Thursday 12 de September, 2024

CULTURA | 18-08-2024 08:14

Amor, admiración y reproches en una muestra que reúne las mejores dedicatorias

Desde Borges a Walsh, nuestros principales escritores dedicaron sus libros a amigos y colegas. En la Biblioteca Nacional, una selección de esos textos en la exhibición “La letra intensa”.

“Como todos los actos del universo la dedicatoria de un libro es un acto mágico. También cabría definirla como el modo más grato y más sensible de pronunciar un nombre”, dice Jorge Luis Borges de la antigua costumbre de obsequiar, junto con un libro, la expresión de un deseo o una declaración de afecto.

Generalmente escritas en la primera página de los ejemplares, las dedicatorias tienen una larga tradición que empieza hace siglos, cuando los poetas se dirigían a sus benefactores para encomendarles la lectura benevolente de sus obras. Las dedicatorias modernas son variadas y tienen finalidades diferentes. Las ofrendan los autores cuando quieren llamar la atención de determinados lectores o para declarar la influencia de un maestro o un amigo. Hay dedicatorias de amor, de pasión y hasta de reproche. Cuando el libro obsequiado es de un tercero, funcionan como recomendación o gesto pedagógico.

Adolfo Bioy Casares

Bajo el nombre “La letra intensa”, la Biblioteca Nacional acaba de inaugurar una muestra, consagrada a las dedicatorias. Los textos y ejemplares que componen la exhibición son parte del patrimonio de la institución, seleccionados a partir de las colecciones de autor que posee en su acervo, como las que pertenecieron a Alejandra Pizarnik, Adofo Bioy Casares, Silvina Ocampo o Jorge Luis Borges, entre otros. De los 10.000 ejemplares dedicados con los que cuenta la Biblioteca, se eligieron 70 para esta muestra, con dedicatorias de los más importantes escritores nacionales e internacionales del último siglo.

La exhibición comienza al aire libre en la Plaza del Lector y abarca dos salas en la planta baja del edificio de Agüero (sala María Elena Walsh y Leopoldo Lugones). Se podrá visitar hasta el 31 de octubre.

Biblioteca Nacional

Te lo dedico

“Jueves 2 de agosto, lugar y hora (3 ½) habitual. Te siento intensamente, igualmente te quiero”, le escribe Estela Canto a Borges en la primera página de un ensayo sobre el poeta Robert Browning. “Para Alejandra, por su poesía y por su vida, por su presencia en el mundo al mismo tiempo que yo. Casi desde adentro suyo”, es la dedicatoria sentimental de un Roberto Juarroz seducido, cuando ofrenda a la poeta su libro “Segunda poesía vertical”. “Nadie te comprende, Silvina. Se esconden para no ver”, le escribe amorosamente Pizarnik a Silvina Ocampo. Alberto Girri, en cambio, le reprocha: “Querida Silvina: vos no das señales de vida; yo, por lo menos, te tengo presente en estas miserables prosas juveniles. Espero tu carta”.

Estela Canto

“Ni bien el escritor termina una obra se apodera de él una intensa pulsión de dedicatoria”, explican los curadores de la muestra, Evelyn Galiazo y Mauro Haddad, citando a Roland Barthes. Estos textos íntimos, prolongación de otros papeles personales, como cartas o borradores, constituyen un documento esencial para comprender profundamente a los autores.

“Las dedicatorias entablan un diálogo entre sí”, explica Galiazo, directora de Investigaciones de la Biblioteca Nacional. Un diálogo que se revela gracias al trabajo intenso de los especialistas de la institución, que en los últimos años, han llevado adelante una tarea fundamental para lograr que las bibliotecas de los principales autores argentinos no salgan del país y estén disponibles para los investigadores.

Alejandra Pizarnik

Por lo pronto, las repercusiones de la muestra ya son grandes. Algunas instituciones se han planteado, a partir de este trabajo, replicar la exhibición con sus propias colecciones y la Biblioteca se propone también crear una galería de dedicatorias más amplia para el futuro.

Los nombres involucrados en “La letra intensa” son muy importantes. Hay ejemplares firmados por Italo Calvino, Gabriel García Márquez, Pablo Neruda y Thomas Mann, entre los autores internacionales, y textos de Sara Gallardo, Ricardo Piglia, Rodolfo Walsh, Osvaldo Lamborghini, Juan Gelman, los poetas de Boedo, Oliverio Girondo, Antonio Di Benedetto, Olga Orozco, Arturo Carrera y muchísimos más.

La muestra agrupa los volúmenes exhibidos en textos ligados a la política, o dedicados a la Biblioteca, o ejemplares de un libro ofrendados por el autor a distintos destinatarios (es el caso de “Voces” de Antonio Porchia) o dirigidos a Borges, Bioy o Silvina Ocampo, titulares de algunas de las colecciones más importantes de la institución. De hecho, Borges fue director de la Biblioteca y sus propios libros se confunden y entremezclan con los del acervo. También son valiosos los ejemplares dedicados a Gonzalo Losada, editor del sello Losada, que tuvo una intensa actividad editorial en la Argentina.

Manuel Puig

Rastrear la relación de los escritores involucrados en las dedicatorias describe un mundo intectual intenso y descubre datos poco conocidos. Por ejemplo, las declaraciones de amor de Juan Jacobo Bajarlía a Pizarnik. O la revelación de una amante inesperada de Bioy en un libro de Juan Rodolfo Wilcok dedicado por él a Adolfo y a Silvina Ocampo, con la firma de Genca, la ilustradora del volumen y enamorada del destinatario. O la declaración de afinidad intelectual de Osvaldo Lamborghini a Manuel Puig en su texto: “Para Manuel Puig, amigo de la palabra desenfrenada”.

Alejandra Pizarnik

“El intercambio de dedicatorias manuscritas adquiere el valor de un sistema táctico que en ciertos casos busca establecer relaciones y, en otros, fortalecerlas”, explican los curadores, develando la importancia que estos textos tienen para introducir a los jóvenes autores en un campo intelectual que todavía los desconoce o acercar posiciones entre proyectos estéticos similares.

Rodolfo Walsh

“Ya creo en todo, hasta en las dedicatorias”, confiesa Baldomero Fernández Moreno en una frase inscripta en la primera sala de muestra. Con ella se nos invita a sumergirnos en la letra de estos materiales desconocidos, que además de su valor documental, son piezas luminosas de una literatura ignorada.

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Adriana Lorusso

Adriana Lorusso

Editora de Cultura y columnista de Radio Perfil.

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