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CULTURA | 24-09-2023 08:39

Las memorias de un sobreviviente de la dictadura

Marco Bechis es el director de “Garage Olimpo” y acaba de publicar el testimonio de su propio cautiverio. Biografía del dolor y la vergüenza de sobrevivir.

Marco Bechis (67) dirigió una de las películas más emblemáticas que se realizaron sobre la dictadura militar. “Garage Olimpo”, estrenada en 1999, estuvo inspirada en su propia experiencia como cautivo en un centro de detención, hoy borrado de la faz de la tierra, el Club Atlético.

En 1977, Bechis fue capturado por el ejército y encerrado en una celda durante 15 días. Con los ojos tapados, encadenado y casi sin comer, soportó -como todos los detenidos en el lugar- largos interrogatorios entre sesiones de tortura, donde sus verdugos intentaban averiguar el paradero de conocidos vinculados a grupos guerrilleros.

Marco Bechis

Hijo de un alto ejecutivo italiano de la Fiat; Marco nació en Chile, pero vivió una parte importante de su vida en la Argentina, debido a que su padre estuvo destinado en Buenos Aires durante su infancia. Fueron justamente los contactos con el mundo empresarial local de su familia los que salvaron la vida del cineasta. Específicamente, Billy Reynal, dueño de la compañía aérea Austral, fue quien intercedió ante el general Suárez Mason, para liberar a Marco. Éste pasó de la clandestinidad a una prisión legal, durante unos meses (Devoto primero, la U9 de La Plata, después) y de allí, salió directo a Ezeiza, con la prohibición expresa de volver al país.

Pero la dictadura terminó y Bechis regresó mil veces para filmar sus películas y sostener los vínculos que siempre lo ligaron a la Argentina. Su último regreso, hace pocos días, tuvo como objetivo presentar las memorias que escribió a lo largo de 10 años, para terminar de encajar los puntos sueltos de un herida que no cierra: la de ser un sobreviviente que dejó atrás a miles de compañeros que no pudieron escapar de la muerte. El libro que relata su biografía se llama “La soledad del subversivo” (Adriana Hidalgo/A.hache) y abarca su vida desde la infancia hasta el enfrentamiento con sus captores, en 2010, en el juicio en el que da su testimonio. “Si yo estoy aquí hablando quiere decir que todos los demás están muertos”, dice en las páginas finales del texto, donde repite el detalle de su pena interminable: la culpa y la vergüenza pero también la conciencia de ser una víctima, como tantas otras, a quienes sus verdugos ni siquiera le han concedido el beneficio de una confesión.

La soledad del subversivo

En Buenos Aires, Bechis mantuvo con NOTICIAS una charla cálida y profunda, en la que habló de su historia, del cine y de cómo llevar a la pantalla el horror del pasado.

NOTICIAS: ¿Cómo marcaron sus experiencias durante la dictadura su vida posterior?

Marco Bechis: Hubo varios traumas en mi vida. El primero fue la muerte de mi hermano menor, durante mi infancia. Luego la catástrofe que me sucedió a los 20 años y que fue definitiva. A partir de ese momento yo vivo la vida de un sobreviviente, que siente vergüenza por estar vivo mientras sus compañeros no lo están. Alguien a quien le pasa algo así, tiene que reescribir su biografía. Un hecho como este te obliga a rever toda tu vida. Y esa es un poco la materia del libro.

Club Atlético

NOTICIAS: En ese momento mucha gente joven estaba en riesgo. Una generación que quería cambiar el mundo y que termina chocando contra un poder devastador.

Bechis: Si yo no hubiera vuelto a vivir solo acá, en 1975, cuando mi familia vivía ya en Italia, si no hubiera tenido una fuerte necesidad de identificarme con un movimiento planetario que buscaba vivir de otra manera, no me hubiera pasado lo que me sucedió. Aunque me parecía que la militancia, tal como se daba en esos años, iba a llevar a la derrota. Es imposible pensar que un grupo de jóvenes puedan conquistar un Estado, destruyendo un ejército armado por los americanos. Sucedió en Cuba, por una serie de coincidencias, y eso creó una ilusión. Pero yo quería ser maestro de primaria, dedicarme a dejar libre la cabeza de los niños.

