Lamentablemente se ha convertido en un clásico la puja por ver quién “acertó” más o menos la predicción de los resultados electorales. Cortemos por lo sano: la palabra “acertar” se corresponde con juegos de azar y no con el rol de los instrumentos científicos de medición. La principal utilidad de los estudios cuantitativos es describir tendencias y escenarios y ayudar a nuestros clientes a tomar las mejores decisiones. Metodológicamente hablando, están para describir y no para predecir. Luego se pueden hacer diversas proyecciones en función de cuánto influyan diversos factores.
Desde la Asociación Argentina de Consultores Políticos (AsACoP) venimos desarrollando una estrategia de concientización sobre los límites que tiene el instrumento y emitimos en 2015 una serie de recomendaciones a los socios sobre la difusión de encuestas, a modo de promover un uso responsable por parte de los medios de comunicación, los candidatos y los partidos políticos, entre otros.
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Como se sabe, el debate sobre los usos y limitaciones de las encuestas se viene dando a nivel mundial, luego de que en varias oportunidades los estudios tuvieron bastantes dificultades para describir los escenarios finales. Se debe marcar que la materia prima (la opinión pública) está experimentando transformaciones profundas a causa del uso de las nuevas tecnologías de comunicación, la vertiginosidad de los entornos informativos y la apatía hacia la política, entre otros factores, que vuelven la decisión de voto mucho más volátil e impredecible. Al respecto se están desarrollando seguimientos de las opiniones en las redes sociales para complementar lo que responden los encuestados en las entrevistas.
A tal punto está llegando el debate sobre la parafernalia de mediciones que, esta misma semana, la cadena CNN de Estados Unidos decidió no difundir más encuestas con metodologías IVR (la máquina que pregunta por teléfono), on line (respondidas por internet), provenientes de campañas y partidos políticos, o con muestras de dudosa representación.
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Como entramos en temporada alta para la difusión de encuestas de todo tipo y color, es muy conveniente prestarle atención a qué metodología se usó, cuándo fue hecha la medición y qué cobertura geográfica tiene. Si no, estaremos comparando fotografías incompatibles, lo cual confundirá más de lo que aclara.
por Carlos Fara
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