Thursday 12 de September, 2024

CULTURA | 14-08-2024 20:37

Pablo Reinoso, el artista argentino que brilla en el Elíseo

Radicado en Francia hace años, fue elegido por el presidente Emmanuel Macron para crear una escultura en el ingreso del Palacio Elíseo.

Sus ríos ondulantes de tres toneladas de hierro serpentean casi ingrávidos como un abrazo inclusivo y apretado alrededor de las escalinatas de la entrada del palacio donde los presidentes franceses reciben a sus huéspedes. Bautizada “Fleuves de France” (Ríos de Francia) e inaugurada en la víspera de los Juegos Olímpicos y Para olímpicos de París 2024 por el presidente Emmanuel Macron y su esposa Brigitte, la escultura realizada por el artista franco-argentino Pablo Reinoso, quizás sea la obra más simbólica de ese pasaje de entrada a la concordia universal a través del deporte.

Como esos brazos que se desparraman por el infinito, Pablo Reinoso sabe abarcar el arte con multiplicidad plástica De padre argentino y madre marsellesa, ambos psicoanalistas, el escultor, nacido en Buenos Aires, conocedor de arquitectura, diseñador, pintor, pero esencialmente artista como su lenguaje natural, practicó desde una edad temprana su contacto directo con las artes. “Mamá me llevaba a ver muestras, y los fines de semana los pasaba con mi abuelo en su taller de carpintería y fotografía. Cuando cumplí los seis años, me regalaron un banco de carpintero; fue maravilloso” contó. Fue discípulo de Jorge Michel, de su maestro de escultura obtuvo su gusto y respeto por los materiales nobles y el trabajo implacable. Cursó parte de las carreras de arquitectura y psicología en la UBA, y con esa duplicidad originaria, muy a su estilo, se hizo su propio camino al andar. En 1978 se instaló en París (cuando su país de origen se revolvía en épocas difíciles) donde conoció a su mujer, Victoria, una psicoanalista argentina con quien tuvo dos hijos, Mathias y Rodrigo.

Pablo Reinoso

Su segundo país le permitió comenzar a desarrollar su intensa y eximia carrera de escultor. En su currículo, figuran numerosas muestras de sus esculturas en algunos de los lugares más importantes del mundo del arte y tambièn una experiencia profesional como director artístico en Givenchy, una de las marcas de cosméticos francesa más prestigiosas. Allí estuvo involucrado en el rediseño del logo (un cuadrado con cuatro ges), y también fue uno de los responsables de la elección de Liv Tyler como la cara de la recordada campaña gráfica de la marca para regresar a sus origenes y crear sus famosas series de esculturas utilizando sillas Thonet, reproducida infinitas veces y en formas diferentes. En 2006 creó la serie que lo haría más célebre: los bancos “Spaghetti” que, como un árbol, parecen ramificarse hacia el infinito. En sus creaciones hay piedra, hierro y madera, que parece ser su materia preferida, como una forma de volver a esas raíces en el banco primigenio, su primer objeto en el taller de su abuelo. La pesadez de los materiales que usa y la levedad del aire son la marca registrada que se repiten cada vez que se reapropia de un objeto. Tan casual, tan simple, pero tan presente.

Los palacios galos se volvieron su marco ideal, como una forma de engalanar el trabajo exigente e insomne del escultor, forjador y carpintero en esas obras que desconstruyen la geometría y volatilizan las formas En 2016 ya había instalado dos bancos de acero negro en los jardines del Palacio del Elíseo. Bautizados “Racines de France”, evocan los símbolos de la república francesa, el roble y el olivo, cuyas hojas en bronce están incorporadas a la obra. Y en 2022 realizó en Chambord, el grandioso castillo del siglo XVI, patrimonio histórico de Francia en el valle del río Loira, expresión de poderío del rey Francisco I, “Débordements” una muy original exposición solista, con alcance de retrospectiva, que ocupó los interiores y se extiendió por el parque del castillo.

