Leandro y Martín Báez, hijos del empresario kirchnerista Lázaro Báez, se presentaron hoy ante la Justicia. Son investigados en el marco de una megacausa donde el juez Claudio Bonadio sostiene que hubo una relación entre Cristina Kirchner y Lázaro Báez: presunta corrupción mediante el sistema de "retornos" en la adjudicación de la obra pública por contratos millonarios.
Los dos hijos se despegaron del manejo de las empresas bajo sospecha en sus declaraciones. Lo hicieron de la misma manera: asegurando que quien tomaba todas las decisiones empresariales era su padre. "Manejaba todo y por él pasaba todo", sentenció Leandro. Mientras que Martín declaró: "Mi capacidad de decisión o la de mis hermanos en la toma de decisiones empresariales, o en la incorporación en carácter de socios o miembros del órgano de decisión, estaba directamente vinculada a una decisión de organización de nuestro padre en las empresas".
Leandro, el menor
Leandro entró al directorio de Austral en el 2012 y ese mismo año quedó como accionista de la empresa Loscalzos y Del Curto, otra constructora del holding. En Río Gallegos su nivel de exposición es mayor que el de sus hermanos. En el 2013, por ejemplo, chocó con su camioneta contra un comercio en el centro de la ciudad, durante la madrugada. Pero la noticia fue que, tras el impacto, se fugó colisionando con dos vehículos más. Recién frenó cuando la policía lo detuvo. Lázaro debió ir al comercio a hacerse responsable de los daños provocados por su hijo, para que el escándalo no trascendiera, como finalmente sucedió.
En el escrito a través del cual el juez Casanello procesó a Lázaro Báez, se puede leer que Leandro tenía autorización para ingresar a la “La Rosadita”. Leonardo Fariña, el valijero arrepentido, aseguró que su presencia allí era habitual. Leandro Báez no comparte la estrategia judicial de su padre y se lo hizo saber: cree que Lázaro debe incriminar a Cristina Kirchner ya que siente que la ex presidenta le soltó la mano.
Martín, el mayor
Por su parte, Martín, aunque es el más mediático, es un hombre tímido, de pocas palabras y desconfiado. Lleva tiempo trabajando junto a su padre en Austral Construcciones y otras empresas; sin embargo, lo que lo lanzó a la fama fue su aparición contando dinero en el video de “La Rosadita”, la financiera que mostró Jorge Lanata en televisión. Su padre siempre temió que también fuera preso tras las imágenes en “La Rosadita”, y amenazó con prender el ventilador si su hijo mayor caía.
En los últimos diez años hizo más de 40 viajes “de negocios” a países de Europa, Asia y América Latina. Fue presidente del club Boca de Río Gallegos, cuya madrina era la propia Cristina Kirchner. Desde que su padre cayó preso, vivió un tiempo casi confinado en un departamento de Belgrano, con perfil bajo ante la prensa y problemas de salud: sufrió problemas de arritmia e hipertensión.
Los hijos de Báez integraban los directorios de las empresas "al solo efecto de conformar los requisitos legales para la constitución de las sociedades o para la existencia de órganos de decisión", según argumentó Martín hoy ante la Justicia.
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