Tuesday 8 de April, 2025

POLíTICA | 03-04-2025 07:47

Milei contra Clarín: secretos de una nueva enemistad

Qué hay detrás de la decisión oficial de impedir que el holding de Magnetto absorba Telefónica. El enojo presidencial que desató el conflicto. Cómo impacta la interna Caputo-Karina.

¿Cuál es el límite entre la vida privada de un político y la pública? ¿Hasta dónde una influye a la otra? ¿Hasta dónde la explica?Estas preguntas son parte de un debate histórico entre periodistas y analistas. Las opiniones no siempre coinciden y jamás hubo consenso sobre esta larga discusión. Quizás una de las tantas novedades que vino a traer Javier Milei sea también en este terreno. Es que si la versión que corre en el Gobierno es cierta, la avanzada del oficialismo contra Clarín vendría motivada por un aspecto muy propio de la personalidad del Presidente: sus imparables enojos, una topadora de inestabilidad que lo caracteriza desde niño y que cuando arranca se lleva puesto a todo lo que encuentra.

De acuerdo al relato que hace uno de los hombres ahora encargados de torpedear la fusión entre Telecom y Telefónica, la compañía a la cual el Grupo compró -al menos por ahora-, en la mañana del lunes 24 de febrero le sonó el teléfono. Era Santiago Caputo. Del otro lado de la línea el asesor todoterreno lo notificó que había que darle comienzo a las hostilidades contra el emporio de Héctor Magnetto, ya que “Javier se había re contra calentado”. Horas más tarde, el autodenominado “Mago del Kremlin” posteó una imagen en su cuenta paralela en “X” con la bandera “Clarín Miente”.

El Gobierno vs Clarín

La persona a la que había llamado no se animó a preguntar los motivos detrás de la furia del libertario. Aunque luego, a medida que la contienda avanzaba, se enteró de que, más allá de que el disgusto de Milei con Clarín venía creciendo hace tiempo, hubo dos hechos puntuales que habrían desatado el escándalo: uno sería una nota de Marcelo Bonelli, un periodista al que el mandatario tiene como uno de sus blancos predilectos, y otro, más intrincado aún, apuntaba al profundo disgusto que le habría provocado a Karina Milei una foto que había publicado el diario el domingo 16, en una recorrida proselitista por la Capital Federal dos días después del Criptogate, en la que se la veía poco agraciada. Y eso, parece, fue suficiente para que Milei pusiera en jaque la operación monetaria más grande que se da en el país desde que se sienta en el sillón de Rivadavia, de $1245 millones.

La narración suena, a priori, disparatada. ¿Alguien del que dependen 45 millones de argentinos podría entorpecer una delicadísima maniobra financiera, en la que se juegan cientos de trabajos, por algo parecido a un capricho? ¿Está dispuesto a entrar en una guerra en un año electoral con un poderoso grupo mediático (y por lo tanto político) por una nota crítica y una foto desmejorada?

La tapa de NOTICIAS

El oficialismo respondería tajantemente que no. Diría que, tal cual detalló en un comunicado, sus recelos acerca de esta novedad en el mundo de las telecomunicaciones nacen de que, si la fusión efectivamente sucediera, “implicaría una concentración del 61% para el mercado de telefonía móvil, 69% para la telefonía fija; y, respecto al servicio de internet residencial, en algunas zonas del país la concentración podría llegar al 80%”. Lo que se dice, en criollo, un monopolio, esos que la legislación local impide y que Milei antes defendía a capa y espada.

Aunque suena irreal, este medio sabe en carne propia hasta dónde puede escalar la tensión con este Gobierno si el mandatario así lo quiere. En abril del año pasado NOTICIAS publicó una tapa donde reveló que en la Quinta de Olivos hay sólo cuatro perros (y que el quinto con el que el libertario dice jugar todos los días existe sólo en su imaginación). Esa información desató, como dijo un altísimo funcionario nacional que intentó evitar la publicación, una “guerra” de parte del Gobierno. Hoy PERFIL tiene cuatro juicios con la administración por distintos tipos de amenazas y discriminaciones.

