Wednesday 1 de May, 2024

POLíTICA | 18-04-2024 10:09

Mario Russo, entre el dengue y el fuego amigo

Estuvo en todos los gobiernos. Por la crisis del dengue lo obligaron a levantar el perfil.

Además de los problemas sanitarios por la explosión del dengue, el ministro de Salud, Mario Russo, también tiene otros problemas. El primero y principal es su salud personal, por la que tuvo que abandonar su cargo en la empresa AySA, cuando trabajaba allí junto a Malena Galmarini. En 2022 lo operaron del corazón y pidió licencia, pero nunca más volvió. 

Los inicios políticos de Mario Russo se remontan al 2001 cuando inauguró el Servicio de Cardiología del Hospital Polo Sanitario de Malvinas Argentinas, durante la gestión de Jesus Cariglino. En ese entonces era el coordinador del Servicio de trasplante cardiopulmonar pediátrico del Hospital Italiano y también Jefe de Unidad Coronaria FLENI, es decir que dedicó su carrera a los cuidados del corazón. 

El salto final a la gestión pública se dio en 2009 cuando lo nombraron Secretario de Salud de la Municipalidad de San Miguel, cuando el intendente era su amigo Joaquín De la Torre. En diciembre de 2015 dio el salto al macrismo de la mano de Ramiro Tagliaferro y se convirtió en el Secretario de Salud de Morón. En aquel cargo duró apenas 10 meses, porque en octubre de 2016 lo convocaron para diferentes roles en el ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires. Cuando María Eugenia Vidal pierde la elección, abandona el macrismo y se pasa a la escudería de Sergio Massa, a quien ya conocía desde sus años en el municipio de San Miguel –en 2013 aportó a su campaña para diputado nacional–.

Durante la gestión de Malena Galmarini en AySA, Russo fue designado como director de Asuntos Gubernamentales, un rol en el que le tocó articular acciones sanitarias durante la pandemia del COVID-19 y donde trabó un buen vínculo con Carla Vizzotti, a quien volvería a ver durante la transición de gobierno a fines del año pasado. 

La salida de Russo de AySA no fue de lo más armonioso de su carrera. Luego de pedir licencia médica por una intervención quirúrgica, Galmarini le habría dicho que no se apure en volver, que se recupere tranquilo y que su silla lo estaría esperando. Russo insistía en renunciar, pero Malena insistía en esperarlo. Al final, tomó la firme decisión de dejar su cargo en 2022.

En todos sus años dentro de la política, Russo jamás perdió su vínculo con Joaquín De la Torre, quien lo volvió a convocar en 2023 para formar parte de los equipos técnicos de la campaña presidencial de Patricia Bullrich para la Provincia de Buenos Aires. Pero el rumbo de la historia lo llevó a tierras libetarias y hoy es el Ministro de Salud de Javier Milei que lo tuvo en el centro de la tormenta durante el brote de dengue.

Russo no solo contó con la recomendación de De la Torre y Bullrich para hacerse cargo del ministerio, también tuvo otro padrino de la industria de la salud: su tocayo, el empresario Mario Lugones, presidente de la fundación Sanatorio Güemes. Lugones es, además, padre de Rodrigo Lugones, un ex Duran Barba boy, amigo del súper asesor Santiago Caputo, que hoy tiene fuerte influencia en el Gobierno de Milei.

En cuanto a la crisis por el dengue, Russo recibió críticas de diversos sectores y, según él, estuvo “cuatro días en cadena nacional” porque lo aprietan “los laboratorios, los medios y la casta”. Luego de más de un mes de silencio, decidió hablar y dio entrevistas en diferentes medios, algo que había prometido no hacer y que incluso avisó en jefatura de Gabinete. “Yo no quiero dar entrevistas”, fue la condición que había puesto para aceptar el cargo de ministro. En el Gobierno no tuvieron mayor problema en ese momento porque ya estaba previsto que el único vocero del Gobierno iba a ser Manuel Adorni, pero las diferentes crisis fueron empujando a los ministros a dar la cara. 

El Gobierno tiene apuntado al laboratorio japonés Takeda, propietario de la vacuna contra el dengue, como uno de los motorizadores de ese lobby que presionó a Russo, pero Russo no dio nombres. En el Gobierno afirman que Takeda presiona al ministro para que incluya la vacuna en el calendario obligatorio para así asegurarse un suculento contrato.

Otra explicación que circula es que Russo está siendo víctima de fuego amigo y que los principales detractores del ministro no están fuera del Gobierno sino dentro y que presionándolo a él, están atacando a sus padrinos. En ese caso, la siguiente pregunta que surge es: ¿a quiénes buscan atacar? Los posibles destinatarios son De la Torre, Bullrich o Mario Lugones. Como se está viendo, el Gobierno está entrando en un complejo período de internas. 

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Rodis Recalt

Rodis Recalt

Periodista de política y columnista de Radio Perfil.

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