★★★★ Para todos aquellos que no tuvieron la dicha de verlo sobre un escenario, recordemos que Ernesto Bianco (Oscar Ernesto Pelicori / 19221977), fue uno de los más versátiles actores argentinos de su generación. Capaz de transformar el sutil arte de actuar en poesía, como lo demostró en infinidad de trabajos en teatro, cine y TV. Su última aparición escénica, en “Cyrano de Bergerac”, de Edmond Rostand, representada en el teatro San Martín, fue apoteótica. Los mismos trabajadores de la sala, aún recuerdan las veces que el telón debía ser levantado ante los aplausos interminables del público.
Su esposa fue la actriz Iris Alonso, integrante destacada de un clan de figuras emblemáticas de la época de oro del cine nacional, junto a sus hermanos Tito y Pola; toda una estrella de la pantalla. Al fallecer su madre, las hijas del matrimonio, Ingrid Pelicori e Irina Alonso, se encontraron con un tesoro invaluable: carpetas con notas, fotos y entrevistas que seguían la trayectoria de su padre. Una suma de recuerdos cuya guarda había iniciado su abuela y que estaban destinados a salir a la luz en este homenaje.
En un país donde, por una suma de razones, prácticamente no existe memoria audiovisual, se comenzó a investigar, a lo largo de un año, para recoger testimonios y encontrar audios que se creían inhallables, como la canción final de “El hombre de La Mancha” (1968) o videos como el de “El inglés de los güesos” (1975), la primera miniserie realizada en el país.
También se realizaron entrevistas con aquellos que trabajaron o conocieron al actor. Así, las voces de Ana María Picchio, Pepe Soriano, Claudia Lapacó, Luis Brandoni, María Rosa Fugazot y otros referentes indispensables del espectáculo, van armando un rompecabezas afectuoso y cordial, no exento de humor, que brinda una imagen completa del artista y su personalidad.
La propuesta incluye narraciones de las talentosas Ingrid e Irina, canciones y además la recreación de situaciones a las que se suman sus primos, los actores Claudio Da Passano y Ángeles Alonso, dando voz a Bianco e Iris, respectivamente.
El resultado transmite una profunda calidez humana, nos permite retrotraernos a un tiempo que no regresará y compartir parte del amor de estas hermanas hacia sus ancestros.
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