Y ahora estás pasarelas universales, que rompieron con las rigidez de la piedra centenaria y poderosa mientras se exponen libres al contacto universal. “Hay algo de generosidad en mi obra y aparte me gusta el vínculo social. La gente se la apropia, sin un manual de uso”, reconoce con su costado de “homo faber”. Orgulloso de una tarea hercúlea, Pablo Reinoso, el hombre calmo y afable, pero reconocido como un obsesivo del detalle, en diálogo con Revista NOTICIAS nos cuenta sobre su reciente trabajo de “esta tarea de formaciòn eterna y para toda la vida”.

Noticias: ¿Cómo fue la historia de las pasarelas “Fleuves de France” (Ríos de Francia)? Ya había otra obra suya del mismo estilo en los jardines del Eliseo, dos bancos de hierro negro, que bautizó “Racines de France” (Raíces de Francia), de los que Macron se enamoró

Pablo Reinoso: Aunque parezca extraño tanto la obra “Raíces de Francia” que hice durante el mandato del Presidente François Hollande en el 2016, como “Ríos de Francia”; fueron dos intervenciones que yo sugerí hacer. Cuando fui conociendo mejor a los Macron, me enteré de que cuando ellos se instalaron en el Elíseo mi obra les encantó y representó para ellos un especie de amuleto de la buena suerte y entonces quisieron modernizar el Palacio inspirándose en el ejemplo de esta obra contemporánea que se integraba con el edificio del siglo XVIII.

Pablo Reinoso

Noticias: ¿Hubo alguna sugerencia o pedido especial?

Reinoso: Al contrario, tuve absoluta libertad en el desarrollo del proyecto.

Noticias: Sus obras fueron donadas. ¿Es común hacerlo?

Reinoso: La primera obra la hice asumiendo costos y tiempo, y fue inicialmente un préstamo que le hice al Estado. A medida que fue pasando el tiempo, viendo lo bien que se había integrado al edificio decidí donarla. No quería que hubiera una relación comercial con el Estado. Yo había construido algo que se transformó en un símbolo y decidí que se quedara. El Presidente Macron valoró mucho mi gesto, me lo agradeció profundamente y me preguntó si había pensado en otras obras. En nuestra charla le comenté que había imaginado dos rampas para la entrada al Palacio del Eliseo, que remplazarían las rampas provisorias en madera que estaban allí desde hace más de dos décadas para permitir el acceso a las sillas de ruedas. Le dije que no me parecía digno recibir a los Juegos Paraolímpicos en el Eliseo con esas rampas. Su respuesta fue inmediata: ¡quiero ver sus dibujos!. De mi respuesta surgió esta vez un pedido concreto que fue “Ríos de Francia”. En esta obra doné mis honorarios pero el Eliseo pagó los costos de producción.

Noticias: La idea se aprobó en enero, pero fue una proeza hacerla en 40 días...

Reinoso: El Palacio tardó mucho en avalar en inicio de la obra. Cuando el Presidente me pidió que estuviera lista para la apertura de los Juegos Olímpicos y no la de los Paraolímpicos (un mes más tarde) me quedé helado. Nos quedaban sólo 40 dias. Es una obra que lleva normalmente 5 meses. Junté a mis equipos, decidimos duplicar las fuerzas de producción, vimos que si trabajábamos todos los días, fin de semanas incluidos y hacíamos días de 16 horas de trabajo, llegábamos. Trabajamos en dos talleres en simultáneo y tuve que imaginar un sistema de montaje muy complejo para no ocupar más de un día el espacio de la “Cour d’Honneur” ya que el Presidente recibía dos días después a 120 jefes de Estado y tenía que estar impecable. Dormía 4 horas por noche, pensé que explotaba, pero había tan buena energía y disposición en todos los equipos que me daban la energía que me faltaba. Todos querían llegar a tiempo para los Juegos Olímpicos.

Noticias: ¿Qué sintió cuando vio su obra en la escalinata del Palacio Elíseo? Saber que 120 jefes de Estado y de gobierno del mundo la transitarían.

Reinoso: Hasta que no la vi instalada casi ni respiraba, fue un alivio inmenso y mi primera noche donde logré dormir. Es rarísimo ver como se inscribe en ese lugar histórico y actual. Aun no caigo. Pero tampoco soy de aquellos que se la creen, me bajo a tierra rápido.