El Gobierno vs Clarín

Es probable que, como sucede siempre en este país del fin del mundo, haya un poco de verdad en todas las versiones. Que Milei esté enojado por algún tema menor, que Clarín esté ante la suculenta posibilidad de tener un lugar más que protagónico en el mundo de las telecomunicaciones, y que todo esto sea sólo la superficie de un vínculo más complejo entre un Gobierno y el principal grupo mediático del país.

Negocios

Que Telefónica, empresa que cotiza en la Bolsa de Nueva York y cuyo principal accionista es el Estado español, quería irse hace tiempo del país era vox populi en el mundo empresarial. A tono con algo que viene pasando luego de la pandemia en todo el mundo, las grandes multinacionales están retirándose de países aún en vías de desarrollo para concentrar su cartera en algunos pocos lugares -en Argentina, en los últimos años, ocurrió con Procter & Gamble, Nike y Zara, por sólo nombrar a algunas marcas relevantes-. Esas compañías suelen vender sus activos a un comprador local. Fue el caso de Telefónica. Desde 2019 se desprendió del grueso de sus filiales en América Latina -mientras que busca concentrarse en España, Alemania, Brasil y Reino Unido-, dentro de un negocio de las telecomunicaciones que cada vez viene perdiendo más peso ante el avance de la tecnología.

El Gobierno vs Clarín

El Grupo Telecom, holding empresario que pertenece en un 40% al Fondo Fintech, del mexicano David Martínez, en otro 40% al Grupo Clarín, a través de Cablevisión Holding, más el 11% que controla el Estado a través del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de la ANSES, se hizo con Telefónica. Eso sucedió luego de desembolsar $1245 millones, gracias a una compleja ingeniería que incluyó finaciamiento del BBVA, Santander, ICBC y el Deutsche Bank (según publicó PERFIL, el 90% del monto de la compra vino de esta operación).

Así fue como se creó esto que el Gobierno sospecha de ser un monopolio. Según los datos del investigador del Conicet Agustín Espada, Telefónica tiene 2.600.000 de clientes en telefonía fija (38% del mercado); 16.600.000 de líneas de telefonía móvil (27% del mercado); y 1.300.000 de clientes de banda ancha fija al hogar (12% del mercado),  que se sumarían a los de Telecom: 2.900.000 de líneas de telefonía fija (42% del mercado); 21 millones de líneas de telefonía móvil (33,6% del mercado); 3.900.000 de clientes de internet al hogar (36% del mercado); y 3.300.000 de clientes de televisión paga (37% del mercado).

El Gobierno vs Clarín

Argumentos

Telecom se ampara en dos factores para asegurar que, a contramano de lo que sostiene el Gobierno, este emporio no sería ilegal: la presencia de su competidor, Claro (que aunque posee el 39% del mercado de telefonía móvil no tiene inserción en los otros rubros de las telecomunicaciones) y en el crecimiento de Elon Musk, a quien el Presidente llama su amigo. Es que Starlink, su empresa de internet satelital, ya empezó a operar en el país, llegando a zonas alejadas y a un precio más barato. Sin embargo, por ahora su inserción es más que marginal.

Telecom aseguró que gracias a esta compra podrá realizar inversiones para mejorar su red de fibra óptica y avanzar en el desarrollo de su red de 5G. Esa es la versión oficial. Por abajo, en el mundo de los negocios hay otras. Una es que el gran interés de Héctor Magnetto era no ver crecer a Claro, su competidora, o ver nacer a otra en este mundo, en especial si era una que tenía algún vínculo con el Gobierno, como el caso de José Luis Manzano o del Grupo Werthein. En el run run empresarial juran que el zar mediático efectuó la compra sin hacer el “due diligence”, como se conoce en este tipo de negocios a la operativa por la cual se revisan todos los activos de una empresa antes de adquirirla. ¿Será así? ¿Apremiaban los tiempos? Esto parece cierto para el caso de Telefónica. Es que uno de los actores que quedó en carrera, que todavía hierve de bronca, jura que los españoles inclinaron de alguna manera la cancha hacia el Grupo. ¿Será por la espalda que tiene “el gran diario argentino”, ya que intuían que podía desatarse una guerra política y legal? Lo cierto es que Telefónica, luego de la venta, dio por cerrada su aventura en Argentina. Todo lo que suceda a partir de ahora será un problema de sus nuevos dueños.

