Fundado el 5 de febrero de 1947 en la ciudad de Talcahuano, Chile, Huachipato FC, que acaba de caer ante Racing por la Copa Sudamericana por un estrepitoso 6 a 1 (con un global de 8 a 1 entre la ida y la vuelta) es un club de fútbol con una rica historia en el deporte trasandino.
Inicialmente vinculado a la empresa siderúrgica Huachipato, el club se estableció como un importante actor del fútbol chileno: en sus primeros años se destacó por su solidez y competitividad en la Primera División del país vecino. Durante las décadas de 1970 y 1980, el club vivió momentos de éxito, incluyendo la obtención del campeonato de la Primera División en 1974 (pasarían dos décadas hasta que repitiese en 1996).
Sin embargo, en los años posteriores, Huachipato comenzó a enfrentar dificultades. Las fluctuaciones en su rendimiento y la falta de estabilidad financiera y administrativa comenzaron a afectar negativamente su posición en el fútbol chileno. Estos desafíos incluyeron problemas económicos y cambios en la estructura de la administración del club, lo que llevó a una serie de altibajos en sus actuaciones.
Hace 12 años, en un esfuerzo por estabilizarse y mejorar su situación financiera y administrativa, Huachipato FC decidió transformarse en una Sociedad Anónima Deportiva (SAD). Esta transición, marcó un cambio significativo en la estructura del club. La conversión a una SAD implicó la privatización del club, permitiendo que se convirtiera en una entidad empresarial en lugar de un club deportivo tradicional.
Ese viraje permitió a Huachipato atraer inversores y mejorar su estadio, algo que no se cumplió: siguen de prestado en una cancha en Talcahuano. La privatización también ofreció la posibilidad de contar con un mayor presupuesto para fichajes, con la esperanza de recuperar el nivel de competitividad que el club había mostrado en el pasado.
Desde entonces, el club ha logrado alcanzar instancias importantes en torneos nacionales e internacionales, pero también ha enfrentado dificultades que han impactado su rendimiento en la cancha: salió campeón en diciembre y al día siguiente los dueños lo pusieron a la venta para cashear su inversión. Según La Tercera, los dirigentes tiene planeado que la venta sea a cambio de unos 6 millones de dólares. Un precio similar al que se vendió el Audax Italiano, que fue comprado en el 2022 por empresarios mexicanos y argentinos.
La evolución de Huachipato FC desde sus orígenes hasta su transformación en una Sociedad Anónima Deportiva ilustra un viaje de adaptación y cambio en el fútbol chileno. Como sucede en otras ligas de Latinoamérica. Así también el ejemplo del fútbol mexicano, donde desde la privatización de clubes, los problemas de gestión en la liga han sido temas recurrentes.
En México, los clubes de fútbol operan también bajo el modelo de Sociedad Anónima de Capital Variable (SACV). Esto significa que son entidades legales y empresariales con fines de lucro. Están dirigidos por una junta directiva o un consejo de administración compuesto por los propietarios y sus representantes. Y estos directivos tienen el poder de tomar decisiones clave sobre el equipo, incluyendo contrataciones, presupuesto, y estrategias deportivas.
Cierto que a privatización permite a los clubes atraer inversiones y recursos adicionales, pero no siempre garantiza estabilidad financiera. Algunos clubes privatizados enfrentan problemas económicos, deudas acumuladas, mala administración, y dificultades para cumplir con las obligaciones salariales. Y los propietarios privados a menudo buscan resultados rápidos para asegurar el retorno de su inversión. Con el predominio del marketing. Y en el caso mexicano, se suman los problemas derivados de la falta de transparencia en la gestión.
La liga mexicana, a través de la Federación Mexicana de Fútbol (FMF) y la Liga MX, ha enfrentado dificultades para imponer una regulación efectiva y supervisar adecuadamente a los clubes privatizados. “La discusión de las SAD debe ser profunda y no puede dejar de lado todo lo bueno que se ha hecho en materia de infraestructura deportiva en el país a través de los clubes, aunque hoy existan áreas que puedan ser deficitarias”, marca Martín Noya, Director General Creativo de Estudio Libra, empresa dedicada a la publicidad y el marketing deportivo en Latinoamérica, que conoce bien e caso del fútbol mexicano, así como el local.
“En Argentina los clubes tienen una función muy diferente a la que se da en otras partes del mundo. En México, por ejemplo, no existe que las franquicias de fútbol cuenten con socios que pagan todos los meses una cuota para practicar handball, natación o que tengan un colegio propio. Y muchas veces se ha querido replicar nuestro formato allá, porque genera ingresos genuinos y una comunidad súper fidelizada para el ecosistema donde se mueven el Club y sus socios”, apunta Noya.
“Si se tiene en cuenta que la industria deportiva, no es solo fútbol y que la base actual que ya tienen los clubes acá, puede diversificar aún más el negocio a futuro de los inversionistas, creo puede salir algo bueno de todo esto”, se entusiasma, marcando que la privatización no puede llevarse puesta la estructura del club para que sea todo fútbol: “Además los jugadores, que son jóvenes, se nutren del resto de los deportes que se practican en el Club. Y por eso también los resultados que se dan a la hora de la formación de jugadores profesionales”, concluye.
por R.N.
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