La presentación en vivo del mítico disco de Luis Alberto Spinetta, “Artaud”, que por cuestiones contractuales figuraba con el nombre de Pescado Rabioso, nunca fue editada. Hoy, gracias al aporte de un fan del “Flaco” que grabó el concierto histórico y a la masterización del reconocido técnico Mariano López, ve la luz y se edita en todos las plataformas digitales.
La imagen es una foto congelada en el tiempo: un recital de rock, en 1973, un domingo a las once de la mañana. La entrada del teatro Astral colmada de gente, en un horario insólito que hoy sería el propio de un templo evangélico. Los Falcons, la troupe policial, tal vez algún carro de asalto monitoreando a los “hippies” en la calle Corrientes que iban a escuchar al Flaco Spinetta.
Los recitales se publicitaban con “volantes”, un pequeño espacio para la creatividad principalmente de dibujantes. En este caso, era el mismo músico quien lo había diseñado con un dibujo propio. Además en la entrada se distribuía un manifiesto virulento que él había escrito: “Rock música dura, la suicidada por la sociedad”, parafraseando a Antonin Artaud, el escritor a quien homenajeaba con su nuevo disco que llevaba el nombre del autor de “Van Gogh, el suicidado por la sociedad”.
Después de integrar Almendra y Pescado Rabioso, Luis Alberto Spinetta presentaba “Artaud”. Como quien inicia un nuevo camino musical a partir del despojamiento y el regreso a sus raíces compositivas, el músico se acompañó solo con su guitarra acústica.
Ante una audiencia expectante subió al escenario con unos guantes de cocina que al sacárselos despidieron una nube de talco. Un acto surrealista a su medida que hubiera deleitado al mismísimo Artaud. “Tenemos que hablar”, dijo manteniendo un diálogo con el público, a veces caótico, otras revelador de su necesidad de explicar sus nuevas búsquedas.
El Flaco cantó canciones de Almendra, de Pescado Rabioso y algunas que grabaría en otros formatos muchos años después como la zamba “Barro tal vez” y “Nena tu cabeza va a estallar”; también el tema compuesto con David Lebón, “Ella flota en mí” (inédito hasta la edición de este disco). Y estrenaría cuatro temas de “Artaud”, incluyendo “Cantata de puentes amarillos”.
Tenía 23 años y su caudal creativo desbordaba. Su voz y su guitarra alcanzaban para expresar un mundo de características únicas en la música popular.
El Flaco Spinetta estaba destinado a tendernos más puentes amarillos para cruzar a su bosque musical y poético. El luminoso bosque por el que hoy, casi medio siglo después, seguimos maravillándonos.
Juan Carlos Diez es autor de “Martropía, conversaciones con Spinetta” (Aguilar).
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por Juan Carlos Diez
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