Fue hace 15 años y hoy cuenta como profecía. En el lanzamiento del otoño-invierno 2005, los diseñadores Viktor & Rolf propusieron un look que transportaba la cama a la calle. Su desfile se inauguró con la top model Lily Cole envuelta en un tapado negro del que sobresalía una guarda de sábana con puntilla, y que cerraba el conjunto con una almohada de seda adosada a la cabeza. Lo que siguió fue un séquito de modelos con variantes de vestuario hechos con retazos de cama, desde sábanas que devenían camisas y blusas a edredones que daban vida a vestidos de noche. Lo que en ese momento se vivió como una performance, ahora cobra otra interpretación. El modelo creado por Viktor & Rolf ha sido rescatado del pasado y hoy es la inspiración para un juego que fascina a los famosos: el “pillow challenge”, o “desafío de la almohada”, un divertimento que se toma con humor la presencia constante, merced al aislamiento, de la ropa de cama en nuestras vidas.
Porque en tiempos de cuarentena, la indumentaria para usar en casa está en el centro de la escena. Sin salidas ni grandes eventos para los que vestirse, priman las ganas de ponerse prendas cómodas y funcionales. Y así, las únicas marcas de moda que brillan en este caos son las que producen pijamas y ropa deportiva.
Oportunidad. Creada por la ilustradora Fernanda Cohen y la actriz Julieta Ortega, Jota & Co se presentó desde el inicio como una marca “para estar cómodas en casa o en cualquier situación informal”. Bajo lemas como “siempre es domingo” (un regalo del poeta Fernando Noy cuando la dupla creó el emprendimiento), se propusieron hacer ropa suelta y suave, que sirva para dormir o no. Y si bien siempre tuvieron ventas estables, nada se equipara a la respuesta de estos días. “En los tres años y medio que tiene Jota, nunca habíamos vivido algo igual. Esto fue una locura y superó cualquier otro momento”, detalla Ortega.
Pero tuvieron el poder de reacción para capitalizarlo a tiempo. Tras ver que el nivel de demanda aumentaba al comienzo del aislamiento obligatorio, hicieron una promoción en Instagram y mantuvieron un descuento del 30% en toda la tienda. Con un stock interesante en casa de Julieta, que convirtió su lavadero en un depósito, sus días hoy pasan preparando los pedidos diarios. A la vez, están en producción de nuevas prendas. “Como marca siempre tuvimos esta identidad y cuando esto termine seguiremos haciendo lo mismo”, se sinceran. Ese universo propio, el del mundo puertas adentro, les parece el más real de todos y para el que quieren seguir trabajando.
Con larga data en el mercado (nacieron en 2008), Bathinda vivió una de sus peores semanas a fin de marzo. Reconocida por sus prendas confortables de algodón pima peruano, la empresa ofrece desde pijamas y ropa interior a batas, accesorios y pantuflas. Para comienzos de abril empezaron la preventa online y desde que se autorizaron las entregas vieron crecer mucho sus ventas. Por eso, ya están pensando en una línea que en lugar de ser solo “sleepwear” sea “homewear”, adaptándose a todas las etapas de la vida en casa.
Funcionalidad. En líneas generales, no existe una tendencia concreta para la ropa de entrecasa. Pero sí hay acuerdo en que deben ser ítems cómodos, funcionales, que no necesiten plancha. “Babuchas, pantalones cómodos, remeras y buzos son parte del uniforme. Y puede ser uno súper canchero”, apunta Meri Salinas, productora de moda. Para ella, es vital ir variándolo cada tanto, porque después de 40 días son muchos los que están hartos de verse siempre iguales. Esto ayuda no solo a imprimir una cierta sensación de cambio sino también a no deprimirse al verse desprolijos y descuidados.
Otra cuestión que nota Salinas es la actitud lúdica en redes, con desafíos como el #ojotachallenge, donde algunos subían sus fotos de ojotas con medias. O el #pillowchallenge, del que hablábamos más arriba.
A la vez, Salinas asegura que ve movimiento en las compras online, sobre todo en los pequeños emprendimientos de moda. “Se nota que el aburrimiento incita el consumo. Aunque en estos últimos tiempos imperaba el slow fashion y comprar solo lo que necesitás, se advierte una necesidad de mimarse y hacerse algún autorrregalo. Y si no, basta mirar el furor que hubo en Tokio cuando reabrió Hermès”, señala. Similar actitud notan Coty Crotto y Maru Gándara, influencers detrás de @muymona, que cuentan que muchas de sus seguidoras están aprovechando los descuentos de las marcas para invertir en básicos, y que una de las consultas más repetidas son las propuestas de ropa de entrecasa. “Aunque hasta hace un tiempo estas eran las prendas que menos se cambiaban, hoy muchas marcas tienen un perchero de homewear en sus locales. Se caracterizan por géneros suaves, calentitos en invierno y frescos en verano, prendas que acompañen tus movimientos y te inviten a no sacártelas en todo el día”, describe Crotto. “Pero comodidad no es solo sinónimo de estar en jogging, porque la tecnología en cuanto a ropa avanzó mucho, y existen las más diversas propuestas y variedad”, apunta Gándara.
Desde Mercado Libre, uno de los grandes “salvadores” en estos tiempos, con envíos que jamás se suspendieron, aseguran que las categorías de Moda y Deportes están creciendo a tasas positivas. “Durante la semana del 13 de abril, la venta de indumentaria creció un 30% en comparación con la semana anterior”, detallan. Otras categorías que crecieron durante la tercera semana de abril fueron ropa interior y de dormir, maquillaje, electrodomésticos de belleza, depilación, pantalones, jeans y joggings. “Entre estas, las ventas de ‘pantalones y joggings’ registraron un aumento del 84% en unidades vendidas durante la primera quincena de abril en comparación con mediados de marzo”, cuenta la compañía, mientras que las ventas de ‘ropa de dormir’ se incrementaron un increíble 571% en el mismo período.
En emergencia. Aunque para algunos hablar de moda sea algo frívolo, es la segunda industria del país y un enorme proveedor de trabajo. Un rubro que está paralizado desde hace más de un mes y recién pudo retomar los envíos de productos en las últimas semanas. Por eso, la Cámara Argentina de la Moda declaró la emergencia el 15 de abril, pidiéndole al gobierno acciones concretas como créditos subsidiados a bajos intereses. “Hay que ver de qué manera preservamos la mayor cantidad de puestos de trabajo para volver a producir ni bien podamos, y también trabajar en los futuros protocolos sanitarios”, ilustra Francisco Ayala, presidente de la entidad que nuclea desde diseñadores y emprendedores a artesanos, maquilladores, peluqueros y organizadores de eventos, entre muchos otros rubros.
Ayala coincide en que la ropa para usar en casa será vital. “Si el medio ambiente se presenta hostil, no vas a salir a la calle con un vestido de cola. E incluso cuando volvamos a las salidas más producidas, el lenguaje de nuestra vestimenta va a estar muy modificado, porque tendremos la sensación de ser sobrevivientes; y por ende, haber aprendido a manejar los recursos”. En ese sentido, lo que viene -para quienes puedan superar este momento- será una moda más consciente y genuina. “Algo más atemporal y más verdadero, con menos desperdicios y un retorno al oficio. Después de esto, va a ser muy distinto lo que tiene valor de lo que tiene precio”, sintetiza Ayala.
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