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POLíTICA | 15-02-2020 09:41

Soledad Quereilhac: cómo ser una anti primera dama

Casada con Axel Kicillof, rechaza el rol por “anacrónico” y “clasista”. Tareas compartidas, feminismo y militancia universitaria.

Mientras camina por la alfombra roja que recibe al gobernador Axel Kicillof, Soledad Quereilhac sonríe y aclara: “No soy ni primera ni dama”. Es su forma de presentarse ante los medios que la persiguen para conocerle la voz y también, de manifestar una idea en la que piensa hace tiempo. Pero la doctora en Letras, profesora de la UBA, investigadora del Conicet, militante universitaria, feminista y cinturón negro de taek-wondo, lanza la frase y vuelve al silencio de los libros. Tiene por delante un trabajo editorial que entregar, una mudanza y una nueva rutina a la que adaptarse en la Residencia del Gobernador en La Plata, a la que la familia decidió convertir en su hogar después de años de abandono. 

Enero pasa entre la intensa agenda de su esposo y la lectura de utopías argentinas del siglo XIX, entre ellas “Argirópolis” de Sarmiento. En la mesa de luz de la nueva casa, la esperan los tres tomos de “Los diarios de Emilio Renzi”, la obra de Ricardo Piglia que Kicillof y sus hijos, León y Andrés, le regalaron para el último cumpleaños y que Quereilhac prometió leer en el verano platense. En febrero, después de entregar un capítulo sobre la temprana ciencia ficción argentina (1816-1930) para un libro extranjero, la “anti primera dama” acepta hablar con NOTICIAS. 

Pide que sea por mail y amplía la frase que dejó flotando el 11 de diciembre: “Yo no creo en el rol de primera dama. De ninguna manera podría pensarme como 'primera' frente al resto de las mujeres de la Provincia por el solo hecho de estar casada con quien fue electo para gobernar cuatro años. Eso no es ningún mérito; es una elección amorosa, muy feliz, por cierto. Pero no es un título. A mí nadie me votó. No existe el fenómeno de la 'ósmosis matrimonial': los atributos soberanos de Axel no tienen por qué andar pasándose a mi persona”. 

Noticias: Y tampoco como dama...
Soledad Quereilhac: El término “dama” connota una discriminación de clase inaceptable. “Dama” era, lisa y llanamente, la mujer con privilegios. Aquella que se contraponía a las trabajadoras que sostenían parte de esos privilegios: la sirvienta, la obrera textil, la lavandera, la mucama, la niñera, la prostituta. No sólo es un término anacrónico; es clasista y conlleva, además, a un equívoco moral lamentable: la dama posee su “virtud” intacta, gracias a que se reprime sexualmente. Su antagonista es la “puta”. Las palabras tienen mucho peso y en ellas aún quedan encerrados muchos prejuicios. Yo no puedo mirar con inocencia esos rótulos y por eso me corro. 

Noticias: ¿Qué aporte pretende hacer con este planteo?
Quereilhac: No me interesa atacar o impugnar esa figura, ni decirles a otras mujeres qué tienen que hacer, sino pensar juntxs acerca de su significado y, sobre todo, de entender que no es el único lugar que le queda ocupar a una mujer cuyo esposo haya ganado notoriedad. Lo que hay que desarmar es esa lógica: no importa cuán fuerte o trascendente sea el rol (circunstancial) de tu pareja, eso no significa que automáticamente te conviertas en una mera acompañante o que toda tu vida deba dejarse a un lado para sumarte al vendaval de ese “gran hombre”. Eso no es así o no tiene por qué ser así, a no ser que la mujer en cuestión así lo decida. 

Noticias: ¿Ya pensaba esto antes de la candidatura de Kicillof?
Quereilhac: Sí, había reflexionado hace años sobre el anacronismo que implica la figura de la primera dama. Por muchos motivos: por mi formación en literatura, poseo una perspectiva de género que viene incluida en el amplio marco teórico que manejamos en la carrera; por mi experiencia como argentina, luego de tener a una inteligentísima mujer como Cristina Kirchner gobernando mi país durante 8 años, veo todavía más débil el retorno a la figura de una mujer “consorte”. Y no pienso sólo en su condición de mujer, sino en que además es, para mí, una de las mejores presidentes de nuestra historia. Además, cuando escuché hablar a Beatriz Gutiérrez Müller, doctora en Historia y esposa del actual presidente de México, Manuel López Obrador, sentí mucha felicidad (pidió “poner fin a la idea de la primera dama”), porque entendí que el inicio del ocaso de la figura tradicional de “primera dama” era sentido y nombrado por mujeres de otros países.

