¿Pueden ponerse de acuerdo para mentir doce mujeres que no se conocen y que viven, incluso, en diferentes países?, ¿pueden todas ellas haber resuelto contar historias similares sobre acoso sexual?, ¿acaso el odio visceral hacia Ari Paluch o las ganas de conseguir fama a cualquier precio las pudo haber motivado a crear un complot mediático contra él? El sentido común indica que ninguno de estos argumentos, que son los que usó el periodista para defenderse, se sostienen. Tampoco fueron una razón suficiente para evitar que los directivos de la señal A24 acordaran desvincular a Paluch del canal cuando saltó este escándalo. Y mucho menos para sus colegas que, en su mayoría, decidieron no respaldarlo. Desde que se conoció la primera denuncia mediática por acoso contra el autor de “El Combustible espiritual”, los testimonios se empezaron a acumular y dejaron salir a la luz el perfil de un hombre que construyó una imagen pública basada en la familia y el amor, pero que escondería un costado más oscuro.
NOTICIAS recopiló las acusaciones de doce mujeres. Nueve decidieron contar su experiencia abrumadora con Ari y dar la cara. Las otras tres pidieron reserva de su identidad, ya sea por temor a quedar pegadas a un escándalo o por miedo a represalias judiciales y laborales. Todas sus historias tienen puntos en común: aseguran haber sido acosadas por parte de Paluch, en su mayoría, en el ámbito laboral, donde se marcaba una asimetría de poder. Todas eran jóvenes, vulnerables y sintieron la incomodidad de estar a su lado desde el primer momento.
Ariana Charrúa, microfonista: “El señor Paluch me tocó el trasero. Esta situación me resultó sorpresiva y abusiva”, dijo la joven de A24 que fue la primera en denunciarlo”.
Además, se consultó a una veintena de periodistas y productores que lo conocieron y, salvo un puñado de profesionales que lo defiende, todos coincidieron en un punto: si eras mujer, joven, y recién arrancabas en la radio, trabajar con Paluch podría resultar más que incómodo. Tanto es así que en los pasillos del ISER hay una frase que se repite hace años: “No le lleves currículum a Ari porque es un baboso”.
Sofía Rigler, maquilladora: “Cuando terminaba de maquillarlo me decía gracías. Yo tenía buena onda con él, pero una vez me dio dos palmaditas en la cola. Lo hizo una vez más”.
El periodista y su entorno ya decidieron qué estrategia usar para limpiar su imagen: deslegitimar de forma individual a cada una de las jóvenes que habló. Pero, cuando estas historias se plantean en conjunto, evidenciarían una conducta a repetición.
Relatos salvajes
El escándalo se desató el sábado 21, cuando una microfonista de A24, Ariana Charrúa, denunció a Paluch ante las autoridades del canal. Según su relato, el periodista se propasó y le tocó la cola al retirarle el micrófono. Lo hizo frente a decenas de testigos. Todo quedó registrado en las cámaras de seguridad. En A24 no lo respaldaron. Martín Caramella, CEO de la productora “Crear Televisión”, que había llevado al periodista al canal, afirmó a NOTICIAS: “Se rescindió el contrato por un acuerdo de todos”. En la misma línea se manifestó el abogado de Paluch, Miguel Ángel Pierri, ya que el conductor no quiso hablar con esta revista: “No era saludable que él estuviera al aire. Negociamos y ahora nadie tiene que reclamarse nada”, aseguró e insistió en que, al cierre de esta edición, Charrúa aún no había presentado una denuncia judicial. Paluch se defendió en su programa de Radio Latina y dijo que no la tocó sino que fue un accidente, que quiso hacer un “give me five” pero que no salió.
Verónica Albanese, locutora: “Ari estaba todo el tiempo acosando. Lo pude manejar hasta que quedé embarazada. Decía ‘qué bueno embarazada, mirá que linda’, algo perverso”.
Sin embargo, otra empleada del canal contó que había vivido una situación similar. Sofía Rigler, maquilladora de A24, dijo: “Cuando terminaba de maquillarlo me decía gracias. Yo tenía buena onda con él. Pero una vez me dijo gracias y me dio dos palmaditas en la cola. Al mes me volvió a pasar lo mismo”, confesó.
