Las imágenes más emblemáticas y las tapas de los discos más importantes del rock argentino tiene nombre y apellido: Andy Cherniavsky. El jueves 8 de diciembre se estrena en los cines del pais el largometraje documental Expuesta, del director Eduardo Raspo, que recorre la vida de la artista, enfocada en sus dos pasiones: la fotografía y la música.
En su última muestra “La máquina de mirar”, que finalizo la última semana de noviembre, dio con su obra fotográfica un repaso que va de los 80 al presente: imágenes que reúnen a algunas de las bandas más célebres de la historia musical nacional, desde Sumo a Soda Stereo entre otros; retratos que van de Fito Páez y Andrés Calamaro a Fabiana Cantilo e Hilda Lizarazu, pasando por virus y Babasónicos, hasta una sala dedicada exclusivamente a Charly García.
La hija del productor artístico Daniel Cherniavsky, fundador del Centro de Artes y Ciencias (por donde pasaron músicos internacionales como Chico Buarque y Santana), tuvo su consolidación al convertirse en la fotógrafa referencial del rock argentino, tanto en las coberturas como en las tapas de los discos. Charly Garcia, Andrés Calamaro, fueron algunos nombres propios que se relacionaron tanto por su profesión como en lo personal.
Editora fotográfica de la revista G7 durante diez años, publicó dos libros de fotografías: “Corazón argentino” y “Charly, una biografía fotográfica de Charly García”. Sin embargo, su libro más personal es el último: “Acceso Directo. Memorias de una fotógrafa del rock argentino en los 80”.
Revista Noticias: ¿Cómo fue que se generó la idea del documental sobre tu vida y obra propuesta por el director Eduardo Raspo?
Andy Cherniavsky: Me costó mucho encarar la película después del libro. Creo que fue una historia que a Eduardo le intereso contar de mi vida, mezclada con el rock, mezclada con una adolescencia muy difícil y por todo el material que tengo que es enorme. Finalmente, me convenció. Lo hicimos en pandemia, fue un laburo tremendo porque nos teníamos que hisopar todo el tiempo. Tengo un gran archivo analógico de todos los recitales, de todos los shows que cubrí mi vida, más de 150 tapas de disco, había un atractivo gráfico también, más allá de las historias y de las tapas de Charly y de todo lo que es mi trabajo.
Noticias: En tu libro Acceso Directo realizas una introspección de tu vida personal y la fotografía, ¿Cómo nació tu vocación y de qué forma lo llevaste entre tu familia y tus pares?
Cherniavsky: La idea siempre había sido estudiar psicología. Fue todo como esas cosas de casualidades en la vida. Una amiga me hizo hacer un curso de fotografía básico de tres meses. A los tres meses trabajaba de fotógrafa de plaza, y después de llegar al rock fue de la mano de Charly. Estaba en el cuarto año del secundario, y era compañera de Dani García, su hermano, aunque Charly ya estaba un poco merodeando. Después un poco la vida, yo era una chica que vivía sola con mi hermano menor. Al final mi hermano viajo para encontrarse con mi madre. Ahí la mamá de Charly me pidió de alojarlo en mi casa, es una historia muy particular. Tiene muchos condimentos de abandono, de superación, de resiliencia y yo era una gran fan de la música del rock argentino. Mi viejo trajo a Santana, era manager de Moris, Manal, Arco iris, Nacha Guevara y de chiquita me llevo al primer BA rock en el Velódromo. Me empecé a fascinar por toda esa música. Llegue a conocer a Miguel Abuelo en el teatro de mi papá, que era un lugar multicultural. Había obras de teatro y cine. Entonces en el Centro de Artes y Ciencias mamé todo eso y me volqué hacia la música. Y cuando tuve una cámara en la mano, los planetas se alinearon. También, con la confianza de Charly, que le dio un lugar a las mujeres en el rock: Fabi Cantilo, Hilda Lizarazu, Celeste Carballo, María Gabriela Epumer y, bueno, a mí.
Noticias: ¿Cómo viviste tu transformación al campo profesional?
