Son como olas. Las tendencias en estética, sobre todo en lo facial, van cambiando y arribando por oleadas. Y mientras hace unos años era bastante notorio cuando alguien se realizaba algún procedimiento, hoy la premisa de los mejores médicos es: cuanto menos se note, mejor. La clave es verse cada vez más fresco y rejuvenecido, como quien ha vuelto de unas buenas vacaciones. La magia para esto radica en la llegada de tratamientos novedosos, que suman tecnología y prometen más y mejores resultados.
Doble tecnología
Marzo es un mes fuerte para volver a las bases: recuperar la piel deshidratada, con pérdida de luminosidad y combatir los daños de la sobre exposición al sol. “Nosotros comenzamos realizando un scan facial para una evaluación integral y armamos el protocolo individualizado según la edad, fototipo de piel, grado de laxitud y densidad de los tejidos. Contamos con todos los productos inyectables a base de diferentes principios activos para hidratar, reparar, estimular y regenerar, y las últimas tecnologías no invasivas para trabajar textura, manchas, flacidez y depilación”, describe la doctora Fabiana Zelaya, médica cirujana y directora de un centro de estética que lleva su nombre.
Este mes incorporaron una nueva tecnología llamada Emface, que por primera vez combina energías de radiofrecuencia sincronizada y HIFESTM (High-Intensity Focused Electromagnetic Treatment)para tratar a la vez la piel y los músculos del rostro. “A través de las sinergias de estas tecnologías se logra estimular simultáneamente el colágeno, la elastina, el ácido hialurónico y aumentar el tono muscular en frente, cejas, mejillas y línea mandibular”, describe la experta. Es un tratamiento libre de agujas que no requiere tiempo de recuperación y que promete un 37% menos de arrugas y un 30% más de tonicidad. Se compone de seis sesiones.
En Clínica Lemel, a cargo de la doctora Velia Lemel, también incorporaron Emface. “Este es el primer y único procedimiento sin agujas que puede tratar piel y músculo faciales en una sesión de 20 minutos. Se realizan entre 4 y 6 sesiones y el resultado son menos arrugas y más fuerza muscular”, describe la doctora, defensora de este tratamiento porque desde hace un tiempo, también obtiene grandes resultados con la versión corporal, el Emsculpt Neo. “Es súper revolucionario, porque es la combinación de dos tecnologías muy potentes. Con esto podemos trabajar abdominales, glúteos, brazos y piernas”, relata.
¿Cómo funciona? La tecnología no invasiva de ondas electromagnéticas focalizadas de alta intensidad (HIFEM) induce contracciones musculares supramáximas (hasta 20.000) que no se pueden lograr a través de las contracciones voluntarias. Cuando el músculo se expone a este tipo de contracciones, responde con una remodelación profunda de su estructura interna que resulta en la construcción de fibras musculares nuevas, al tiempo que se quema la grasa que está por encima del músculo. “Incluso se puede usar solo para lograr músculo cuando el paciente es muy flaco”, explica Lemel. Al igual que el Emface, no tiene tiempo de recuperación ni reposo. “Hoy se busca tratar todos los aspectos del envejecimiento, y esta tecnología lo logra tratando volumen muscular y pérdida de colágeno tanto en cara como en cuerpo”.
Con aguja y láser
Desde el consultorio del doctor Fabián Bottegal, en tanto, apuntan que lo que más evolucionó son las técnicas y procedimientos para perfeccionar el uso de las herramientas con las que se cuenta desde hace unos años, como el ácido hialurónico, la toxina botulínica y los láseres. “Un concepto claro es no aplicar las sustancias de rellenos, como el ácido hialurónico, solo para dar volumen, sino por medio de la inyección en zonas determinadas, para lograr así un efecto lifting de todo el rostro, por reposición en ciertas áreas que fueron perdiendo volumen”, explica el doctor.
Consciente de que ha habido excesos en el uso de estas herramientas (la cara de Madonna es un buen ejemplo), hoy se recomienda la aplicación de ácido hialurónico de baja densidad en ciertos puntos de tensión del rostro, para también estimular a la dermis a formar nuevas fibras de colágeno y elásticas. “Esta bioestimulación se realiza en el consultorio con anestesia tópica en crema, dejando solo un leve enrojecimiento en la zona por unas horas. Lo ideal es hacer dos aplicaciones cada dos semanas y la duración es de seis meses”, detalla Bottegal.
Por el lado de los láseres, el especialista explica que aquellos no ablativos, como la radiofrecuencia, han evolucionado en su acción para lograr mayor efectividad en su objetivo principal: la tensión cutánea de rostro y cuerpo. Lo hicieron a partir de llegar a mayor profundidad sin lastimar la superficie de la piel, lo que también permite continuar la vida normal de inmediato. “Esa es otra característica muy actual, los pacientes prefieren tratamientos que no impliquen estar en sus casas o en reposo por mucho tiempo”, agrega el doctor.
Finalmente, los tratamientos también pueden ser preventivos e integrales. Como el que realiza la doctora Julia Guarrera, médica especializada en Medicina Ortomolecular y Suplementación Nutricional Integrativa, con un enfoque que busca reestablecer la cantidad de vitaminas, minerales y otros nutrientes presentes en el cuerpo, para que funcione mejor y puedan prevenirse enfermedades.
Realiza esto a partir de tres pilares: cambios puntuales en los hábitos, suplementos oral bajo receta médica y tratamientos inyectables a través de los cuales se nutre el cuerpo con todo aquello que le está faltando. “El cocktail de nutrientes se define en función de las necesidades individuales de cada paciente, determinadas por un extenso interrogatorio realizado en la consulta médica, análisis de laboratorio y otras analíticas. Es fundamental tener en cuenta la individualidad biológica y la clínica del paciente el día de la consulta para definir el esquema de tratamiento”, detalla la profesional. La asiduidad también varía según el paciente, están aquellos que realizan el tratamiento con un objetivo preventivo y antienvejecimiento y regresan cada cierta cantidad de meses o quienes están bajo tratamiento de patologías crónicas que lo hacen de manera más regular. “Es un tratamiento de vanguardia en medicina preventiva”, sintetiza la doctora.
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