíTICA | 11-11-2025 13:03

Juicio por la Causa Cuadernos: "Se robaban entre ellos"

En Border Periodismo, el periodista Daniel Seifert citó al fiscal Stornelli sobre la Causa Cuadernos: los acusados “se robaban entre ellos”, entre bolsos modificados y “mexicaneo” dentro del circuito de coimas.

En una nueva instancia del juicio por la Causa Cuadernos, la trama de supuestos sobornos que sacudió al kirchnerismo vuelve a exponer su costado más crudo —y en algunos momentos, insólito—. El periodista Daniel Seifert, en el canal Border Periodismo, repasó fragmentos del expediente y reveló detalles inéditos sobre cómo se movía el dinero, citando textual del fiscal Carlos Stornelli: los protagonistas de la red de corrupción “se robaban entre ellos”.

El término que utilizó el fiscal en el expediente fue claro: había “mexicaneo” dentro del esquema. Es decir, no solo se trataba de funcionarios y empresarios involucrados en el pago y traslado de coimas, sino que entre los propios participantes del circuito existían desconfianzas, trampas internas y maniobras para quedarse con una parte del botín sin que los jefes lo notaran.

Según el relato, el circuito de recaudación y entrega de bolsos incluía paradas clave: el edificio de Juncal donde vivía el matrimonio Kirchner, la Quinta de Olivos y la Casa Rosada. Se hablaba de cifras millonarias trasladadas en distintos vehículos y hasta en aviones oficiales rumbo al sur del país. Los montos eran tan grandes que, relata Stornelli, resultaba “imposible contar los billetes con la maquinita”; por eso, quienes recibían el dinero “contaban bultos, no billetes”.

La codicia escaló a tal nivel que algunos implicados tomaban precauciones para aprovechar la desprolijidad de la logística. “Mandaron a hacer bolsos más chicos para quedarse con una parte y que no se den cuenta”, cuenta Stornelli. También se registraron robos dentro de casas de ex secretarios, como el de Fabián Gutiérrez y Daniel Muñoz. Ante cada episodio, se cavaban pozos en los jardines y se rompían paredes buscando dinero escondido.

El expediente también conserva escenas que rozan lo absurdo. Seifert mencionó diálogos registrados entre el chofer Oscar Centeno y el ex funcionario Roberto Baratta, donde la tensión económica personal se filtraba entre millones. “Yo por mi sueldo no arriesgo la cabeza”, habría dicho Centeno. Y en otro pasaje, casi irónico, el chofer se sinceró: “Acuérdense un poquito de los pobres. Nosotros también puchereamos”. La respuesta no se hizo esperar: Baratta, según el expediente, le regaló un bolso vacío.

La causa avanza, los testimonios se acumulan y el juicio promete seguir revelando detalles sobre la maquinaria de corrupción más resonante de las últimas décadas en Argentina. Pero la frase de Stornelli ya quedó para la historia judicial argentina: “Se robaban entre ellos”. Una postal perfecta de un sistema donde la corrupción, incluso entre socios, no reconocía límites.

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