En el estreno de Séptimo Día, el espectáculo que reunió a Cirque du Soleil con las canciones de Soda Stereo, funcionarios de primera línea del Gobierno ocupaban justamente la primera línea del vip en el Luna Park. Sólo faltaba el Presidente, a quien se esperaba pero no concurrió. Pero Marcos Peña y compañía sobresalían por delante de celebrities y músicos invitados al debut.
“¿Cuál es el vínculo del Gobierno con Cirque?”, se preguntaron quienes lo veían algunas filas más atrás. “Los hijos de Macri trabajaron para el documental del show”, apuntó un productor musical. La crónica audiovisual de la gestación del espectáculo basado en la música de Soda, con Charly Alberti y Zeta Bosio como protagonistas, apareció unos días más tarde en HBO. Francisco y Agustina Macri figuraban como directores.
Francisco
El único hijo varón del Presidente -el menor de los tres que tuvo con Ivonne Bordeu- tiene 28 años y lo apodan "Caíco". Como su padre, estudió en el Colegio Cardenal Newman y jugó al rugby. De gran parecido físico con Mauricio, vive como buena parte de su familia en Barrio Parque.
Padrino del bautismo de Antonia, la menor de las hijas del Presidente, Francisco tiene sangre de artista como sus hermanas mayores, Agustina y Gimena. Fascinado desde adolescente por el mundo audiovisual, estudió cine al igual que su hermana Agustina, y trabajó después de recibirse como asistente de producción en cortos publicitarios, mayormente ad honorem.
Fue Gimena, que ya trabajaba en ese rubro, quien los acercó a la publicidad. Y Agustina lo rumbeó nuevamente al cine. “Si el pibe quisiera, podría ser director de cine, pero prefiere hacerse de abajo”, decían a su lado hace un año, cuando “Caíco” ganaba por debajo de los 10.000 pesos por producción como asistente. Hoy finalmente debuta como director junto a su hermana con el documental de “Séptimo Día”.
Agustina
La mayor de las hijas de Macri e Ivonne Bordeu nació cuando el Presidente contaba apenas 22 años. Estudió en el colegio Northlands en Olivos, y después emprendió sociología en la UBA. Un poco introvertida y sensible (dicen quienes la conocen desde chica que fue la que más sufrió la separación de sus padres), siempre tuvo inquietudes artísticas. Al terminar la secundaria, y en paralelo con sus estudios, fue alumna de teatro varios años en los talleres del actor Julio Chávez. Hasta que decidió que su lugar era detrás de la lente. Dejó sociología y viajó a España para dedicarse a estudiar cinematografía.
En Barcelona cursó Creación de Documentales. Cuando regresó al país, en el 2008, Mauricio ya era jefe de Gobierno. Entonces la eligieron para documentar la renovación del Teatro Colón, con motivo de su centenario (obra que marcaría uno de los hitos de la gestión de su padre en la ciudad).
Su opera prima llegará pronto. Se llama "Amor y anarquía" y para ella pidió un subsidio del INCAA del que finalmente desistió. Su socio en la productora Cinema 7 Films, Rodrigo Vila, sí obtuvo ese beneficio para un film en el que el nombre de la hija presidencial no figura .
A diferencia de Florencia Kirchner, también cineasta, los pergaminos de Agustina no se circunscriben sólo a proyectos con pata gubernamental. Aspecto en el que insisten todas las fuentes, que dan a la primogénita de Macri como una artista con luz propia. Trabajó con los directores argentinos Daniel Burman y José Luis Marqués. En el 2016 dio el salto internacional junto a Oliver Stone, como asistente de producción en "Snowden", biopic del consultor informático estadounidense que reveló secretos de la CIA. Y estrenó "Carnacalipsis", documental de una hora sobre la pasión argentina por la carne, del que participaron los chefs Francis Mallmann y Fernando Trocca, y el escritor Martín Kohan.
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