La relación entre padres e hijos desata sentimientos encontrados: amor, competencia, rivalidad, admiración, rebeldía, todo es parte del universo en el que especialistas de la talla de Sigmund Freud bucearon para encontrar respuestas sobre ese difícil vínculo. Según Freud, la pulsión del hijo es “matar” al padre, superarlo. Algo que en los casos de Pablo Moyano y Máximo Kirchner está lejos de suceder. ¿Cómo encontrar su propio camino con padres tan omnipotentes?
El psicólogo Joaquín Pichon-Rivière explica: “Crecer a la sombra de un árbol muy grande hace al otro árbol más chiquito. Crece mal. Cuando el hijo sale de esa sombra que lo protegía, no encuentra argumentos”. Para Pichon-Rivière, además, hay una clara diferencia entre el sector privado y el público porque en este último los cargos a menudo se obtienen gracias al apellido. “No es lo mismo la meritocracia del sector privado que lo feudal del Estado. Eso es peor que heredar, es el nepotismo. Pasa con Pablo Moyano en la CGT y con Máximo Kirchner en el PJ bonaerense, donde encontró severas resistencias porque, para los peronistas, estaba ocupando un lugar que, más allá del apellido, no le correspondía”.
La psicóloga y escritora Beatriz Goldberg analiza: “Es muy difícil ser 'hijo de'. Para entrar es fácil, pero después hay que demostrar, ganarse el lugar. Y eso se hace complicado cuando hay un padre muy omnipresente, muy fálico. Pasó con Ricardito Alfonsín, que se ponía los trajes del padre, ¿se acuedan? Era igual en lo físico, pero no estaba a a la altura”. Para Goldberg, una de las formas de “matar” al padre, que no exploraron Pablo Moyano ni Máximo, es recorrer un camino distinto al que les fue trazado. “Máximo está en política porque es el hijo de los Kirchner y Pablo está en la CGT porque se llama Moyano. Es lo que les dictaron, lo que sus padres esperan de ellos. Pero hay casos como el de Macri, por ejemplo, que a su manera pudo superar al padre porque fue presidente. Se fue de la empresa familiar e hizo su propio camino, primero en Boca y después en la política”.
por R.N.
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