Pablo Reinoso con el matrimono Macron.

Noticias: ¿Cómo es su relación con Brigitte Macron ? ¿Qué le manifestó ella de su obra?

Reinoso: Brigitte Macron es una persona extraordinaria, de una educación y una corrección increíble. Es muy simple en el trato y siempre se las arregla para estar de buen humor. En los últimos meses fue una ayuda fundamental para lograr instalar la obra en tiempos tan reducidos, porque a pesar de la autorización presidencial, la burocracia demoró las cosas y entonces recurrí a la primera dama francesa, a quien le tengo mucho respeto y porque se ocupa más de las cosas del Elíseo. Ella se encantó con el proyecto y así se pudo reactivar. Accesible siempre, nos hablábamos día por medio.

Noticias: ¿Cuándo conoció al matrimonio Macron?

Reinoso: Fui invitado a un almuerzo al Palacio del Eliseo, junto a otros argentinos que vivíamos en París, estaba Ángel Di María por ejemplo con quien me une una historia muy personal. Ante mi sorpresa me sentaron en la mesa con ellos dos. Pudimos charlar un buen rato y luego los fui cruzando en eventos.

Noticias: Cuénteme la historia con Di Maria

Reinoso: Estaba en un vuelo a Bs. As. y cuando me estaba sentando oigo a metros de donde yo estaba el grito desgarrador de una niña. Salto de mi asiento, me acerco a ella y veo que su dedito estaba atrapado en la bisagra que sostiene la televisión. La madre estaba desesperada, los azafatos no sabían qué hacer y yo que soy bastante habilidoso con mis manos, me puse a tratar de sacar el dedo de la trampa. La calmé y con mucho cuidado lo destrabé. Luego lo revisé para ver si no se había fracturado y pedí hielo. La mamá estaba muy angustiada y se puso a hablar por vídeollamada con su marido. De repente me pasa el teléfono para que le cuente lo que estaba pasando. Miro la pantalla para hablarle y veo que era Angelito. Le digo “¿Fideo sos vos?, quedate tranquilo, va a estar todo bien. ¿Querés que te muestre cómo le quedó el dedito?”. Y me dice: “No por favor, que las heridas me impresionan mucho”. La niña llegó bien a Buenos Aires, nos despedimos con cariño. Dos meses después, en el famoso almuerzo en el Eliseo lo veo a Di María parado en el fondo de la sala, me acerco para saludarlo y presentarme y antes de que le diga nada me dice: “hola Pablo, muchas gracias por haber ayudado a mi hija y a mi mujer, estaba seguro que ibas a estar acá”. Nos dimos un abrazo.

Noticias: El diario Le monde dice que desde 2017 es “La estrella del Elíseo”, ¿qué piensa de eso?

Reinoso: No leí el artículo, no puedo opinar.

Noticias: ¿Qué tanto hay francés y cuánto de argentino en su obra? ¿Y en sus modos y costumbres?

Reinoso: Soy una mezcla, respeto mis dos culturas y trato de honrarlas.

Noticias: ¿Qué obra suya le gustaría que quedara en Argentina, a nivel oficial? ¿Dónde la pondría? ¿Qué representaría?

Reinoso: Ya hay dos, que también he donado. La primera está en la Universidad de San Martín. Hice el mástil de la universidad que se llama “Mástil Firulete”. La universidad costeaba la producción, pero como lo que hice era mucho mas grande que el presupuesto, dejé mis honorarios en la producción e incluso tuve que costear todos mis gastos personales. Yo estudié en escuelas públicas y en la universidad pública. Nunca pagué nada en Argentina por estudiar, para mí es absolutamente lógico tratar de ayudar, devolver lo que se me dio. Sostener la educación pública es fundamental para que nuestro país tenga un futuro inclusivo. La segunda está en Recoleta, fue un encargo de la ciudad, ellos pagaron la producción y yo no cobré honorarios. Ojalá pueda dejar más obra en la Argentina.

 

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Gabriela Picasso

Gabriela Picasso

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