Thursday 2 de May, 2024

POLíTICA | 29-08-2023 06:58

La grieta de los saqueos

El Gobierno y la oposición se cruzaron por los robos a comercios. Sociología de un fenómeno latente y con dramas estructurales.

Las definiciones que se utilizaron fueron muchas y variadas: “saqueos”, “robos piraña”, “ataque a comercios” y hasta la imputación legal “robo en poblado y en banda”. Cada protagonista de la actualidad política eligió una descripción diferente para explicar los acontecimientos de la última semana donde se vieron a distintos grupos de personas que entraron a comercios y se llevaron todo lo que estaba a su paso. La imagen fue un recuerdo latente de los saqueos del año 2001, que acompañaron el fin de la Convertibilidad.

Esta vez se multiplicaron en diferentes provincias. Comenzaron en Córdoba y Mendoza, durante el fin de semana largo, y luego se dispararon por Chaco, Neuquén y Río Negro, y tuvieron su explosión máxima en el Conurbano bonaerense el martes 22. Aquella noche, el ministro de Seguridad de la Provincia, Sergio Berni, convocó a una parte importante de la policía para evitar los saqueos. 

Grieta

La política volvió a convertirse en un todos contra todos a partir de los saqueos. Sergio Massa, desde los Estados Unidos, dijo que se trataba de delitos que iban a ser investigados e incluso incentivó a los comerciantes a denunciarlos para poder acceder a una ayuda “no reembolsable” de hasta 7 millones de pesos para que puedan reponer la mercadería robada. La idea de quitar la palabra “saqueo” y enmarcar los hechos como un delito busca evitar que se asocien los robos a la desesperación por la crisis económica y se los atribuya, en cambio, a bandas de delincuentes que roban por placer y no por hambre. 

Gabriela Cerruti

En una vuelta de tuerca más extensa, la vocera presidencial Gabriela Cerruti primero acusó que se trataba de “imágenes falsas”, de saqueos anteriores, y luego dijo que era “una operación armada por la gente de Javier Milei que tiene como objetivo generar desestabilización”. También acusó a Patricia Bullrich. Milei le respondió y dijo que el comentario de Cerruti era “una cuestión de proyección: ellos tienen alguna experiencia en este tipo de de operaciones de armar saqueos para voltear gobiernos”. Las acusaciones sin pruebas fueron moneda corriente en estos días. 

El gobernador Axel Kicillof habló el miércoles 23 y dijo que habían detenido a 94 personas y que los saqueos se habían empezado “a fomentar con falsas denuncias en redes sociales”. Patricia Bullrich apuntó contra el líder piquetero Raúl Castells. “Si él dijo: yo fui el que saqueó, que la policía lo vaya a buscar, que actúe un fiscal, porque a confesión de parte, relevo de pruebas, él mismo lo está diciendo”, afirmó. 

Berni y Kicillof

Los saqueos en Argentina están dentro de lo posible. Es una realidad con la que se convive y un fenómeno que se reaviva en cada etapa de crisis. Los hubo en 1989 con la hiperinflación, luego en la crisis del 2001, después en el 2012 y el 2013. Y en todos los años en que no hubo saqueos, igual se los esperó.

Miradas

Los historiadores Gabriel Di Meglio y Sergio Serulnikov escribieron el libro “La larga historia de los saqueos en Argentina, de la Independecia a nuestros días”. Recuerdan un episodio revelador sobre cómo la política llegó a naturalizar el fenómeno. “El primer día hábil de 2017 apareció en el diario Clarín un breve recuadro titulado ‘Controles, diálogo y plata fresca, la receta para un fin de año sin saqueos’. Informaba que funcionarios del gobierno de Mauricio Macri admitían haber repartido unos 10 mil millones de pesos a intendentes, 'jefes piqueteros' y organizaciones sociales del Conurbano bonaerense como 'un seguro' –así lo definieron– para evitar desbordes sociales”, escribieron los historiadores y luego reflexionaron: “Lo sugestivo de la noticia es menos la negociación, que en efecto garantizó un fin de año sin incidentes, que el hecho de que los saqueos, o la amenaza de saqueos, se hubieran convertido en un componente más de la conversación pública sobre la asignación presupuestaria y el orden social”.

Saqueos

La decisión del macrismo de tapar de billetes a los movimientos sociales pensando que así evitarían conflictos pudo haber sido una política errada si se mira desde el prisma del investigador del Conicet, Francisco Longa, autor de “Historia del Movimiento Evita”. Longa sostiene que en el 2001, en los municipios donde había movimientos sociales se reducía la posibilidad de que se produjeran saqueos, porque la misión de organizaciones como el Movimiento Evita es contener a ese ciudadano para que no se una a una turba que va a robar por hambre. 

Saqueos

¿Por qué los saqueos son posibles? La socióloga e investigadora del Conicet, Mariana Heredia, especialista en temas de desigualdad, toma esta temática como un tema central entre las variables estructurales de la Argentina. “La desigualdad sumada a la pobreza son condiciones estructurales de Argentina que, durante los periodos de alta inflación, estallan en forma de saqueo”, sostiene. “En el mundo hay desigualdad, hasta en Noruega hay desigualdad, pero la diferencia con regiones como la Argentina es que a esa desigualdad se le suma una pobreza muy grande que empeora el cuadro”, sintetiza.

Desde historiadores hasta sociólogos entienden que el de los saqueos es un fenómeno complejo y que debe abordarse desde distintas miradas. Mientras tanto, en la política solo atinan a culparse unos a otros.

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Rodis Recalt

Rodis Recalt

Periodista de política y columnista de Radio Perfil.

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