El Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO) produjo un fuerte impacto en la vida laboral y educativa. Las clases virtuales y el teletrabajo se convirtieron en la nueva normalidad de muchos hogares. Esta expansión puso de relieve la importancia de la conectividad, por lo cual el Gobierno Nacional declaró como servicios públicos a la internet, la TV paga y la telefonía móvil.
Según la UNESCO, 113 países cerraron sus centros educativos. Argentina no fue la excepción. Pero adaptar el sistema educativo al mundo digital de un día para el otro fue una tarea titánica que no tuvo resultados óptimos, por lo cual muchos especialistas coinciden en dar por perdido al ciclo lectivo.
Adecco, compañía internacional de Recursos Humanos, realizó una encuesta en la que advierte que apenas “el 4% recibió compensaciones económicas por trabajar desde su casa”, pero aun así “el 50% de los teletrabajadores quiere continuar con sus labores desde casa”.
por R.N.
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