Friday 3 de May, 2024

POLíTICA | 06-08-2023 10:09

Sergio “Macgyver” Massa: votos atados con alambre

Su doble estrategia de mostrarse cerca de los K y buscar a la vez al electorado de centro.

Los resultados de las elecciones en Chubut fueron una mala noticia para el massismo. Es que el actual gobernador es un aliado del precandidato a presidente de Unión Por la Patria y la derrota en esa provincia reprsenta una señal de alarma para el Gobierno nacional.
Hoy, Sergio Massa, así como tiene que lidiar con el desdoblamiento del mercado cambiario, también debe contener el desdoblamiento del voto peronista, que incluye a kirchneristas, massistas y peronista más clásicos, que van del centro a la derecha. ¿Cómo administrar ese mercado electoral?

Para contener el voto K están Máximo Kirchner y Eduardo “Wado” De Pedro, que le dan sostén discursivo y militante en la campaña. Pero no es suficiente, porque el electorado kirchnerista más romántico tiene la oferta de Juan Grabois, que funciona como una suerte de “voto K blue”. Si el ministro tuviese que explicar este fenómeno podría decir que el mercado paralelo es chico.

Para el kirchnerismo resulta difícil  militar a Massa, y mucho más cuando todavía está fresco el recuerdo de la campaña del 2015 y los aliados que lo acompañaron entonces, como Gerardo Morales, que ensayaron una fuerte retórica anti K. Incluso la propia gestión del ministro se contradice con la intransigencia de Máximo Kirchner a la hora de aceptar el acuerdo con el FMI. Cuando le tocó tratar el tema en la Cámara de Diputados, el hijo de la vicepresidenta prefirió renunciar a la jefatura del bloque antes que defender el acuerdo negociado por el ministro de entonces, Martín Guzmán. Con Massa la vara es distinta, porque mantiene el acuerdo e intenta destrabar desembolsos adelantados, que al cierre de esta edición seguían siendo una promesa, pero es el candidato al que Cristina respalda y por lo tanto, también es el de su hijo.

Por otro lado, estar tan cerca de los K representa un peligro peligroso porque puede quedar encapsulado en el cuadrante de la centroizquierda y para ganar una elección se necesitan votos de la mayor parte del espectro ideológico. Massa siempre demostró tener buena ascendencia en un electorado de clase media de valores peronistas e incluso en sectores medios-altos con sentimientos antikirchneristas. En el 2015, cuando compitió por la presidencia contra Macri y Scioli, sacó 21 puntos en todo el país, captando la demanda de un votante que no quería a CFK, pero tampoco estaba dispuesto a votar a Mauricio Macri. 

Recorridas. En estas semanas, Massa viajó por el interior y priorizó provincias del norte grande y también de la región de Cuyo, donde el voto peronista se volvió más esquivo: estuvo en Santiago del Estero, donde manda Gerardo Zamora, en La Rioja, donde gobierna Ricardo Quintela, y en Tucumán, donde el jefe es Manzur. También visitó San Juan y San Luis, donde este año perdió el peronismo por culpa de las divisiones internas, y además pasó por Mendoza, donde manda el radical Alfredo Cornejo. 

Como se puede observar, la campaña es milimétrica: ni tan a la derecha, ni tan a la izquierda. La ventaja que tiene Massa por sobre JxC es que pareciera que la demanda de la centroizquierda la tiene bastante cubierto, por lo que solo le quedaría salir a recorrer el espectro de la centroderecha para ver si del otro lado del muro puede quitarle algunos votos a Juan Schiaretti, Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich y Javier Milei.

Hoy la estrategia para las PASO es mantener el apoyo más amplio del voto peronista y, dependiendo del resultado, trazar el recorrido de camino a las elecciones generales de octubre. En este punto también tiene un rol clave el estratega catalán Antoni Gutierrez Rubí, que aprovecha su estadía en Buenos Aires para trabajar en la campaña, promocionar su libro "Gestionar las emociones políticas" y cenar con su novia argentina. 

En la última reunión del martes 1 en el bunker de campaña de la calle Mitre, en el microcentro porteño, el consultor catalán dio una arenga con datos muy positivos sobre la campaña de Massa y dijo que había que reforzar la idea de “coraje”, y que el tigrense es un “piloto de tormentas”, ideal para este tiempo político de la Argentina. Además dio números de encuestas que le estarían dando muy bien al Gobierno, sobre todo en la provincia de Buenos Aires. 

Gutiérrez Rubí suele pronunciar una frase provocativa: “Los tristes no ganan elecciones”. La usa como disparador para explayarse sobre la importancia de armar memes y parodias del propio candidato para acercarlo de manera positiva al votante. En estos días se viralizaron videos de Massa como el personaje de William Wallace en "Corazón Valiente" y también como MacGyver, un agente secreto que, para resolver problemas, ataba todo con alambre. Una metáfora contundente para alguien que pretende ordenar la economía de Argentina. 

El dilema de Massa es claro: necesita el voto K, pero a la vez esas compañías pueden ser su perdición después de las PASO.

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Rodis Recalt

Rodis Recalt

Periodista de política y columnista de Radio Perfil.

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