** Capturar el interés de los escurridizos televidentes de verano no es tarea fácil. Bombardeado por la publicidad que incita, durante todo el día, a disfrutar del aire libre, el chapuzón (aunque sea en una pelopincho) y joviales salidas nocturnas aderezadas con clericó, tragos o bebidas bien heladas, ¿cómo seducirlos? Con producción de Jotax, riñón de la emisora, América TV lo intenta a través de “Modo Noche”, conducido por Agustín Neglia y Sofia “Jujuy” Giménez, una suerte de late night show vernáculo.
La fórmula sajona es bien conocida: animador o animadores con ritmo, carisma y agilidad para la entrevista y el retruécano; figuras que se animen a sumarse al jolgorio generalizado; un poco de música o humor (esto último depositado en manos de un satírico intérprete) y, fundamental para que el cansado auditorio se mantenga pegado a la pantalla, el tratamiento leve al repasar las noticias de la jornada que culmina.
Si bien al anunciarlo prometieron “un clima distendido con entretenimiento y diversión asegurados”, lamentablemente, el programa que va de lunes a viernes, antes y después de la medianoche, falla en todos esos aspectos y, sobre todo, en la ausencia de una idea rectora. Porque la aparente espontaneidad que puede verse en cualquiera, de similares características, en la televisión foránea, en especial la del gigante del Norte, no es tal. Allá, incluso cada chiste está ensayado, probado y vuelto a escribir si no funciona. Cosa que en la propuesta que comentamos brilla por su ausencia.
Vamos por partes: aunque bella y seductora, Giménez no demuestra aún suficiente experiencia ni dinámica para asumir el compromiso. Lo mismo sucede con su coequiper Neglia, correcto cronista de “Modo selfie”, un envío dedicado al turismo, al que aquí se lo ve muy limitado en el rol de presentador. Más cuando también debe coordinar la presencia de panelistas fijos y un par de invitados distintos cada emisión. Entre los primeros, está la española Sheila González, alguien que todavía no definió si quiere actuar, bromear, reflexionar o vaya uno a saber qué. Se suma Jey Mammón, el único que sale airoso con su trajinado personaje de Estelita, esa entrevistadora drag que roza lo bizarro, quién logra divertir en las preguntas que formula al convidado especial; en particular cuando los pone en aprietos sobre temas como la sexualidad.
Finalmente, tampoco ayuda el agregado de risas grabadas ni la ininteligible y estridente charla sobre diferentes acontecimientos, abordados al ritmo de zapping. En suma, ya lo dijo mejor Shakespeare, mucho ruido y pocas nueces.
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