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POLíTICA | 07-02-2020 13:36

La reinvención de María Eugenia Vidal

Volvió a escena con su mediático romance. Mudanza a Capital, libro y documental. Lejos de Macri, peleada con Peña, y con armado propio. Guiños a Massa y Larreta. Compras de incógnito.

A María Eugenia Vidal le cuesta moverse en la arena. Hace un paso y se detiene. Dos o tres más, a lo sumo, y tiene que volver a frenar. La pausada caminata no parece ser su único problema. También está obligada a mantener firme la ancha sonrisa durante los casi 100 metros que separan el estacionamiento del balneario “La Rada” de la reposera, a orillas del mar, donde la espera su novio Enrique “Quique” Sacco. 

Es enero en Pinamar y la playa está repleta de turistas. La ex gobernadora acaba de llegar de una escapada romántica con el periodista en París, y reparte selfies, saludos, abrazos, besos y risas. Las escenas pronto se volverán virales en las redes sociales. Por más que se la vea relajada, cualquier dirigente experimentado sabe que un fin de semana en el balneario más top de la política argentina tiene mucho más de calculado regreso al mundo de la rosca que de escapada romántica. Sobre todo si, dos días después, la protagonista de la playa decide sentarse a dialogar con quien eligió como su gran socio político para el futuro, Horacio Rodríguez Larreta.

Pero ahora es un sábado caluroso y Vidal llega feliz al reencuentro con Sacco. Muy feliz: es la primera vez desde 2008, cuando asumió como ministra de Desarrollo Social de la Ciudad, que pasa más de tres horas sin tener el celular encima. Había ido hasta el auto a buscarlo antes de volver a sentarse con su pareja. “Todavía nunca me animé a apagarlo ni ponerlo en modo avión, ni siquiera de noche”, le cuenta a NOTICIAS en un brevísimo encuentro en el que rechazará una entrevista.

Su novio, que debe sufrir los incesantes mensajes que le llegan a Vidal en la madrugada, sigue la charla desde la reposera. “Quique ya se acostumbró”, asegura ella, y le pasa una mano por la espalda quemada del sol. Su pareja no va a tener opción: si todo le sale bien, la ex gobernadora dejará el teléfono prendido por un largo tiempo más. Así comienza la reinvención de Vidal y de su nueva etapa política. 

Vacaciones. Desentendida de la deuda en dólares que dejó su gestión y que amenaza con arrastrar a la provincia de Buenos Aires al default, María Eugenia Vidal se despidió con habilidad de la vorágine política para mostrar otra cosa. Primero, abandonó la base militar de Morón en la que buscó protección para ella y para sus tres hijos, temerosa de las represalias “de las mafias” que dijo combatir durante su gestión. Y se instaló en la casa de sus padres Susana y José Luis en Haedo. 

Uno de los primeros días en el barrio de su adolescencia, quiso jugar a ser una vecina más y salió a hacer los mandados intentando no ser reconocida. Ató su pelo en un rodete, se puso anteojos negros de sol y preguntó si la pescadería seguía en el mismo lugar. Caminó las 15 cuadras que la separaban del comercio y al volver, contó entusiasmada que sólo la habían reconocido una vez, en la verdulería, y repitió la anécdota ante sus amigos, a quienes les confesó: “No saben cuánto disfruté esa caminata”. 

No es lo único que Vidal disfruta de estos días de descanso. El tiempo con sus padres, en la casa de la que se había ido en 1998 cuando se casó con el ex intendente de Morón Ramiro Tagliaferro, le vino bien para “relajar la cabeza”, según repite ante los suyos. “Mis papás me ayudaron mucho con la mudanza y con los chicos”, dice.

Otra gran decisión de “la nueva Vidal” fue anunciar su noviazgo con Sacco, al que conoció el 3 de agosto en la mesa de Mirtha Legrand. La historia oficial dice que ese día, la gobernadora se puso a disposición de Sacco y la familia de su ex pareja, la periodista y legisladora Débora Pérez Volpin, fallecida durante una endoscopía en el sanatorio La Trinidad. Desde entonces, se mensajearon para los cumpleaños de ambos y el Día de la Madre, hasta que quedaron en encontrarse post elecciones. El 9 de noviembre establecieron su aniversario y para el 14 de diciembre llegó el blanqueo: una cena en parejas con Carolina Stanley y Federico Salvai en San Telmo, donde fueron captados por las cámaras de la revista Caras. Desde entonces, se mostraron de a dos.

Juntos dieron una nota distendida en el aeropuerto de Ezeiza antes de volar a París, donde pasaron Año Nuevo mientras Axel Kicillof protestaba porque su principal interlocutora para negociar la ley impositiva había dejado el país. En Haedo, quedaron los abuelos cuidando a los nietos. Y en la tranquilidad de París, donde logró mantener un perfil más bajo, Vidal asegura que tuvo una revelación: disfruta no estar en el cargo. “Al fin tengo tiempo para mí, para mis hijos, para mi novio”, contó cuando volvió.

