El mercado financiero local está sumamente volátil, y el impacto en la opinión pública es muy fuerte, ya que no se percibe dónde y cómo termina la turbulencia. Porque al compás del fortalecimiento del dólar en el mundo en nuestro país sube más que en otras economías, cotizando a 43,82 pesos en el mercado mayorista por cada unidad de moneda estadounidense, amenazando además la data de inflación de mayo. Está pendiente el impacto en precios locales de la suba de petróleo.
A la vez, el Banco Central pagó en la subasta de Leliq a ocho días el 68,328% de tasa, es decir, un poco más que en la última adjudicación. Mientras tanto el riesgo país pasó los 928 puntos.
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Sucede que todo parece incierto, salvo la dificultad, percibida por los inversores, que tendría nuestro país para responder a una demanda masiva de dólares por parte, sobre todo, del mercado doméstico. Y los inversores del exterior, particulares o institucionales, probablemente se cansaron de tantas pérdidas o dudas y liquidan sus últimos stocks de deuda argentina.
Y estas inquietudes tienen, sobre todo, base de percepción u “olfato”, a la cual la racionalidad técnica le hace poca mella. Y debido a ello, por el momento al menos, pocos apuestan a que la situación descripta vaya para mejor.
por Gabriel Holland
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