Desde que era chica, la brasileña Luisa Geisler (27) sabía que quería escribir. Sus primeros contactos con la profesión los hizo siendo una niña: creaba pequeños libros a mano, enganchaba sus páginas y los vendía a su papá. Aunque la lógica dictaba que estudiara una carrera relacionada con este tema, luego de un año de hacer Letras decidió volcarse a las Relaciones Internacionales. “Ser escritora nunca me pareció una cosa profesional, era un hobby. Yo planeaba ser una diplomática que escribe”, cuenta.
Si bien a los 19 años lanzó su primer libro –“Cuentos de mentira” fue publicado como premio en un concurso de escritura–, dice que lo que realmente marcó su inicio como escritora fue un tatuaje. En su antebrazo izquierdo, sobre un pulpo con una escafandra, tiene la imagen de un calderón “¶” (símbolo de un nuevo párrafo en edición). “Me lo hice en mi primera residencia literaria. Era mi último año de facultad y me di cuenta de que quería ser simplemente una escritora exitosa y no una diplomática. Este tatuaje marcó el momento en el que decidí que la escritura sería mi profesión”, revela Luisa.
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Ahora, a sus 27 años, tiene cuatro libros: además de su obra debut, también publicó “Las luces de emergencia se encenderán automáticamente” (traducido en español por Blatt&Ríos), “Quizás” y “De espacios abandonados”. Seleccionada por el programa Residencia de Escritores Malba (REM), una iniciativa de Malba Literatura durante cinco semanas Luisa estará trabajando sobre su nueva novela en Buenos Aires: una ficción que ahonda en la relación de Brasil con Latinoamérica.
Noticias: ¿Qué la llevó a querer escribir sobre ese tema?
Luisa Geisler: Me parecía curiosa esta cosa de que Brasil tiene su espalda hacia Latinoamérica. Es algo muy raro porque acá todos son países muy parecidos, incluso con sus diferencias, pero Brasil siempre está intentando agradar a Estados Unidos o Europa. Quería pensar en una narrativa que tuviera que ver con América Latina especialmente porque mucha gente habla de esta barrera del idioma que para mí no es tan grande. Es casi la misma que la del portugués de Brasil y el de Portugal. Quiero pensar el español y el portugués y ver dónde está la zona gris de estos dos idiomas, palabras que se comparte, que existen, pero que no se usan.
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Noticias: ¿Qué la llevó a jugar con los géneros? Escribió un romance epistolar, una novela con forma de manual de escritura creativa…
Geisler: Creo que la historia que narras tiene que estar conectada con la manera en la que lo haces. No puedes contar una historia de cualquier manera. Es parte de la escritura, no es solamente escribir, tienes que sumergir el lector en ese universo.
Noticias: ¿Ser escritor le quita magia a la literatura?
Geisler: Por supuesto. Si me preguntan qué le recomendaría a alguien que quiere escribir, yo respondo que tiene que leer como un escritor. Como escritora es muy difícil leer y no intentar entender la mecánica de la literatura. Está en mi mente, no hay una manera de apagarlo.
Noticias: ¿Se puede seguir leyendo por placer al ser escritor?
Geisler: Claro que sí, pero es más difícil. Tienes que buscar a autores mejores.
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Feminismo. Uno de los primeros comentarios que recibió como autora fue que escribía como un hombre. Supuestamente era un halago, una manera de decir que su escritura estaba desprovista de sentimientos. “Al principio no tenía ninguna aspiración política o social, pero empecé a estudiar el feminismo y vi que esa realidad patriarcal sobre la que escuchaba, me estaba pasando a mí”, dice Geisler. A partir de ese momento decidió, desde su lugar, colaborar para revertir esa situación: “Si leo historias en las que aparecen mujeres, si conozco el autor y sé que está vivo, voy a señalarle por qué una mujer tiene estereotipos o sólo una función de adorno”, afirma.
Noticias: ¿Qué dificultades tiene la mujer al escribir en una sociedad patriarcal?
Geisler: Los obstáculos en general son simbólicos. Las mujeres han escuchado por mucho tiempo que sus voces no importan y como consecuencia muchas no escriben. Es algo estructural. No vemos mujeres en política y no vemos mujeres escritoras. Las mujeres están más calladas, se sienten con miedo de hablar. Por eso me gusta trabajar con ellas incentivándolas a escribir.
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Noticias: ¿Cómo se podría revertir esa situación?
Geisler: Yo intento hacer mi parte. Cuando hago talleres tengo un cupo para mujeres y busco dejar que hablen porque en general nos lleva más tiempo hablar, pero tenemos más cosas que decir. Cuando doy charlas en escuelas incentivo a las chicas a escribir porque es algo que veo en sus miradas, ese deseo. Son las que más me hablan después de las charlas. Entiendo que es un problema estructural, está relacionado con criarlas de una manera distinta, pero creo que se puede cambiar.
Noticias: ¿Cómo es ser escritora en un país con un presidente para quien la cultura no es prioridad?
Geisler: Es una manera de resistencia. Es un poco como ser una escritora mujer, porque el mero acto de escribir es revolucionario. Tienes una estructura formal que te dice que la cultura no importa, tienes un presidente que en los cien primeros días de gobierno cortó el dinero en la cultura, rebajó el Ministerio de Cultura a Secretaria. Tienes un presidente que cuando le preguntan cuál es su libro preferido dice que se olvidó. Pero lo que más me preocupa es que a este gobierno tampoco le importa la educación, porque si no tienes un público pensante, si no tiene acceso democrático a la educación, eso cambia todo. Si tienes un país educado, la cultura viene sola.
La residencia. Con el propósito de ofrecer a escritores extranjeros la posibilidad de vivir durante cinco semanas en Buenos Aires y contribuir a la escritura de su obra, surgió la Residencia de Escritores Malba. La iniciativa es de Malba Literatura con Ediciones Ampersand como partner institucional y se propone ser un espacio de creación literaria.
Autores de diferentes partes del mundo tienen la posibilidad de vivir en la ciudad en búsqueda de inspiración para sus trabajos. Este año, junto a Luisa Geisler también quedaron seleccionados el mexicano Daniel Saldaña París y el español Javier Montes, quienes vendrán en los próximos meses para realizar su residencia. Además de escribir durante su estadía, los escritores serán protagonistas de diferentes actividades de acuerdo a sus intereses y especialidades, desde conversatorios hasta laboratorios de traducción.
Este es el segundo año en el que se lleva a cabo la Residencia. En la primera convocatoria, el año pasado, visitaron el país la española Mercedes Cibrián y la singapurense Fiona Sze-Lorrain.
por Melissa Kuris
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