Por segunda vez, desde su regreso de Cuba, Florencia Kirchner dio una entrevista pública para hablar de su gran pasión, la literatura. El lugar elegido fue el programa de radio “Notas al Pie” (Radio Con Vos), conducido por el actor Gonzalo Heredia y la periodista Ana Correa, un espacio dedicado a los libros, en el que habitualmente se presentan textos y los escritores hablan de su trabajo. Días atrás, en la primera entrevista que dio en un medio argentino, había estado en radio Futurock con Julia Mengolini y Gabriela Borrelli.
Por teléfono, Florencia respondió todas las preguntas de los conductores sobre gustos literarios, libros preferidos e incluso, se refirió a su enfermedad y tratamiento en Cuba. Mucho de lo que dijo puede leerse en la cuenta de Instagram que la hija de los ex presidentes Néstor y Cristina Kirchner abrió al volver de Cuba, donde recomienda los textos que va leyendo, hace lecturas de poemas y analiza la obra de algunos autores. Convertida en influencer literaria, tiene más de 200.000 seguidores y las editoriales le mandan libros para que recomiende. La cuenta no está abierta a comentarios.
Anoche, después de la medianoche, Florencia contó algunas anécdotas curiosas. Por ejemplo, que en su casa no se leía literatura sino historia y que su abuela paterna fue la que la introdujo en el mundo de la ficción leyéndole textos como “Mujercitas” y “La Ilíada” para chicos. Por la épica de Homero, su hija lleva el hombre de Helena.
También relató que cuando murió su padre estaba leyendo “Recuerdos de la muerte” de Miguel Bonasso, un libro que él le recomendó y al que quiso que le prestara atención. Pero jamás pudo terminarlo, aunque lo intentó varias veces.
Habló también con tanta naturalidad como en su cuenta de Instagram de su enfermedad y su internación, pero sin dar detalles. “Depresión” fue el término que usaron conductores y entrevistada durante la charla, sin mayores definiciones.
Cuando le preguntaron por sus lecturas feministas, rescato a una de sus autoras favoritas, Virginia Woolf. Y declaró ser la única que leía a la poeta norteamericana Sylvia Plath, que se suicidó en 1963, dato que podría ser real para la gente de su generación, pero no para los lectores más cercanos a la vida de la poeta, que fue muy popular en los '70.
De hecho recomendó la lectura de “La campana de cristal”, una novela de Plath que hace muy poco tiempo se reeditó en la Argentina.
También confesó que uno de los temas que le interesan es el mandato de la maternidad, mandato que cuestiona al punto de no haber querido dar de mamar a su hija.
Cordial y amena, la charla no ahondo específicamente en temas personales, salvo en su relación con la literatura; una vía de entrada al mundo familiar de la figura menos pública de la familia Kircner.
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