A pesar de tener a un equipo de Inteligencia de la Bonaerense trabajando constantemente en su seguridad y la de su familia, la gobernadora María Eugenia Vidal está preocupada. Cuando las amenazas parecían comenzar a desaparecer, un llamado telefónico vuelve a ponerla e alerta. El colegio al que asisten sus dos de los hijos, ubicado en la localidad bonaerense de Castelar, fue uno de los 48 evacuados hoy a raíz de amenazas de bomba en la provincia de Buenos Aires. Este hecho se suma a las constantes intimidaciones que obligaron a la mandataria a poner a trabajar a los responsables de sus seguridad.
Las autoridades de la Escuela "Crear y Ser", donde asisten los hijos de la gobernadora, dispusieron evacuar el edificio de manera preventiva. Aunque, Lugo de ser revisada por efectivos no se encontró nada más que una falsa alarma.
Según sus allegados, Vidal estaba más tranquila que hace un año, cuando las amenazas eran casi constantes. Así y todo, sigue desvelándola el fantasma de la “maldita policía”. Ve que el esfuerzo que pone en la lucha contra las mafias enquistadas se vuelve cada día más difícil y que los fantasmas causador por las amenazas de muerte que hace poco más de un año la obligaron a poner a los servicios de inteligencia a trabajar en informes periódicos hoy parecieran volver al ruedo.
Si bien, la amenaza no fue más que un llamado al 911 que podría tratarse de una broma pesada, la orden para los servicio de Inteligencia provinciales fue “profundizar el alerta”. Sucede que la relativa tranquilidad con la que se estaba moviendo la gobernadora luego de haberse mudado a la base aérea habría relajado a todo el equipo de seguridad. En otras palabras, todo vuelve a foja cero, como hace poco más de un año atrás.
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