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CULTURA | 02-07-2020 10:49

La investigación que inspiró la serie Chernóbil

Era un investigador amateur pero se transformó uno de los hombres que más sabe sobre el accidente nuclear. Andrew Leatherbarrow, asesor del creador de la serie de HBO, dialogó con NOTICIAS.

Por la enorme influencia cultural que han tenido en los últimos años, las series que vemos en canales de televisión y servicios de streaming han traído al centro de la escena toda clase de temas y debates. Algunas producciones, incluso, han desenterrado del olvido sucesos políticos o criminales no resueltos o cuya investigación desapareció por completo de la memoria del público. Muchas de estas series, con formato documental o ficcionalizadas, se realizaron sobre la base de libros que resumen los pasos de la investigación o el estado de la cuestión hasta el presente (ver recuadro).

Este es el caso de Chernóbil (o Chernobyl, como también suele escribirse), la miniserie que HBO estrenó en 2019, creación de Craig Mazin, sobre la tragedia en la central nuclear soviética sucedida el 26 de abril de 1986. La historia, terrible y apasionante, tuvo tal éxito que el público se volcó a leer toda clase de material sobre el tema. También inauguró una nueva era del llamado “tanatoturismo” (turismo de la muerte) porque muchos fanáticos acudieron en masa a visitar la radiactiva ciudad de Pripyat, cercana a la central nuclear.

Uno de los textos que más influyó en la investigación previa realizada por Mazin fue “Voces de Chernóbil”, el gran testimonio coral de las víctimas de la tragedia escrito por la premio Nobel Svetlana Aleksiévich.

Pero un escritor escocés, amateur, que con toda humildad subía sus investigaciones a la red social Reddit, se transformó en consultor de Mazin mientras se escribía el guión de la serie. Su nombre es Andrew Leatherbarrow, diseñador gráfico de profesión y autor de “Chernóbil 01:23:40. La verdadera historia del desastre nuclear que conmocionó al mundo”, el libro sobre la catástrofe que acaba de publicarse en la Argentina.

En el texto, fruto de una investigación de años, Leatherbarrow se propone explicar qué sucedió realmente en la central nuclear, teniendo en cuenta que las autoridades soviéticas impusieron un férreo cepo a la comunicación del accidente. El resultado es un libro apasionante, mezcla de crónica personal e informe periodístico, que destierra mitos y pone en perspectiva lo que sucedió hace más de 30 años en el corazón de Ucrania.

La investigación. “Tratar de determinar qué era verdadero y qué no, fue lo más difícil del trabajo. La historia había sido contada muchas veces, de diferentes maneras y una versión se superponía a la otra; y todas tenían errores”, explica a NOTICIAS Andrew Leatherbarrow, desde Escocia, a propósito de la escritura de su libro. El detalle de que fuera un investigador amateur no es menor, porque las mejores versiones de la historia habían sido relatadas por especialistas, por lo cual eran incomprensibles para el gran público. Justamente, una parte fundamental de su trabajo fue traducir al lenguaje de todos los días, los testimonios de las personas que habían tenido participación en el accidente.

Antes de entrar de lleno en el relato del evento, el escritor describe, además, todos los desperfectos que sufrieron en el mundo otros reactores nucleares y demuestra que el intento de ocultamiento de las autoridades no fue una actitud exclusiva de la Unión Soviética. También destierra el mito, con números concretos, de que la energía nuclear sea la más nociva para la humanidad: la proporción de muertes producidas como consecuencia de otras fuentes de energía (petróleo, biocombustible, centrales hidroeléctricas) es por lo menos 30 veces mayor.

Cuando se le pregunta si el principal error en Chernóbil fue ético o tecnológico, contesta: “En ciencia experimental siempre puede haber fallas, pero los científicos tienen la obligación de corregirlas cuando las descubren. Eso no sucedió en Chernóbil, donde las fallas del diseño no se corrigieron y a la larga provocaron el accidente. Se eligió un diseño defectuoso por sobre uno similar al que se usaba en los reactores de los países de Occidente, porque era más barato, pero con la consciencia de que podía ser menos seguro. Y esa decisión fue ética”.

El principal problema que generó, de cara al futuro, la gran falla de Chernóbil, fue ambiental y sanitario. El área cercana a la central, por ejemplo, se volvió inhabitable. Aunque ese peligro se redujo notablemente cuando en 2016 se instaló una cubierta sobre el famoso reactor 4, de 36.000 toneladas de peso, que selló la fuente de radiación. “Un número indeterminado de gente todavía sufre los efectos en su salud del accidente, sobre todo cáncer, particularmente la gente que hizo y hace tareas de limpieza en el lugar. La serie televisiva puso luz sobre el problema y el gobierno de Ucrania ha mejorado los salarios de los trabajadores. El accidente también frenó el crecimiento de la energía nuclear en el mundo”, explica Leatherbarrow.

Éxito. No sorprendió al escritor el gran éxito de la serie por que cree que es una historia que siempre le interesó a la gente. Ciertos elementos cercanos a la ciencia ficción sumados al heroísmo de los protagonistas pueden ser algunas de las características que volvieron irresistible el relato. “Sí me sorprendió el éxito de mi propio libro, que escribí en mi tiempo libre como un hobby, para ayudar a la gente a entender lo que había sucedido en Chernóbil. Nunca esperé vender mas de 50 copias”, dice Leatherbarrow.

Craig Mazin, productor de la serie de HBO, se contactó con él para entender detalles del funcionamiento del reactor y siguió llamándolo para charlar sobre el tema. Una vez comenzada la filmación invitó al escritor a Lituania a presenciar las escenas que transcurren en la sala de control.

¿Los mayores errores de la serie? “Correr en el tiempo algunos eventos para que entren en la estructura de los episodios. El accidente con el helicóptero sucedió después y no fue a causa de la radiación. Pero excepto el personaje de Ulana Khomyuk (interpretado por Emily Watson) casi todo lo que se ve sucedió de algún modo en la vida real”.

¿Cuál es la próxima investigación de Leatherbarrow? “Estoy terminando un nuevo libro, sobre el ascenso y la caída de la energía nuclear en Japón. Incluye el relato del accidente de 2011 de Fukushima. Hay mucho material sobre este evento pero ninguno lo contrasta con la historia de la industria en su totalidad. Para mí eso fue lo fascinante”.

Ojalá esta investigación también llegue a la televisión y sirva para concientizar al mundo sobre otras catástrofes que pueden prevenirse.

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Adriana Lorusso

Adriana Lorusso

Editora de Cultura y columnista de Radio Perfil.

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