Todo es mejor con una copa de vino en mano. Así decanta, al menos, del éxito que están teniendo distintas propuestas que complementan sus experiencias con el agregado del vino. Sesiones de coaching, de tarot y de cerámica son algunos de los planes que abren el juego e invitan a esta bebida a ser parte en plan de descontracturar y potenciar la experiencia.
Espíritu y emoción
“Tarot & vino es una propuesta creada para aportar un toque mágico y diferente a un encuentro entre amigos”, cuenta Vera Alimonda, astróloga, tarotista, autora de “Bitácora Astrológica” (El Ateneo) y a cargo de la cuenta @taller.de.magias. Ella imparte esta experiencia para grupos que la convocan para que les tire las cartas o, como le gusta proponer, cada una haga una pregunta y respondan entre todas. “Jugamos a ser tarotistas y lectoras del oráculo. Suele ser una propuesta muy elegida para cumpleaños, despedidas de soltera o simplemente una cena que se desea que tenga un componente diferente”, ilustra la experta. Las adeptas suelen ser mujeres de entre 30 y 45 años con ganas de ofrecer a sus amigas un plan original.
¿Y cómo llegó el vino a este lenguaje oracular centenario? Casi por casualidad: en todos los eventos a los que Vera era convocada había copas y botellas sobre la mesa, dialogando con las cartas. “Aporta una dinámica diferente a esas ocasiones en las que tenemos ganas de disfrutar y compartir un encuentro con un toque disruptivo”, relata Alimonda. En mayo Tarot & Vino también tendrá un encuentro abierto en La Rosa, un espacio que brinda propuestas culturales y espirituales en Montoya, Punta del Este, frente a la playa.
Otra disciplina que incluye al vino en su desarrollo es el coaching. Así lo realizan en Catar Coaching (@catar_coaching), al mando de la filósofa, coach y sommelier Sabrina Curti. “Es una actividad que estimula los sentidos para conectar con nuestras emociones. Las actividades utilizan la estructura de la cata consciente que nos permite detenernos en cada uno de nuestros sentidos para observar, desafiar nuestras creencias, oler y conectarnos con nuestra intuición”, describe la especialista. Se utilizan las metáforas del mundo del vino (la transformación, los procesos y los ciclos) para inspirar conversaciones que tengan que ver con liderazgo. “Se propone un método de cinco competencias que utiliza el arquetipo del sommelier para generar y desarrollar estas habilidades”, cuenta Curti.
Con formaciones presenciales y encuentros en CABA, también cuentan con embajadores en el mundo, en España, México, Venezuela, Colombia, Chile y Paraguay. El próximo encuentro será en abril, con una cata de emociones.
Con las manos
Pero no solo lo espiritual se puede movilizar con el vino. También las actividades manuales se benefician de esta unión.
Así sucede en Cerámica & Vino, el maridaje entre las clases de Pangea Cerámicas y los vinos de la bodega Martino Wines. “Muchas veces cuando estoy en casa y todos duermen, me gusta agarrar un pedazo de arcilla, servirme una copita de vino y ponerme a crear libremente. Eso me puso a pensar lo bueno sería poder ofrecer esto mismo a los demás”, relata Daniela Mazzei, creadora de Pangea. Lo que nació fue la unión con esta bodega y el desafío de crear con las propias manos la emblemática jarra pingüino para servir el vino. Mientras se construye, se realiza la cata de cuatro varietales de la bodega: Pedro Giménez, rosé, malbec y marselan, explicando de dónde provienen las uvas, cómo se cultivan, almacenan y el detrás de escena. Todo acompañado por una picada y buena música. “Creo que después de la segunda copa ya todos se relajan y pueden crear más libremente”, ríe Mazzei, que agrega que el encuentro fomenta la interacción social y la meditación activa a través del trabajo manual. Para conocer próximas fechas, hay que estar atento a su Instagram, @pangea_ceramicas.
El diseño floral y el armado de ramos es otra práctica que se alía a esta bebida. En el taller de Alejandra Durana se busca jugar con los cinco sentidos para llevar el arte floral un paso más allá. “Las catas están de moda, y a diario las personas se acercan más y más al mundo de las flores. Consideramos que era una gran alternativa para ofrecer una experiencia nueva”, describe. La primera edición sorprendió hasta a su creadora, ya que no quedó ni un lugar libre. “Combinar vinos y flores y poder hablar de los muchos puntos en común que tienen nos permitió armar esta propuesta con una fluidez especial”, cuenta Durana, quien lleva años realizando workshops y capacitaciones en diseño floral y armado de ramos. Para satisfacer a quienes quieren repetir la experiencia y también a los que aún hoy escriben consultando por fechas, a fines de abril será la segunda edición, y en el segundo semestre planean tres o cuatro más en plan de aprovechar la variedad de flores de la primavera. Para conocer las fechas exactas, se puede ingresar a @lafloristeria.ar.
Catas en el agua
Finalmente, el vino también puede ser un gran compañero de viaje. En Baires Wines (@baires_wines ) encontraron el maridaje perfecto con salidas en yate por el Delta. “Empezamos en cuarentena con un barco para 8 personas, buscando una forma de unir el vino con algún tipo de salida. Zarpábamos cada 15 días los sábados y domingos de la bahía de Nordelta. Hoy tenemos dos barcos de 15 y 30 personas y salimos todos los fines de semana de distintos puertos de la zona”, relata Claudio Marquez, creador del emprendimiento.
La salida es con sommeliers que van presentando distintos vinos boutique y los maridan con productos de delicatessen. En el último tiempo también sumaron experiencias privadas con barcos más de lujo y salidas desde La Plata a Colonia por el fin de semana, que incluyen todas las comidas y el hospedaje, en este caso en un velero. “A principios de abril también incluiremos Entre Ríos como destino”, agrega Marquez. Queda claro que el del vino y las experiencias es un romance que recién comienza.
Comentarios