Noticias: ¿Y el caso de Evita?
Quereilhac: Eva Perón construyó su propio capital político y llevó adelante gestiones de gobierno transformadoras, tanto en lo material como en lo simbólico. Pensarla como “esposa de” es sólo una observación con perspectiva histórica, nada más. Cuando Eva empieza a hacer política junto a Perón las mujeres no votábamos. Ser la esposa de un líder como Perón y sobre todo contar con su apoyo y su confianza le permitió erigirse como la principal líder política del siglo XX. Esa fue una vía, una condición de posibilidad en ese marco histórico específico. En relación con esto, recomiendo con entusiasmo un libro recién salido del horno, “Eva y las mujeres. Historia de una irreverencia”, de la historiadora Julia Rosemberg. 

Noticias: ¿Hizo algún cambio profesional tras la asunción de Kicillof?  
Quereilhac: No, yo soy esencialmente una mujer trabajadora. Y por suerte puedo dedicarme a una actividad que me apasiona, que es la docencia combinada con la investigación. No podría pensarme por fuera de mi trabajo. Sólo pospuse para el segundo cuatrimestre 2020 un curso que doy como profesora invitada en una maestría de UNSAM, porque quería evaluar cómo íbamos a adaptarnos a una nueva casa, la Residencia de La Plata.

Íntima. En 1947, el abuelo materno de Quereilhac fue el capitán del barco que llevó a Evita a Europa. Su nombre era Eduardo Mattulich. 28 años después, nació Soledad en San Cristobal. Su padre era ingeniero químico y trabajó en la industria de tintas gráficas y para envases. De su madre, que pasó toda la vida en escribanías, heredó la vocación docente. Y por esa rama familiar, dividió su vida entre Buenos Aires y Pilar. 
Con su hermano Nicolás, tres años menor, compartió siempre el interés por la política. Esa inquietud la llevó a militar en la Facultad de Filosofía y Letras, donde representó a los graduados en la agrupación “Letras Vuelve” y ahora, a la minoría de profesoras desde “Hora Cero”.

Noticias: ¿Es feminista? 
Quereilhac: Me considero feminista. En los '90, conocí la línea más dura del feminismo y por lo tanto no otorgaba ese nombre a mi posición. Pero felizmente las mujeres también conquistamos la pluralidad de los feminismos en el siglo XXI. Soy feminista cuando reflexiono sobre la literatura, si bien no trabajo específicamente en el área de género; cuando educo a mis hijos, cuando pienso en la distribución de tareas con mi pareja, cuando me vinculo y me organizo con otras mujeres; soy feminista incluso cuando descubro cáscaras machistas en mi propio pensamiento, cuando detecto limitaciones generacionales que pibas más jóvenes resuelven fácilmente.  

Noticias: ¿Comparten tareas domésticas y de cuidado con Axel?
Quereilhac: Sí, siempre nos hemos repartido esas tareas. Incluso en momentos más exigentes del trabajo de Axel, cuando la balanza inclina más el peso hacia mí, tratamos de volver rápidamente a una situación equitativa o de compensar cuando a mí me toca trasnochar escribiendo o preparando clases. Nunca se alcanza el equilibrio perfecto, desde ya, pero teniéndolo como meta, se logra una organización aceptable. 

Noticias: ¿Cómo se conocieron?
Quereilhac: Nos vimos por primera vez el 20 de diciembre de 2001, en el Obelisco, en medio del estallido. Como teníamos amigos en común, nos cruzamos varias veces más en fiestas y viajes. Pero nos miramos y hablamos por primera vez en el cumpleaños de mi mejor amiga, que también es amiga de Axel, en marzo de 2004. Y nos gustamos muchísimo. Desde ese día estamos juntos. 

Noticias: ¿Vivirán en La Plata?
Quereilhac: Estamos muy a gusto en la Residencia y circulando por la ciudad. Nos gusta mucho a todos, incluidas Katja y Atenea, nuestras gatas. Estamos evaluando cómo será la organización familiar durante el año escolar, pero sí está decidido que la Residencia será un hogar para nosotres durante estos cuatro años. 

Noticias: ¿Cómo estaba la casa?
Quereilhac: Funcionalmente, pésimo. No hubo mantenimiento. Pero no es un caso aislado: reproduce el estado de abandono, con alevosía, de los edificios públicos de la Provincia. 

Noticias: ¿Tienen miedo, como Vidal, que vivió en una base militar?
Quereilhac: Definitivamente, no. Jamás creí en ese relato. 

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Daniela Gian

Daniela Gian

Periodista de política.

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