Michael Bublé es un tipo muy exigente. Sobre todo consigo mismo. La suya es una historia de perseverancia. Nacido en la ciudad canadiense de Burnaby, decidió convertirse en cantante luego de que su abuelo paterno, Demetrio Santagà, le regalase un equipo de karaoke. Ese mismo abuelo, que le regalaba discos de Sinatra desde que era pequeño, fue también una especie de manager informal. Recorría los bares y ofrecía sus servicios como electricista y plomero. A cambio, el dueño del lugar debía presentar al joven Michael como la atracción de la noche.
Aun cuando ya tenía cierto reconocimiento, las discográficas se le negaban. No tenían idea de cómo vender un producto como Bublé, con su estilo divertido y su música “easy listening”, anclada en clásicos del jazz y la canción popular. Su suerte cambió en el 2000, cuando cantó en el casamiento de la hija del primer ministro canadiense. Uno de los invitados era el productor David Foster, reconocido en el mundo del pop. Sin embargo, Foster no se impresionó con el talento de Bublé. Y, cuando el cantante le pidió que lo produjera, Foster pidió un honorario de medio millón de dólares por cinco canciones. “Fue una forma educada de decirme que jamás trabajaría conmigo”, recuerda el cantante.
Pero Bublé juntó el dinero y fue a golpear la puerta del productor, en Los Angeles. Luego de muchas idas y vueltas, los dos tuvieron una reunión con el presidente de Warner. “Me preguntó por qué debería contratarme, si Warner ya tenía el repertorio de Sinatra”, recuerda. “Simplemente le respondí: Sinatra está muerto y yo estoy vivo”.
En plena gira para presentar su trabajo discográfico más reciente, “To be loved”, se presentará en Buenos Aires, en el estadio GEBA, el próximo 13 de septiembre.
PERIODISTA: ¿Qué expectativas tiene con respecto a esta tercera visita a la Argentina?
Michael Bublé: Las cosas cambiaron desde la última vez. Ahora tengo un hijo argentino, así que también es mi país. Aunque soy un canadiense orgulloso, también veo a los argentinos como mi familia. Desde que visité el país por primera vez, solo me han sucedido cosas buenas, empezando por conocer a mi esposa.
PERIODISTA: ¿Quién es más famoso, usted o su esposa Luisana?
Bublé: En algunos lugares, ella. En Argentina, por supuesto. Pero también en Italia o en Israel ella tiene un éxito impresionante. Es bueno ser “solo” su marido. Hay lugares donde los fans me piden fotos con ella, no conmigo. En Italia, se le tiran encima, y yo quedo en un rincón, sin molestar a nadie.
PERIODISTA: ¿Cómo se relaciona un canadiense con el público latino?
Bublé: Tenemos mucho en común. Somos gente apasionada, con las emociones a flor de piel. En los mercados latinos es donde he tenido más éxito.
PERIODISTA: ¿Lo que canta es jazz?
Bublé: No, soy un intérprete de varios estilos. Incluso jazz. Canto desde los 16 años y logré cerrarles la boca a todos los que decían que no tenía talento. Te puede no gustar la música que hago, pero no podés decir que lo que hago es malo. Incluso les caigo bien a los maridos de las esposas –mis más fieles seguidoras– que vienen a mis conciertos en contra de su voluntad.
PERIODISTA: Algunos medios lo han llamado “el nuevo Sinatra”. ¿Es el último “crooner”?
Bublé: Es un gran halago, aunque sé que no es cierto. Nunca habrá otro Sinatra. Pero creo que tampoco habrá nunca otro Michael Bublé.
PERIODISTA: ¿Le molesta que lo cataloguen como a un cantante para pocos, para un público selecto?
Bublé: Las hamburguesas de McDonald’s tampoco son para todos los gustos. Pero debe tener algo especial para ser tan populares.
PERIODISTA: ¿Pero su música no es más para un público adulto? ¿Cómo se relacionan los más jóvenes con sus canciones?
Bublé: Tengo la esperanza de que se conmuevan con esas canciones tanto como me conmueven a mí. Mis canciones hablan de cosas con las que todos pueden sentirse identificados: el romance, la esperanza, el amor y la pérdida son cosas que sentimos todos, no importa si sos joven, viejo, rico o pobre.
PERIODISTA: En sus conciertos se lo ha escuchado decir: “Aquí se hace música de verdad, sin playback ni afinadores digitales”. ¿Esos recursos son nocivos?
Bublé: Defiendo su uso moderado. A veces paso mi grabación por el afinador para ver cómo mejorar mi desempeño. Pero no se puede depender de él. Hace poco grabé una pista con Barbra Streisand en vivo, con orquesta, y sé que el productor ajustaría los posibles errores. Pero preferí quedarme en el estudio y regrabar las partes malas en lugar de arreglar mi voz digitalmente.
PERIODISTA: En el escenario suele hacer muchas bromas. ¿De dónde le viene esa veta de comediante?
Bublé: Cuando comencé a cantar en los bares en Toronto, era muy inseguro. ¿Qué hice? Le puse una máscara a mi miedo bromeando con el público. Pero casarme y ser padre me hizo ser más tranquilo. Canté en el Madison Square Garden, pero podría estar en Idaho. Para mí es suficiente con ver a mi mujer al costado del escenario y tener la sensación de que todo va a salir bien.
PERIODISTA: En su adolescencia, estaba de moda el grunge y el hip-hop, pero usted se declaraba fan de Sinatra y Van Morrison. ¿No era víctima de bullying, en la escuela, por esos gustos?
Bublé: No, porque también me gustaba el hip-hop y el grunge. Adoraba a los Beastie Boys y creía que Eddie Vedder, de Pearl Jam, sería el nuevo Elvis. Era un poco lento. Escuchaba Guns N’ Roses cuando todo el mundo ya estaba en otra. A veces, alguien me provocaba. Pero siempre supe defenderme, incluso con los puños.
PERIODISTA: Se cumplieron diez años de su primer lanzamiento discográfico. ¿Qué se siente, en perspectiva?
Bublé: ¡Me siento viejo! Llevo mucho tiempo haciendo esto y estoy feliz de que mi carrera haya durado tanto. Llegar a la cima es fácil, pero mantenerse es casi imposible.
PERIODISTA: ¿Afectó sus ventas la piratería?
Bublé: Seguramente afectó las ventas de todos, pero no pienso en eso. Prefiero preocuparme por cosas que puedo controlar, como hacer un buen disco y ser un buen “entertainer”. No lloriqueo sobre cosas que no puedo controlar.
PERIODISTA: Desde el año 2008 es uno de los dueños de los Vancouver Giants. ¿Cómo se le ocurrió comprar un equipo de hockey?
Bublé: ¿A ustedes les gusta el fútbol? Bueno, yo soy canadiense y allá el hockey es pasión nacional. Amo el hockey más que a la música. Es un lindo juego y me encanta el código de honor de los jugadores, una unión verdadera, sin traiciones. Intento llevar eso a mi carrera.
Sergio Martins
Diego Gualda
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