★★★★ Tal vez muchos recién hayan conocido a Aníbal Pachano por sus apariciones televisivas de los últimos años, como jurado o panelista de diferentes programas, pero lo concreto es que, además de ser arquitecto, es un profesional con 40 años de carrera dedicados al music hall. Creador, junto a su ex esposa Ana Sans, del recordado grupo Botton Tap, que debutó en el legendario Michelángelo y con el que presentaron “Amapola”, “Tonigth”, “Smoke” y “Tangou”, entre otros espectáculos.
Este verano, en una decisión sorprendente, resolvió dar un paso al costado y retirarse de los escenarios, por lo menos como bailarín, ya que prometió continuar dirigiendo y dando espacio a nuevas generaciones de artistas.
El adiós comenzó con una exitosa temporada en Villa Carlos Paz, en la que su espectáculo “Así… vuelvo”, obtuvo siete premios Carlos, el galardón con el que se consagra a las mejores propuestas escénicas.
La historia que vemos sobre el escenario es una cabalgata vigorosa que refleja su vida a través de sus diferentes trabajos artísticos y está contada a través de numerosos cuadros en los que se advierte la mano férrea y experta del artista.
La ocasión es propicia para rememorar icónicos momentos que retrotraen la memoria a diferentes épocas de la música disco, como la jocosa parodia de los Village People y su “Y.M.C.A.” y hasta el musical “Evita”, con la ya mítica y emotiva “No llores por mí Argentina”, de Andrew Lloyd Webber y Tim Rice.
Lo acompaña un talentoso ensamble de bailarines y cantantes, entre los que se destacan la ductilidad de Mariano Magnífico, una suerte de alter ego del popular hombre de galera; los bailarines de tango Emanuel Casal y Yanina Muzyka en un logrado set de baile en el que cortes y quebradas trazan envidiables firuletes; la impactante artista transgénero Victoria Molotok, el notable bailarín Gonzalo Gerber y la voz cálida y potente de Julia Montiliengo.
Así, a puro derroche de glamour, con un vestuario lujoso creado por la propia Sans con Patricia Fiaño y Maco Ferrer, y las muy buenas coreografías de Georgina Tirotta, se logra que el espectador se sumerja dentro de una propuesta de gran calidad artística con el sello inconfundible y distintivo de Pachano en la puesta en escena e iluminación.
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