Paluch minimiza todo. Quienes todavía lo defienden insisten en que es su manera de ser. “Podés decir que es un pajero (sic) pero de ahí a abusar de alguien, no”, afirma un hombre que trabaja a su lado hace años. Mariana Marotta es locutora de Ari y salió en su defensa: “Yo nunca vi que acose. Sí que haga chistes de doble sentido o que diga piropos, pero yo lo tomaba como parte del show”, dijo a NOTICIAS. Para ella, varias de las chicas podrían estar mintiendo.
Federica Guibelalde, locutora: “Sufrí con él. No abuso, pero sí acoso. Desde comentarios y requerimientos verbales hasta ser destinataria de algún regalo inapropiado”.
Pamela Selesan, que hoy vive en Indonesia, trabajó con Paluch durante 8 meses en el 2010 y asegura que la pasó mal. Ella llegó de Mar del Plata a Buenos Aires para trabajar con él como locutora: “Cuando llegaba, yo tenía que entrar al estudio a darle un beso y cuando me acercaba, se abría de piernas”, reveló a este medio. “A él le gusta que te vistas sexy. En ese momento se usaban las calzas con remeras largas y él las corría y te decía ‘¡Qué colita!’”, agregó.
La misma situación relató otra de las mujeres: “En dos oportunidades venía de atrás y me levantó la camisa. Una vez lo paré en seco y le dije: ‘Ari, ¿qué hacés?’. Y me respondió: “Pasa que tenés un culo para una exposición. Es una obra de arte’”, contó.
Ambas remarcaron que Paluch miraba pornografía en el estudio. De hecho, para Selesan esa fue la gota que rebasó el vaso: “Él puso un video porno que me afectó muchísimo. Lo notó y me preguntó: “¿Qué pasa, Pamelita?, ¿te violaron de chica? Ahí decidí renunciar. Al otro día me llamó y dijo que había sido un chiste”.
Pamela Selesan, locutora: “Estábamos en el estudio. Él puso un video porno que me afectó muchísimo. Lo notó y me preguntó: ‘Qué pasa, Pamelita?, ¿te violaron de chica?”.
La mala fama con sus compañeras mujeres se extendía más allá de su programa. Una empleada de Radio Latina, donde hoy Paluch conduce “El exprimidor”, contó a NOTICIAS que “un par de veces me hizo comentarios desubicados”, contó.
Una de las pocas mujeres que tuvo buena relación con Paluch dice que nunca pensó que sus comentariosfueran más allá del chiste. “Yo tengo un carácter muy particular y por eso no me molestaba. Sabía que con las chicas más jóvenes o con las que necesitaban mucho el trabajo, él era distinto. Yo pensé que tenía una fijación con el sexo. No pensé que había sido tan violento”, agregó.
Andrea Farelli, ex estudiante: “Fui a conocer la radio. Me invitó a salir y en el auto me propuso ir a un jacuzzi. Yo me quise tirar. Me pidió que no hiciera lío porque era casado’”.
La productora Bárbara García contó a NOTICIAS que su capacidad de “plantarse” frente al acoso logró que no consiguiera trabajo. “A principios del 2000 yo estaba buscando trabajo y me reuní con Paluch en una cantina de Bonpland y Fitz Roy. Cuando me vio llegar me dijo: ‘No sabía que Camilo tenía una hermana tan linda ¿Por qué no vamos a cenar?’. Le dije que le agradecía los elogios pero que yo buscaba trabajo, que estaba casada y él también. ‘Tendrías que ser fea para trabajar conmigo. Vos tenés la culpa por ser linda’, me respondió. Le pude poner los límites. Me llamó un par de veces y le dije que no me jodiera más”, afirmó Bárbara.
Malena Dip es de Tucumán y trabajó en el 2010 con el conductor cuando era muy joven y recién había llegado a Capital Federal. Un día, sus compañeros le recomendaron quitarse el esmalte rojo de las uñas: “A Ari no le gusta”, le dijeron. “Un día me escribió que estaba muy linda y que me tenía que dejar llevar”, confesó.
