BARF (Biologically Appropriate Raw Food) es una nueva tendencia que recomienda que los perros lleven una dieta basada, principalmente, en alimentos crudos, como carne, vísceras y huesos que no hayan sido cocidos. Dependiendo de la composición final, en general, los alimentos suelen ser más alto en grasa y más bajo en carbohidratos, aunque dependerá del tipo de pieza cruda que se incluya en el plato de la mascota.
Según la Asociación Mundial de Veterinarios de Pequeños Animales (WSAVA), no hay evidencia de que las dietas a base de carne cruda proporcionen beneficios para la salud en comparación con las dietas cocidas caseras equilibradas o comerciales. Al contrario, distintos estudios ponen de manifiesto que este tipo de alimentación puede ser un riesgo para la salud del animal.
La carne cruda puede alojar a muchas bacterias, como Escherichia coli, Salmonella, Yersinia, Campylobacter spp, Listeria monocytogenes y Mycobacterium bovis. Una infección puede afectar tanto a animales como a humanos, de hecho, puede ser muy grave e incluso mortal, para los perros. La diseminación de estas bacterias patógenas puede llevarse a cabo desde el mismo corte de carne o desde las heces de las mascotas.
También se han encontrado parásitos en alimentos crudos, algunos, como el Toxoplasma, pueden infectar a los humanos. Esto es algo que se debe tener especialmente en cuenta en mujeres embarazadas y personas con baja inmunidad, ya que corren mayor riesgo de contagio. Sin embargo, muchos impulsores de la dieta BARF, que suelen presentarse en diversas redes sociales, argumentan que la carne cruda es segura.
Los influencers que proponen la dieta BARF, afirman que las carnes crudas tuvieron controles sanitarios previos y además se congela antes de su consumo. Pero, según los especialistas, esta afirmación no es correcta en términos de seguridad alimentaria. La congelación no mata a la bacteria y algunas piezas vendidas para consumo humano pueden estar infectadas.
Las revisiones científicas ponen el foco en varios puntos críticos de la dieta. Con respecto a ofrecer huesos a las mascotas, esto podría provocar fractura de dientes, obstrucción intestinal y estreñimiento. Tampoco se han encontrado beneficios de alimentarse con huesos ni en la reducción de la placa bacteriana o en la pérdida de dientes. Incluso, puede aparecer síntomas como problemas gastrointestinales o diarrea. Finalmente, para la Federación Europea de Alimentos para Mascotas (FEADIAF), es importante evitar este tipo de dietas en animales domésticos.
por R.N.
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