NOTICIAS: ¿La juventud de esa época tenía mayor interés en cambiar el mundo que la actual?

Bechis: En aquel entonces parecía que el mundo se podía cambiar. Hoy se está autodestruyendo. Esto es un hecho, a menos que los jóvenes combatan para cambiar completamente la forma de vida en el planeta. Creo que la percepción de lo grave que es la situación es idéntica. Pero son diferentes las formas de reaccionar. Hoy hay nuevos enemigos. Cuando pasó lo de Chile en el '73, yo estaba en Italia e íbamos a todas las organizaciones para apoyar la lucha contra Pinochet. Teníamos otra idea del mundo, otro mapa. Hoy cada joven está en el centro del mapa, con Google Earth. No se mira más el mapa completo. Es un poco una metáfora de cómo hoy un joven se relaciona con el mundo. Sin embargo, ellos tienen también sentimientos de rabia. Tengo un hijo que no quiere entrar en el sistema. Tiene 38 años, hace trabajitos, se las arregla, es medio hippie, es profesor de yoga, licenciado en filosofía y sonidista, pero nunca trabajaría en una editorial con un horario fijo. Lo dice: “yo, en este mundo, voy a hacer lo mínimo posible”.

Garage Olimpo

NOTICIAS: “Garage Olimpo” es una película muy importante para los argentinos, tal vez la mejor que se hizo sobre la dictadura.

Bechis: Reconozco que tiene una persistencia que no depende de mí, va más allá de mis manos. En Italia es un clásico. En Francia también. La hice como si fuera una autobiografía, aunque el personaje es femenino y no tiene la misma historia que yo. Pero refleja la misma situación en la que estuve. El lugar está reconstruido como el Club Atlético. Yo necesitaba distancia para hacer esta película. Escribí el guión con una guionista italiana, en Milán. Se filmó como un documental. Y utilicé un método. Por ejemplo, los actores eran 10 o 12. Les dije: “no les voy a dar guión, tienen que prepararse durante un mes y medio haciendo lo que este señor les diga”. Ese señor era un ex guerrillero que había sido marino de la ESMA. El tipo era el encargado de prepararlos militarmente. Tenían que saber entrar a una casa, usar un arma, marchar. Y por un mes y medio hicieron eso sin saber cuál era el personaje de cada uno. Yo tampoco lo tenía definido. Cuando filmé el secuestro de la protagonista, ellos decidieron dónde se ubicaban en la escena. Eso le dio un lenguaje innovador a la película.

Alambrado de Marco Bechis

NOTICIAS: El cine argentino ha vuelto muy poco sobre ese pasado a lo largo de los años.

Bechis: Las dos primeros films sobre la dictadura son “La historia oficial” y “La noche de los lápices”, hechas en 1985, cuando la industria del cine estaba en manos de la gente que tenía medios, como Héctor Olivera y Luis Puenzo. A mí no me gustan ninguna de las dos. Por eso hice “Garage Olimpo”.

NOTICIAS: ¿Y le gustó “Argentina, 1985”?

Bechis: No es una película para los argentinos, es para Prime Video. Porque el tema es cómo contar el horror. Es el problema que yo me planteé. En “Argentina, 1985” comprimieron el horror en el cuento de dos o tres testigos, con una primera parte chistosa, donde el hijo de Strassera es un detective o con el jueguito del casting de los colaboradores. Strassera es el héroe, aparece como el único vencedor de esa historia. La estructura es completamente americana para evitar contar el horror. Santiago Mitre había hecho una película que me pareció brillante, “El estudiante”, así que no tengo nada contra él. Pero acá no existe el director. A mí no me interesa la objetividad. Para eso miro “El Juicio” de Ulises de la Orden, basada solo en material de archivo. Y cuando lo veo a Ricardo Darín haciendo de Strassera, es como si estuviera cansado de hacer sí mismo.

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Adriana Lorusso

Adriana Lorusso

Editora de Cultura y columnista de Radio Perfil.

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