El Gobierno vs Clarín

Futuro

“Hay orden ir a morir y de laburar rápido”, cuentan los técnicos del Gobierno que ahora tienen que llevar adelante la batalla, que responden a las órdenes de Caputo. El asunto pasó a manos de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNCD) -cuyo titular, Alexis Pirchio, renunció el 15 de marzo, en plena contienda- y el Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM). La pulseada durará de mínimo seis meses, el plazo que puso el Gobierno para evaluar la legalidad de la fusión, aunque todas las partes involucradas esperan que se estire más. Desde Telecom se muestran optimistas, y se habla de la reciente adquisición del canal deportivo ESPN por parte de Disney (que ya tenía las tres señales de Fox Sports) en el 2020 como un antecedente en este sentido.

En el Gobierno, aún cuando se muestran con el cuchillo entre los dientes, no parecen ser demasiado optimistas. Dicen que, en el mejor de los casos, luego de cumplido el plazo establecido, tienen dos jugadas. Una es que ENACOM obligue a Telecom a devolver alguna parte del “espectro radioeléctrico” -el conjunto de frecuencias que posibilita que funcionen las telecomunicaciones-. Esto sucedería sin que la empresa reciba ninguna damnificación, además de perder parte del mercado. Otra es que la CNCD fuerce a a Telecom a liberar alguna zona del mercado. En cualquier caso, sería una derrota no demasiado grave para el Grupo.
Es llamativo, porque casi parecería que, mientras muestra los dientes, el Gobierno estaría buscando acordar. ¿Será parte de una táctica? ¿Hay algún resquicio legal para evitar que una empresa concentre una porción tan grande del mercado? El final por ahora sigue abierto, en especial por un factor: Javier Milei siempre es difícil de prever.

El Gobierno vs Clarín

Laberinto

“Son parte de la casta y se ven afectados, también están muy molestos por haber perdido pauta oficial. Están operando a full, ven en riesgo la continuidad de sus negocios”. La frase es de Javier Milei, y antecede por mucho a esta escalada con Clarín. Es de marzo de 2024, cuando su Gobierno recién estaba arrancando. Desde entonces los cruzó varias veces, en notas y en las redes. El 2 de marzo de este año dio un paso más. Publicó un tuit titulado “Clarín, la gran estafa argentina” donde los acusa de “hostigar con mentiras” al Gobierno porque quieren tener un “abuso en una posición dominante en el mundo de las telecomunicaciones”. El Presidente también dijo que “estaban acostumbrados” a actuar así, y cargó con nombre y apellido contra Magnetto. Esa publicación sigue fijada en su cuenta hasta el cierre de esta edición, en lo que es la segunda vez que deja destacado un tuit -el primero había sido promocionando $Libra- desde que está en el cargo.

Todo esto sucede a pesar de que la línea editorial del Grupo viene siendo, al menos, amigable. Por eso -y porque Milei defendió siempre a los monopolios, incluso ya como jefe del Estado- es que llama la atención esta búsqueda suya de tener a Clarín de enemigo. Quizás haya algo más de fondo: el libertario, impulsado por la convicción de quien se cree literalmente elegido por Dios, sólo puede pensar al periodismo como una repetidora de sus ideas y argumentos, y no tolera ni siquiera la más mínima crítica de la prensa. Tal vez haya algo más de fondo: el intrincado juego de la política y los negocios en un año electoral. De cualquier manera, esa pulseada es delicada. Y Milei no se caracteriza por su paciencia.

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Juan Luis González

Juan Luis González

Periodista de política.

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