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ECONOMíA | 26-11-2021 02:17

Adiós a los pasajes en cuotas

El Banco Central emitió dispuso que a partir de hoy no se podrán vender pasajes y servicios turísticos al exterior a través del sistema de cuotas. Un cepo más.

Si había alguna ilusión de retomar la normalidad en el sector turístico, la realidad le dio otro cachetazo con la norma del Banco Central que prohibió a partir de hoy, la venta en cuotas a través de tarjetas de crédito de pasajes al exterior. No se trata de otro plan de articulación de políticas proactivas de aliento al turismo local, como los subsidios al denominado “pre viaje” que fue un bálsamo para una industria acosada por las cuarentenas, la restricción de la circulación y las barreras sanitarias que montaron varias provincias. Ahora la cuestión pasa por otro lado y es hasta contradictoria con la mentada promoción de la industria sin chimeneas local. La verdad es otra y a nadie sorprende: se acabaron los pocos dólares con que se contaba para financiar un gasto que en sectores del Gobierno consideran superfluo.

La resolución, la comunicación A 7407, fechada el día 25 de noviembre, se refiere al “financiamiento en cuotas de compras efectuadas a través de tarjetas de crédito de pasajes hacia otros países y de servicios turísticos en el exterior” y seguramente inaugura un proceso de reformulación del sector. Sugestivamente se anticipa en pocas horas al marketineado Black Friday, en el que el sector turismo, a días de iniciarse la temporada alta, concentraba la mayor expectativa.

Recordemos que el dólar que le tocaba al sector turismo (casi hay una divisa para cada actividad que importa o exporta) era el tipo de cambio oficial (negociado en el irónicamente llamado “mercado único y libre de cambios”) al que se le aplicaban dos impuestos directos: el “PAIS” y el adicional de anticipo de Ganancias, a cuenta de lo que se abonará en el año siguiente. También hay otros impuestos con destino fijado, como el dirigido al turismo (7% del total) que hace que el tipo de cambio aplicado no sea el de $105 del Banco Nación, por ejemplo, sino $184 antes de cobrarse otras gabelas adicionales.

El Gobierno se esmeró en aclarar que las reservas pasaban los US$ 40.000 millones y con eso bastaba para poner un freno a la especulación. Desde que la expansión del gasto se puso en marcha para torcer el destino anticipado por las encuestas, el dólar libre (el marginal o “ilegal”, como le gusta aclarar al vocero de turno) sólo se mantuvo a raya gracias a las operaciones en el mercado de bonos que el BCRA dispuso para ponerle un techo a las expectativas. Pero le costó un drenaje permanente de dólares de sus reservas hasta llegaba a menos de US$ 5.000 millones para las elecciones, según calcula el economista Gabriel Rubinstein, director de GRA Consultores. Con los compromisos que hay de pagos luego de recibir el regalo de las DEGs y seguir atajando algún penal en el mercado cambiario, es probable que a fin de año la cuenta de reservas líquidas esté en cero. Rubinstein calcula que cualquier entendimiento con el Fondo Monetario Internacional al que se llegue en las próximas semanas apuntará a llevar el nivel de reservas a más de US$ 25.000 millones. Es difícil que se consiga manteniendo caprichosamente el tipo de cambio en un nivel tan deprimido que ni siquiera una escala impositiva total de casi 75% logra frenar la demanda a estos precios, tanto para la industria como por el consumidor, para financiar un servicio.

Seguramente, el verdadero “dólar turístico” surgirá de aplicar el encarecimiento financiero a la compra de un pasaje, que tradicionalmente se hacía en 6 o 12 cuotas. Lo que el regulador no se animó a hacer con buena gestión el mercado lo fijará en un nuevo valor de equilibrio de facto. Hoy los pasajes, ¿y luego qué?

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Tristán Rodríguez Loredo

Tristán Rodríguez Loredo

Editor de Economía.

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