¿Qué dicen los economistas a los que escuchan los hombres de negocios sobre la desconfianza que se refleja en un dólar inestable? Daniel Artana, economista jefe de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL) y fugaz secretario de Hacienda del gobierno de Fernando de la Rúa, coincide en atribuir la demanda de dólares a “una crisis de confianza”. “A pesar de una renegociación de la deuda muy exitosa, la gente desconfía de la capacidad o la voluntad del remitir la emisión de pesos. Ahora el Gobierno apunta a que la suba de la soja pueda cuadrarle el círculo, pero comete errores de diagnóstico y de instrumentos. Los controles te hacen más difícil la inversión y la exportación. Creen poco en los incentivos y mucho en la restricción cuantitativa. Hay una visión de que esto se soluciona con gasto financiado con emisión. Nadie les cree que van a reducir el déficit en año electoral. Quieren bajar el gasto previsional, pero anuncian una moratoria. Guzmán dice que van a subir las tarifas, pero el Enargas (Ente Nacional Regulador del Gas, que conduce el kirchnerista Federico Bernal) dice que hay que bajarlas. La coalición política no resuelve a dónde quiere ir”, dispara Artana.
Daniel Marx, socio de la consultora Quantum Finanzas, comenta que “hay una sensación de que hay muchos pesos” y debe disiparse con una “estrategia general y comprensiva que dé tranquilidad y seguridad”. “Es cada vez más difícil recuperar la confianza. Hay que ver cómo se incorpora el plan de estabilidad”, concluye el ex secretario de Finanzas de De la Rúa.
Ricardo Delgado fue subsecretario de Coordinación de Obras Públicas de Macri, pero recuerda que con ese gobierno “pro mercado, con discurso de equilibrio fiscal y manual del buen hacer se fueron 83.000 millones de dólares”. “La dolarización no es nueva, pero ahora se desconfía de la capacidad del Gobierno de bajar la inflación, aunque esta está siendo menor a la esperada. Al revés que con Macri. Hasta el supercepo, el Gobierno venía dando buenas señales con la deuda, prometiendo bajar el déficit a la mitad en 2021, iniciando negociaciones con el Fondo con una carta súper ortodoxa. Pero los mercados no le creen al Gobierno y hubo señales como Vicentin o el impuesto a los ricos que reforzaron prejuicios. Y entonces el Central reaccionó con un desaguisado. Acá hay que incentivar la oferta de dólares bajando las retenciones hasta fin de año, blanqueando dólares para la construcción, a la vez que se mejoran las colocaciones en pesos subiendo la tasa de interés y los encajes y se interviene en el mercado paralelo vendiendo bonos”, propone el socio de la consultora Analytica.
“En los 70, 80, 90 y 2000, los argentinos fueron aprendiendo que la única reserva de valor es el dólar”, recuerda Enrique Dentice, profesor de la Universidad de San Martín. “Alberto es una circunstancia. Los argentinos no creen en la clase dirigente. Un día dicen una cosa y al otro día, otra. La gente compra dólares cuando suben y también cuando bajan porque sabe que cuando bajan están tomando impulso”, evalúa Dentice.
En otra universidad, la del Salvador, el profesor Juan Miguel Massot advierte la “acumulación de incertidumbre”. “Al principio del gobierno, la confianza era acotada y se esperaban medidas para estabilizar la economía. Esas medidas no llegaron. Y vino el Covid, sus efectos económicos y la falta de horizonte de estabilización. Se nota una inflación inestable y, como la gente ya vivió situaciones semejantes, toma decisiones por asimilación y se dolariza, anticipa importaciones, paga deudas en dólares o hace puré (comprar dólares en el mercado oficial y venderlos en el blue) para comer. El Gobierno no da en la tecla y la gente piensa que no dará en la tecla. Falta plan, equipo económico, pero también hay más ruido por las tomas de tierras o la reforma judicial”, describe Massot. Sin embargo, considera que Fernández puede recuperar la confianza de la clase media e incluso del campo, si baja la inflación y adopta medidas a favor de la producción.
El economista jefe de uno de los principales bancos de la Argentina opina que las expectativas solo pueden revertirse con el cumplimiento de un acuerdo con el FMI o con el recambio de Guzmán y Pesce por economistas ortodoxos dotados de poder hasta por Cristina Kirchner. En cambio, un ex ministro de Economía rescata a Guzmán, pero recomienda que el Gobierno no solo cambie su enfoque económico heterodoxo “extremo” sino sobre todo abandone la lógica de grieta que fomenta la vicepresidenta y apueste a acuerdos políticos o sociales, que a su entender fueron las claves de los breves períodos de crecimiento y control de la inflación en los últimos 70 años de la Argentina. Cita como ejemplos el segundo gobierno de Juan Domingo Perón, el de Arturo Frondizi, el de Carlos Menem y el de Eduardo Duhalde. Veremos si Fernández puede poner en práctica la frase que soltó este 23 de septiembre en la Universidad Austral: “No conozco una forma de hacer política que no sea a través del diálogo”.
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