Las civilizaciones se van desarrollando, en base a la interacción que los habitantes que la conforman establecen entre sí. Cada sociedad tiene su particularidad, la cual, está marcada por el aporte individual de cada integrante. Un habitante es quien habita un determinado lugar, mientras que un ciudadano, es quien además participa activamente de las cuestiones cotidianas que marcan el rumbo de dicho sitio. Actualmente el mundo esta tan globalizado, que ya no solo somos ciudadanos del país que habitamos, sino que lo somos del mundo. Tenemos una responsabilidad directa sobre todo el planeta.
Es por esto, que como parte de nuestra responsabilidad ciudadana debemos interiorizarnos y cuestionarnos acerca de lo que acontece en el orbe, y como parte de esos cuestionamientos, debemos ser capaces de expresar nuestras opiniones, nuestras divergencias, las cuales debemos ir nutriendo con conocimiento y escucha activa.
El entendimiento de los problemas que atraviesan la sociedad y el mundo, nos ayuda a tener las herramientas para afrontar nuestros problemas cotidianos.
Por ejemplo, si evaluamos la realidad de África, llegaremos a la conclusión que sin importar la riqueza que un suelo puede ofrecer, si quienes la administran no están orientados hacia el bien común, la desigualdad se acrecienta produciendo un abismo que fagocita a todos por igual. Esta teoría es aplicable a nuestro país y siguiendo esta línea, el educar a las nuevas generaciones, para que el impacto que tiene en nuestro entorno inmediato lo que hacemos día a día, facilitaría le erradicación de la corrupción, así como las participación de la sociedad en las decisiones de los estados junto con el monitoreo constante de sus gobernantes, reduciría los actos de corrupción eficazmente.
Discutir sobre la economía es fundamental para el desarrollo de un país. No hace falta ser un economista para hacerlo. Todos “hacemos economía” en nuestras casas, en nuestros negocios y el estar informados para discernir lo que está bien de lo que no es parte de nuestro deber ciudadano. En este sentido, vuelvo a citar el concepto del Efecto Mariposa, donde se remarca la implicancia que nuestras acciones tienen en nuestro entorno, por más pequeñas que sean. Es también un deber ciudadano preocuparnos por los acontecimientos que afectan a otros pueblos. Lo que ocurre en Ucrania con la invasión de Rusia, es un claro ejemplo que nos estimula a tomar conciencia de la magnitud que estos acontecimientos tendrán en la historia de la humanidad, porque representa un retroceso de al menos sesenta años en nuestra evolución.
En nuestro país hay mucho que hacer. Basta con leer las noticias, para entender que existe una necesidad imperativa por cambiar nuestra realidad, tanto a nivel económico como social y medioambiental.
Debemos saldar la deuda interna con los sectores más carenciados. Hay que plantear un modelo de desarrollo económico basado en la explotación de recursos naturales de manera tal que no afecten el ecosistema, ya que, las consecuencias por no hacerlo se hicieron evidentes con los incendios en la provincia de Corrientes por citar solo un ejemplo.
Es importantísimo fomentar y apalancar la generación de tecnología que ayude a potenciar las posibilidades de crecimiento dentro de la región, y para hacer todo esto, es menester estar informados, de manera tal de poder cuestionar nuestras ideas y las de nuestros gobernantes, porque es gracias al cuestionamiento constante, que lograremos obtener soluciones certeras.
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por CEDOC
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