No es que descubrí tarde mi vocación, sino que me tomé tiempo en arrancar. Desde chica me desvelaba imaginando y dibujando posibles diseños para mi cuarto, y otros espacios de mi casa o de familiares. Nunca lo pensé como una profesión.
Cuando termine el colegio empecé medicina y estuve remando varios años. En el medio descubrí que era buena dibujando, cosa que siempre pensé que no. Después de un parcial de microbiología en el que reprobé por 1 punto del multiple choice, salí de la Facultad diciendo "me voy a estudiar decoración”.
Estudié Diseño de Interiores en la Escuela Argentina de Diseño. Al diseñar siempre me centro en las personas para quienes trabajo. No me ato a ninguna moda y no sigo tendencias.
Tomo de todas las herramientas y estilos lo que mejor represente al cliente y lo que el busque, siempre intentando aprovechar al máximo los espacios.
En el caso de estilo Pilar, donde no hay un cliente, tomé las energías como disparadores. La energía femenina y la energía masculina son diferentes. El Sol representando la energía masculina, la Luna representando la energía femenina, y aprovechando todos los materiales y herramientas que aportaban los sponsors, armé estos baños que me encantan.
Me apoyo mucho en el dibujo para pensar mis proyectos. Tanto perspectivas a mano como ahora el sketch up que nos ayuda tanto a mí para ajustar todos los detalles, como al cliente para poder ver previa y claramente de que se trata la propuesta.
Amo viajar, y siempre encuentro nuevas inspiraciones e ideas. Desde el vértigo de New York hasta los pueblitos medievales de Inglaterra. Miro todo con una incansable curiosidad.
Me gusta que los espacios cuenten una historia, que todo tenga un porque y una íntima relación con el resto. Suelo imaginar quien vive ahí, como es y lo que siente. Y eso intento en mis proyectos, contar una historia...de quien vive ahí, y lo que lo hace especial.
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