Se estrenó el nuevo Carta Abierta y generó polémica entre intelectuales

Las similitudes con Carta Abierta son muchas: desde las iniciales del nuevo nombre a los protagonistas, pasando por el espíritu de acompañar al Gobierno desde sus áreas; pero los intelectuales que formaron Comuna Argentina, el flamante colectivo donde se reunieron filósofos, docentes e investigadores del Conicet, aseguran que esta vez tendrán una mirada “crítica”. Los que quedaron afuera dudan. Y la polémica ya comenzó en las redes sociales.

Según el manifiesto de Comuna Abierta, ayudará a la “reconstrucción de un Estado que pueda recuperar su autonomía ante poderes económicos y políticos”. “Nuestro interlocutor es especialmente el gobierno nacional, a quien interpelamos críticamente”, le contó a Página 12 Rocco Carbone, uno de los intelectuales que se convirtió en un motor fundamental del nuevo colectivo.

A través de zoom, por los impedimentos que genera la cuarentena, Horacio González, Atilio Borón, Stella Calloni, Ricard Forster, Dora Barrancos, Jorge Alemán, Mercedes Barros y Alberto Kornblihtt, entre otros, comenzaron a intercambiar opiniones. Y a pesar de su intención de ser críticos, ya definieron que su mirada ideológica “recupera muchas tradiciones intelectuales y político militantes: la nacional popular, el peronismo de izquierda, emancipador, y una cultura comunista”, dijeron en su presentación en el mismo medio. Y aseguraron que buscarán “no perder la energía de la resistencia antimacrista”.

Rápidamente, el debate se armó en redes. La investigadora del Conicet Sandra Pitta les dedicó una canción de Charly García: “Los que están en la calle pueden desaparecer/ Pero los dinosaurios van a desaparecer”. Y el docente y escritor Rogelio Alaniz, opinó: “Intelectuales herederos mutantes de Carta Abierta. Su manifiesto liminar celebra la llegada del coronavirus y considera que la cuarentena es una forja del hombre nuevo: el coronavirus permitiría la derrota del neoliberalismo. Viva la cuarentena”. El nuevo debate ya está instalado, mientras el flamante colectivo de intelectuales progobierno empieza a acomodarse.