**** Hay un poco de “Kill Bill”, hay un poco (bastante) de “Los Infiltrados”, algo de esa belleza surcoreana “La villana” (está en plataformas, vale mucho la pena), esta serie es la historia de una chica cuyo padre es asesinado.
Averigua que el asesino es un policía. Se une a la mafia y entra como infiltrada entre los agentes del orden para encontrar al asesino. En esa dualidad y en las relaciones que establece con los demás juega el suspenso de la serie, que tiene extraordinarias secuencias de acción impensadas de este lado del Pacífico.
Hay algo más que sostiene todo el conjunto: la idea de los límites éticos y morales que conforman, en este caso, una barrera difusa que la protagonista debe decidir cruzar o no todo el tiempo, poniendo en riesgo su propia vida y, más aún, su propósito. Un entretenimiento que vibra cuando se apaga el último episodio.
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