Silencio histórico
Andrea Farelli contó a NOTICIAS que lo conoció a comienzos de los ‘90. “Fui a la radio porque estudiaba comunicación. Él me invitó a salir. Me pasó a buscar. Le pregunté a dónde íbamos y dijo: ‘A relajarnos. Podemos tirarnos en un jacuzzi’. Le dije que me iba a tirar del auto, que no me importaba nada. Abrí la puerta y él me la cerró. Yo estaba temblando. Y me dijo: ‘Me equivoqué de persona. Estoy casado, te pido por favor que no hagas lío’”.
Malena Dip, productora: “Mientras estábamos en el aire, Paluch me mandó un mensaje. Me dijo que estaba muy linda y que me tenía que dejar llevar”.
Uno de los relatos contundentes fue el de Federica Guibelalde, primera locutora de “El Exprimidor”, que rompió el silencio desde Canadá, donde vive desde que renunció. “En aquellos años, aceptábamos las conductas machistas como normales. Sufrí con él acoso. Desde comentarios, hasta ser destinataria de algún regalo inapropiado”, agregó.
Federica aguantó cinco años y se fue. De inmediato, la reemplazó la locutora Verónica Albanese, que fue la primera en apoyar a la joven de A24, y se refirió a la reacción del entorno: “Hacíamos el pase con Juan Castro, con Andy y ellos veían cómo era Ari: todo el tiempo acosando. Medio que lo pude llevar, lo pude manejar hasta que quedé embarazada. Decía ‘qué bueno embarazada, mirá que linda’, algo muy perverso”, confesó.
Bárbara García, periodista: “Nos reunimos porque yo estaba buscando trabajo. Me dijo: ‘Tendrías que ser fea para trabajar conmigo. Vos tenés la culpa por ser linda”.
La relación entre Albanese y Paluch se terminó de quebrar porque una día ella llegó vestida con un enterito de jean: “Ya sos una embarazada cualquiera, no vengas más”, dice que le dijo el conductor y la despidió.
La locutora Eleonora Rischmüller trabajó con el periodista en 2015, fue la última en animarse a contar lo que vivió trabajando con él. "Tiene un maltrato generalizado hacia las mujeres", aseguró Rischmüller, quien explicó que en los dos meses y medio que trabajó junto al conductor no se sintió "cómoda". "Cuando me contrataron me sentí muy halagada porque Ari es una persona reconocida en el medio pero ni bien firmé contrato las mismas autoridades me advirtieron que era muy probable que él me invitara a tomar un café entonces les aclaré que mis intenciones eran netamente laborales", rememoró la locutora.
Eleonora Rischmüller: "Me preguntaba al aire el color de la tanga". "La gota que rebalsó el vaso fue cuando él me llamó frígida al leer el horóscopo y ese fue el último día que trabajé".
Rischmüller comentó, además, que aunque a ella nunca le tocó la cola si era común que Ari le tocará "un hombro", "la cara" y "la cintura". Además, la locutora indicó que Paluch "preguntaba al aire el color de la tanga". "La gota que rebalsó el vaso fue cuando él me llamó frígida al leer el horóscopo y ese fue el último día que trabajé. Salí con la decisión de renunciar y me llamaron para decirme que no fuera más", aseguró la profesional.
Rischmüller mostró su solidaridad con el resto de las denunciantes y explicó: "Son reales las cosas que contaron las chicas y salgo a contar mi propia experiencia para que no se ponga en duda la palabra de nadie. Hay que trabajar con él para ver lo mal que se la pasa. Ari tiene un perfil muy soberbio, se merecía que le dejen el micrófono abierto para que sepan realmente quién es".
El escándalo Paluch parece no tener fin. Las historias salen a la luz una atrás de otras y algunos ex compañeros, como Andy Kusnetzoff, comienzan a hacer una autocrítica: “Lo veíamos (en la radio). Nos daba como vergüenza, no sé. De eso antes no se hablaba como ahora”.
por Daniela Bianco, Giselle Leclercq
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