Sin la equidistancia con la que los países suelen posicionarse frente a conflictos internacionales ajenos, sin medir los riesgos a los que expone a la Argentina, que ya sufrió dos atentados terroristas; el Presidente se alineó incondicionalmente con Israel frente a un escenario bélico cuyas dimensiones son todavía impredecibles. La caprichosa geopolítica de Milei es el título de NOTICIAS de esta semana y da cuenta del origen de esa apuesta de riesgo: el misticismo judío que profesa el Presidente. En pocas palabras: de Moisés a Netanyahu sin escalas.
Y no solo en el escenario caliente de Medio Oriente se evidencia la “diplomacia emocional” del Gobierno por sobre los intereses comerciales y estratégicos nacionales: su lealtad a Trump y Bolsonaro, en detrimento de la sintonía con los mandatarios que ejercen el poder; la enemistad con los “zurdos” de latinoamérica y el rechazo a China, son habituales fuente de conflictos.
En otro orden de cosas y en clave showbusiness, Tini versus Tinelli, el despecho retro. La historia de una sociedad con su padre que terminó mal y muchos años después se hizo canción.
La tiranía cosmética que se convirtió en adicción infantil y Galperin, su negocio con los planes sociales. Un aporte no tan gratis.
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