Tras la luna de miel, la pareja reapareció un fin de semana entre los turistas de Pinamar para disfrutar de la playa con el abogado de Sacco, Diego Pirota, que hasta les prestó una habitación en su elegante casa en el barrio cerrado La Herradura, en la zona norte de la ciudad. Pocos días después, Vidal y el periodista se vistieron de fiesta para el cumpleaños de 15 de la ahijada del Sacco en Bolívar, donde la gobernadora charló con su suegra, Yolanda, y grabó un saludo para jóvenes radicales que trascendió y que fue usado para cuestionar su nivel de alcohol en sangre. “No estaba borracha, gritaba porque la música estaba muy fuerte”, le explicó después a su equipo. 

A fines de enero, mientras los referentes nacionales de Juntos por el Cambio se reunían por primera vez en el año, Vidal estaba nuevamente en el aeropuerto. Esta vez con sus hijos María José, Camila y Pedro con pasajes a Nueva Zelanda, el destino elegido para las esperadas vacaciones familiares fuera del país. A mediados de febrero, cuando regresen, los cuatro empezarán a ordenar nuevamente las valijas para mudarse al departamento de Barrio Norte que Vidal compró con ahorros y un crédito hipotecario del Banco Ciudad. 

La ex gobernadora buscaba un hogar para remodelar y encontró un PH por Avenida Pueyrredón y Las Heras, una zona de bancos, embajadas y edificios antiguos. El lugar le queda bien a los chicos para ir a la escuela y la universidad, además de que es un barrio seguro, uno de los temas que la desvelaba. Y también acerca a Vidal y Sacco, quien vive en Barrancas de Belgrano. El PH está a cuadras del consultorio de José Luis Ahumada, el prestigioso psicólogo al que Mauricio Macri visita sin falta todas las semanas. Quizás esas calles logren lo que no pudieron los casi dos meses de llano y reúnan a los ex socios políticos.

Convivencia. A la María Eugenia de los últimos 45 días, sus colegas le dicen “la enamorada”. “¿Por qué me preguntás por María Eugenia, si hoy no es 'tema'? Su prioridad hoy es la pareja, está enamorada, más flaca, sin peluquería”, dice con cierta maldad una de esas personas. “María Eugenia está enamorada, encontró lo que quería”, remarca otra. “María Eugenia siempre fue bastante recatada. Necesita un espacio personal. Ahora está enamorada”, asegura una tercera. Todos cuentan que la relación anda muy bien, y que lo único que lamenta Sacco es no lograr convencerla de salir a correr junto a él. Deben tener razón: la pareja ya planea sus vacaciones de invierno en Europa.

Pero más allá de protagonizar “la novela política del verano”, Vidal está más que atenta a la rosca. “38 diputados y 26 senadores”, dice de memoria y sin dudar, cuando le preguntan por los números de la bancada de Juntos por el Cambio en la legislatura bonaerense. Sigue en contacto con los intendentes, promueve que la mesa provincial de la oposición sea redonda y sin cabecera y repite que trabaja para la unidad de la coalición porque cree que se vienen meses difíciles para mantener la composición de los bloques propios.

En el PRO varios coinciden en algo: a Vidal no la pueden omitir, pero tampoco la quieren levantar. Viene de perder la provincia de Buenos Aires después de una gestión gris y dejando una deuda impagable, pero puede adjudicarse ese treinta y pico por ciento de los votos que no acompañó a Kicillof. Como Macri a nivel nacional.

Con el ex presidente hablaron para las fiestas y quedaron en encontrarse pero (por la seguidilla de vacaciones de ambos) todavía no se vieron. Desde París tuvieron una breve charla telefónica. Sin embargo, por más de que desde ambos bandos intentan bajarle el tono, la relación está congelada. El entorno de Vidal, en estricto off, todavía mastica bronca por la decisión que tomaron Macri y Marcos Peña de no dejarla desdoblar las elecciones.

Los ven como los principales responsables de la derrota, sobre todo a Peña, con el que la ex gobernadora ni se saludó para fin de año. Además, todavía flotan en el aire algunas duras palabras que el ex presidente tuvo para parte del equipo de ella en los días previos a entregar el poder y que cayeron pésimo. “En la Provincia no estuvieron a la altura”, les dijo.

Los que hablan seguido con el ex presidente aseguran que para él ella "es clave, jamás irían por separado”. Cerca de la ex gobernadora creen que “va a ser difícil que trabajen juntos porque tienen diferencias en lo político”. Con Mauricio, dicen, lo que queda es una relación personal. Con Peña, directamente hablan de un vínculo roto. No quieren tenerlo cerca.  

Parte de estas diferencias volvieron a aflorar cuando Macri decidió nombrar a Patricia Bullrich como presidenta del PRO. A Vidal no le cayó para nada bien: piensa que hay que abrir el espacio, no cerrarlo poniendo al frente a una política del ala más dura. Con el correr de los días, sin embargo, la ex gobernadora lo terminó festejando. “Si ellos se cierran, yo me abro: puedo hablar con el PRO, con el peronismo, con la UCR, con todos”.

