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EMPRESAS | 08-12-2020 00:11

Los bancos y un escenario alentador

Los bancos atravesaron la pandemia bajo la sombra de la revolución tecnológica que los obliga a adoptar estrategias innovadoras.

Acostumbrado a enfrentar diferentes crisis financieras en el país, el segmento de bancos tuvo que surfear, en el 2020, dos nuevos desafíos: por un lado, la pandemia, novedosa y exigente para toda la economía. Por otro, el mundo fintech, una sombra que se expande hace rato sobre el sector y que lo obliga a repensarse y generar estrategias innovadoras para el nuevo escenario.

Un poco de contexto. Hoy, el sistema bancario argentino está compuesto por más de 70 entidades, lo que denota un hábitat de volúmenes pequeños en términos del producto bruto, tanto en préstamos (11% del PBI), como en depósitos en pesos (16% del PBI). Además, concluyó 2019 con un alto nivel de solvencia y liquidez, una capitalización más que razonable y una cartera en mora en niveles bajos, relacionados con la historia.

Por su parte, en cuanto a moneda extranjera (fundamentalmente dólares y algo de euros y reales) llegó a fines del año pasado con un deterioro importante en términos de volumen, que siguió cayendo desde agosto de este año, también en porcentajes de PBI. De hecho, al observar los últimos nueve o diez meses, los indicadores se deterioraron aún más, producto de la situación imperante a nivel nacional e internacional.

Sin embargo, para Rubén Iparraguirre, VP de Banco Patagonia, “el sistema financiero argentino sigue mostrándose de muy buena forma; con solvencia, alta liquidez, un buen indicador de eficiencia y mucho profesionalismo en sus recursos humanos”. Aunque, reconoce: “Sabemos que existe leve aumento de la cartera irregular de los bancos, pero estamos dispuestos a escuchar y acompañar al cliente que se vio afectado por la pandemia”.

El factor COVID-19

Claramente, el crecimiento de los depósitos en pesos fue importante y los préstamos crecieron a tasas subsidiadas, producto de la necesidad de financiamiento de los más afectados por la situación generada en la pandemia.

Si bien el sector venía trabajando en el desarrollo de procesos digitales y productos innovadores, imprescindibles para fortalecer la experiencia de los usuarios a futuro, la forma de operar de los bancos cambió desde en estos meses y la velocidad de implementación de la tecnología se aceleró.

Juan Marotta, CEO de HSBC Argentina, explica que “la afluencia de clientes a las sucursales de manera presencial se redujo sensiblemente y provocó que los servicios se volcaran a los canales y productos digitales”. En efecto, procesos que requerían la presencia del cliente en sucursal fueron reemplazados por procedimientos virtuales, lo que permitió capitalizar aprendizajes en este tiempo que seguirán luego de la pandemia. En efecto, no hay dudas de que el Covid-19 empujó la implementación de proyectos digitales que permitieron gestionar esta contingencia. “Aprendimos que podemos estar muy cerca de nuestros clientes suplantando la presencia física a través de los canales digitales”, agrega Marotta.

Para Hernán Carboni, director de Relaciones Institucionales de BBVA Argentina, la afectación estuvo marcada por la rapidez con la que se adaptaron sistemas y equipos para responder a las normativas del nuevo entorno: “La apuesta decidida por la digitalización hace posible que los clientes puedan realizar la mayor parte de sus transacciones a través de aplicaciones y webs”.

Perspectivas y desafíos

Uno de los principales desafíos que enfrenta el sector bancario es acompañar el proceso de inclusión financiera ya que, actualmente, un gran problema de la Argentina es su informalidad, con cerca del 40% de los ciudadanos trabajando de manera informal. “A raíz de esta situación, los bancos nos disputamos entre nosotros la misma porción de clientes, cuando en realidad tendríamos que estar tratando de conseguir que toda esa gente ingrese en el sistema financiero”, reconoce Milagro Medrano, gerente de Relaciones Institucionales y Atención al Cliente de Banco Macro.

Pero hay más. Como gran desafío, añade Medrano, “la Argentina debe lograr tener una moneda fuerte para poder brindar productos más sólidos, como un crédito hipotecario e inversiones más a largo plazo. Esto significará un gran desarrollo para toda la economía nacional”.

En ese sentido, aporta Iparraguirre, “se espera que en el corto plazo el sistema financiero tenga algún grado de consolidación ya que es muy pequeño medido en términos de Producto Bruto”. Para el Ejecutivo, a pesar de la pandemia, están las bases para crecer y acompañar el desarrollo de la economía: “Van a generarse nuevas propuestas, nuevos acuerdos, que servirán para que en 2021 comencemos una etapa de crecimiento en el país y, en consecuencia, en el sistema financiero”.

Por último, Marotta remarca que sus proyecciones muestran una caída del PBI del 11% para este año, con una recuperación de 4% para 2021. En ese contexto, ratifica que la reestructuración de la deuda argentina fue un paso muy importante para encarar un proceso de recuperación de confianza, “la confianza que se necesita para estabilizar las variables monetarias, aumentar la certidumbre de las empresas y familias e incrementar la inversión”.

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Carlos Toppazzini

Carlos Toppazzini

Periodista.

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