Cherniavsky: De la mano de Daniel Grinbank, que también frecuentaba mi casa donde se reunían los Abuelos. En ese momento era pareja de Andrés Calamaro. Empezamos con Claudio Clota a hacer un estudio de fotografía, como que las cosas se equilibraron, y no paraba de hacer giras y sacar fotos. Empecé a convertirme y a sentirme fotógrafa, aunque lo normal en mi casa sería tener un título universitario y no un curso de tres meses. Pero, por otro lado, me sentía en mi mundo. Ya no era la hija del productor, sino la fotógrafa. Éramos un grupo de amigos con Charly, Seru Giran, era vecina de David Lebon, hacíamos fiestas, viajábamos y teníamos esa avidez para hacer producciones. Era buscar espacio para tocar, sacar fotos y para divertirnos Una gran búsqueda.
Noticias: ¿Cómo vivías tu labor de fotógrafa del rock en esa época?
Cherniavsky: En esa época era muy difícil sacar fotos en vivo. En el estadio de Obras, volaban las sillas y tiraban cosas, era realmente una profesión de riesgo. Pero yo era fanática, y con tal de estar ahí, ni ganaba plata, pero me interesaba profundamente aprender y sacar fotos en vivo. Me daba todas esas posibilidades. Aunque todo era muy precario, me daban dos rollos de 36 y tratar en una toma fotográfica hacer lo que podías, pero salieron cosas hermosas. Por otro lado, teníamos los estudios gráficos de DG Discos y con los nuevos estudios arriba de las oficinas de Daniel Grinbank, los chicos firmaban los contratos, subían y se sacaban las fotos. Eran 200 o 300 fotos por día, porque en esos años había que enviar una foto física a los diarios del país.
Noticias: ¿Qué se siente volver a ver las imágenes del rock argentino de los 80?
Cherniavsky: Admiro que estaba convencida de que el rock era un movimiento ideológico. Después me profesionalicé con moda y publicidad. De repente, mis archivos cobran vida, porque los 80 vuelven, con revisión, libros, y ahora con la película. Ese material está más movido que el resto, igual me fascina hacer lo otro. Pero pasa algo espectacular con esa década: que es el inicio de la democracia y de la libertad. También un cambio cultural, salir de la canción de protesta para generar canciones divertidas, que hablaban de otros temas y que se podían bailar. Hubo un cambio de paradigma con Virus, Los Twists, Los abuelos y Charly acompañando a todos ellos. La fotografía tiene eso de hermoso, cada laburo es un desafío nuevo y eso lo sigo viviendo. Una trama viva que, cada trabajo es una nueva puntada, y el rock es una parte de mi carrera, y la que elegí porque me representa.
Noticias: ¿Está revalorizado el rock argentino de los 80 y 90, pasando de ser lo que fue; una tendencia generacional a un estrato cultural representativo del país?
Cherniavsky La música traspasó todas las fronteras, adonde vayas todo el mundo, dice Soda Stereo o Charly García. Todas las bandas que tocaron en España, Babasonicos y Fito. Incluso las nuevas como Conociendo Rusia, la verdad es increíble y es hermoso. Creo que el rock tiene ese condimento de tener letras, melodías, armonías y ritmo, un mensaje importante para dar, desde lo romántico, ideológico o en lo crítico. Ahora hubo un cambio, lo que más se escucha es ritmo. Lo cual no está mal si la gente le gusta y lo disfruta. No sé cuánto quedará de esto en 40 años. El tiempo lo dirá.
Noticias: El fotógrafo británico Mick Rock afirmaba que sentía que los posicionaba a los rockeros como si fuesen “dioses”, ¿Sentías lo mismo con los músicos legendarios que fotografiaste en los 80?
Cherniavsky: El único dios es Charly Garcia y Carlos Gardel. Quizás lo pensaba que eran mis ídolos, en los 80. Hoy es la música que escucho. Si pienso que Charly García es el jefe, que produjo los discos más icónicos del rock argentino de los 80 y que fue un genio. Pero con la edad esto de la idolatría se va cayendo un poco. No por nada en especial, sino que uno va creciendo, y ahora la única que idolatro es a mi hija.
Noticias: En el documental pasaste de ser la que sostiene el lente a ser la enfocada ¿Cómo te sentiste?
Cherniavsky: Un poco el título “Expuesta”, lo creí en relación con eso, a que me sentía muy expuesta y con relación a la fotografía. Es un largometraje documental donde soy protagonista junto con las obras fotográficas. La música la hizo Hilda Lizarazu, que está en su nuevo disco. Pero me sentí muy protegida por el director Eduardo Raspo y el productor Luis Sartor. Fue un trabajo valioso, no solo por las fotografías, sino por la historia muy atípica que fue la que me tocó vivir.
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