El divorcio político con su anterior jefe está al caer, aunque a la ex ministra de Seguridad la va a tener que ver seguido: ambas están por estrenar oficinas en el edificio de Balcarce 412, la sede histórica del PRO. A Bullrich le guardan todo el tercer piso, y para Vidal habrá una oficina en otro nivel.  

De lo que parece no dudar nadie es de que María Eugenia es una alumna fiel de Horacio Rodríguez Larreta. Aseguran que está a disposición. Que tienen un contacto permanente. Que si Horacio le llegara a pedir, por ejemplo, competir en la Ciudad, ella lo haría. Pero que ese no es el plan, al menos por ahora.

Los que más fogonean la idea de que Vidal intente suceder a Larreta en 2023, cuando este aspire a la Presidencia, son quienes tienen intenciones en la provincia de Buenos Aires, como el intendente Jorge Macri o, un poco más atrás, Diego Santilli, que no puede competir en la Ciudad y que tiene domicilio en Pilar. Con el primero las tensiones están a flor de piel: ambos pelean por liderar a la oposición bonaerense, aunque en ese trajín Vidal le saca una cabeza de distancia. “Jorge tiene mal marketing político. Todos te dicen que te va a cagar, hace lo que quiere, es resbaladizo”, son algunos de los dardos que se escuchan en el vidalismo.

Con el que tampoco terminan de acercarse es con Emilio Monzó, con el que Vidal está en guerra desde que este intentó ubicar a Sergio Massa en la boleta bonaerense de Cambiemos en el 2015. Que el ahora ex presidente de la Cámara haya decidido caminar la Provincia apenas dejó su cargo no ayudó a apaciguar los ánimos, a pesar de que algunos, como el intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, que se la cruzó de casualidad en la costa, intenten acercar posiciones entre ella y el ex diputado. El que lo sintetizó fue el ex legislador bonaerense Marcelo Daletto: “Vidal detesta a Emilio”.

También hay otra estrategia que se cocina a fuego lento. Es un plan más subterráneo, más pecaminoso, y por lo tanto más silenciado: el incipiente acercamiento de ella con Massa. Más que una dupla es un triunvirato, al que se le suma el íntimo amigo del presidente de la Cámara de Diputados, Larreta. Vidal y Massa coincidieron en Pinamar y hablaron por celular. Tienen una muy buena relación, que se evidenció entre el 2015 y el 2019, cuando el Frente Renovador solía votar en tándem en la Legislatura bonaerense con el bloque vidalista. Una semana después de esa charla telefónica, Margarita Stolbizer, aliada histórica del tigrense, se mostró con el jefe de gobierno porteño. Todo puede pasar, aunque es demasiado pronto para cualquier plan. Lo saben y lo repiten cada uno de los actores involucrados, aunque por lo bajo especulen y muevan sus fichas. También Vidal repite cual mantra: “Es tiempo de unidad. Después la gente define los liderazgos”.

Trabajo. Al menos para los próximos dos años, la ex gobernadora maneja una serie de opciones laborales para cumplir con su promesa de “no vivir de la política”. También quiere estudiar. Un master en políticas públicas es una opción, pero no lo tiene definido. La alternativa es parte de un abanico de posibilidades que incluye representar en el país a una ONG con fondeo internacional y dar charlas en Uruguay, Colombia y Estados Unidos. Lo que ya tiene definido es que escribirá un libro y será docente. Las clases serán sobre políticas públicas en tres universidades argentinas, entre ellas la UBA y el IEA Business School, de la Universidad Austral. 

El libro tendrá anécdotas y datos sobre su paso por la gestión. “Sí, como Cristina”, reconocen en el entorno de Vidal (ver recuadro). Es que, dicen, ella “tiene” que trabajar, ya que “se fue del cargo más pobre de lo que llegó” (la separación con Tagliaferro  la obligó a separar sus bienes, aunque en su última declaración jurada su patrimonio ascendía a más de 7 millones de pesos). “Soy la única que festeja que demoren meses en arreglar su nueva casa, porque recién cuando me mude empiezo a pagar la hipoteca”, le dice a sus amigos. 

En su equipo hoy ya no repiten la idea que, en septiembre pasado, prendió en la convulsionada cabeza de la entonces gobernadora. Sus colaboradores más cercanos la contaban mientras preparaban merchandising propio para el cierre de campaña: “María Eugenia quiere armar un espacio que represente a ese 38% que la acompaña y con la gente que ella quiera. Un espacio propio”. Desde ahí se construiría su candidatura a diputada por la provincia en 2021, algo que se da por descontado. “Hay que ver qué quiere hacer ella, pero a muchos nos gustaría que compita en esas elecciones”, dice Martín Yeza, el intendente PRO de Pinamar. 

Además del libro propio, su publicista favorito, Juan Manuel “Papón” Ricciarelli, prepara un documental sobre la gestión de Vidal, que por ahora saldría en las redes sociales. Cerca de la ex gobernadora lo interpretan como un gesto del creativo que diseñó sus spots desde el 2015  y cuya empresa, Aura Advertising, cobró más de $ 60 millones en cuatro años por participar en el diseño del Plan Estratégico Anual del Gobierno nacional. El nuevo relato sobre “La Leona” ya está en marcha. 

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