Friday 22 de November, 2024

POLíTICA | 05-08-2018 12:30

Los cuadernos completos del #ChoferGate: "Gloria 5"

En el quinto texto, Centeno registra los movimientos de efectivo entre Baratta, De Vido y Kirchner del 2009 al 2010. Primer dinero en Olivos y el regalo por el cumpleaños de Néstor. El día que el chofer pidió plata prestada.

Entre el 13/4/2009 y el 13/5/2010 hay una sola constante: Oscar Centeno no descansó.  Aún en los fines de semana, o los feriados, el chofer estaba "a disposición". El hombre de los cuadernos vivió ese año y un mes en ese limbo, como un soldado en la guerra, porque sabía que en cualquier momento su jefe, Roberto Baratta, lo podía llamar para cualquier tipo de pedido.

Como dejó asentado en el cuaderno Gloria, Centeno pasó ese tiempo llevando a Baratta a levantar coimas y sobornos a varios puntos de la Capital Federal, para entregárselos a Daniel Muñoz o para llevarlos directamente a Olivos, pero también para buscar una nueva camisa para el "licenciado", para llevarlo al gimnasio o al psicólogo, o para comprar un regalo para Néstor Kirchner o un perro para la esposa de Baratta.

La diferencia entre la primera página y la última es notable. Para abril del 2009 las recolecciones del "dinero de la semana", como las describe Centeno, eran de una o dos cada siete días. Un buen número para ese grupo era recolectar cerca de un millón de dólares por semana, y como poco juntaban la mitad. La rutina era similar: el dinero lo recogía Baratta, su asesor Nelson Lazarte y también el exdirector de Energías Renovables, Ezequiel García.

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El botín se guardaba en el departamento privado del subsecretario de De Vido, y se movía cuando consideraban que el botín era razonable. Jamás pasaba más de dos días en ese lugar.  Lo trasladaban hasta Uruguay 1036, el departamento que los Kirchner tienen en Recoleta, donde siempre los esperaba Muñoz, secretario privado de Néstor. Centeno narra que más de una vez vio quedarse un vuelto a Baratta. El chofer estaba en el medio de toda la operación, pero, a diferencia de lo que él hacía con el resto, nadie registraba su presencia. Ni una sola vez, en más de un año de supuestas transacciones espurias, lo invitaron a bajarse del auto.

Para febrero del 2010 la dinámica se había acelerado, así cómo la caligrafía de Centeno, que perdió la prolijidad de las anotaciones previas. En ese mes es la primera vez que -al menos para los cuadernos de Centeno- se mueve un bolso de dinero en Olivos. Hasta entonces, a pesar de que había llevado a Baratta al menos una vez cada quince días, nunca había ido acompañado de dólares. Las recolecciones de dinero también aumentaban, y pasaron de una o dos por semana a ser casi diarias. También aparecen personajes nuevos en la historia, como el hijo de De Vido, Santiago.

Fecha: 13/4/2009 al 13/5/2010.

Guía de lectura:

Oscar Centeno anota cada viaje con hora de inicio y kilómetros recorridos, con espíritu de remisero. A medida que pasan los días pierde la costumbre de anotar los kilómetros, pero jamás olvida las horas.

Baratta es su jefe y, a pesar del tiempo juntos, el trato es lejano. Aunque Centeno ve como el subsecretario de De Vido se queda con bolsos de dinero que tenía que entregar, una vez le pide "20 mil pesos para terminar de pagar el auto nuevo" y Baratta se los niega. "¿De dónde querés que los saque?", le contesta.

Centeno hace todo tipo de tareas para la familia de su jefe. A Baratta lo pasa a buscar por su departamento todas las mañanas, nunca más tarde de las 8.30, y también lo hace con su mujer, Delila, a quien recurrentemente lleva a Flores para hacer compras de ropa para el local de ella en Once. A Baratta le compra camisas, relojes, comidas, perfumes, e incluso un corsé para su madre, que en un punto del relato termina hospitalizada. Lo lleva al cine, a comer, de paseo, a la psicóloga, al gimnasio.

Los movimientos de dinero se van acelerando a medida que pasa el tiempo. Cuando arranca el cuaderno es una o dos recolecciones por semana, al final casi todos los días. Siempre se guardan en el departamento particular de Baratta, aunque nunca permanece ahí más de dos días.

Para febrero de 2010 el dinero se empieza a llevar a la Quinta de Olivos. El hombre clave en el paso del dinero de Baratta al matrimonio presidencial es Daniel Muñoz, secretario privado de Néstor.

Todos los viernes, religiosamente, Baratta juega al fútbol en Olivos con "Néstor y el grupo de amigos de siempre", según Centeno.

Baratta aparece como un hombre inquieto. Trabaja todos los días de las ocho de la mañana a las nueve de la noche. Tanta ocupación tiene que un día pierde un vuelo que tenía que tomar junto a CFK para un acto en el sur: llegó tarde.

Los empresarios que aparecen entregando coimas en este cuaderno son Alejandro Ivanissevich, expropietario de Emgasud, Rubén Francisco Valenti, director de Industrias Pescarmona; y Oscar Thomas, del directorio de Yacyretá.

Una vez cada 10 días Centeno lleva a Baratta a una reunión en Olivos con Néstor o CFK. Sólo al final del cuaderno empieza a haber dinero en estos viajes: hasta entonces parecerían tener fines políticos, aunque Centeno jamás transcribe una charla que pasa dentro del chalet presidencial. No tiene acceso.

El 22 de junio se nota que Baratta, a pesar del poder político de ese entonces, es humano: tiene miedo y le pide a Centeno que lo siga, en un viaje para buscar dinero, "como apoyo o custodia".

El 12 de agosto lleva a Baratta al canal C5N. Iba ahí a acompañar a De Vido, que le dio una entrevista al conductor Oscar González Oro.

El 4 de septiembre operan a De Vido, en la clínica del diagnóstico, y Centeno lleva a Baratta a verlo. Repiten la travesía al día siguiente. Empleado fiel.

Sólo una vez, el 20 de junio, Centeno olvida anotar las actividades de la mañana. Cuando se da cuenta del error, en apariencia en esa misma tarde, lo agrega. Es obsesivo, y si tiene un error ortográfico lo corrige.

A medida que pasa el tiempo, Centeno agarra confianza. Revisa los bolsos de dinero cuando Baratta baja del auto, o agrega anotaciones en el cuaderno calculando el dinero que llevaban en cada viaje.

Otros personajes se reiteran en este relato, aunque sin estar directamente involucrados en el manejo del dinero. El sindicalista de Luz y Fuerza, Oscar Lezcano, el hijo de De Vido, Santiago, y Rudy Olloa, son algunos. Incluso aparece Lula, en un acto junto a CFK.

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Escuchá más audios exclusivos de la ex de Centeno, acá:

-“Los cuadernos estaban en la habitación”

-“Se enojaba con Baratta porque le tiraba migajas”

-“Él hablaba más con Néstor (Kirchner)”

-“Él guardaba los cuadernos por que…”

-La ex de Centeno cree que escribió todo “para…”

-“Él empezó trabajando con la mamá de De Vido”

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