Desde 1988, la sangre del cordón umbilical se ha utilizado en más de 40.000 trasplantes como parte del tratamiento de más de 80 enfermedades, la gran mayoría enfermedades de la sangre como anemias, leucemias y linfomas. Desde entonces la medicina regenerativa ha avanzado enormemente en nuevas aplicaciones de células madre para diabetes tipo 1, accidentes cerebrovasculares, esclerosis múltiple, parálisis cerebral y Trastorno del Espectro Autista (TEA), por citar algunas líneas de investigación y ensayos.
“En la fundación de nuestra empresa que fue pionera en Argentina y América latina hace 18 años, las posibilidades de tratamiento de enfermedades con células madre estaban muy enfocadas a afecciones que aparecen, por lo general, en los primeros años de vida. Pero desde entonces se abrieron enormes oportunidades no sólo para el tratamiento de enfermedades sino para el abordaje de afecciones menores como una fractura ósea”, explica Iván Chillik, gerente general de MaterCell.
Sin embargo, la mayoría de la población argentina aún desconoce este potencial y, por tanto, no es consciente de la necesidad de preservar esta valiosa fuente. En la Argentina, la sangre del cordón umbilical se descarta como desecho médico en el 99% de los nacimientos que es el único momento en el que se puede guardar las células y por eso la importancia de recibir información a tiempo.
“En la actualidad, las principales investigaciones respecto de autismo y parálisis cerebral se están llevando a cabo en la Universidad de Duke, en Estados Unidos, donde ya han participado más de 1400 pacientes que han guardado sus células madre y luego las han utilizado. Lo que se sabe hasta el momento es que la aplicación de células madre en pacientes autistas es segura, el principal efecto adverso que ocurrió fue alergia leve por lo cual es una intervención donde sabemos que no vamos a hacer daño”, aporta Patricia Epstein, directora médica de MaterCell.
En el caso del diagnóstico de TEA, se revela una mejoría en el contacto visual y las habilidades sociales, y en el caso de parálisis cerebral se ha experimentado mejoras en el sistema inmunológico de los niños y niñas tratadas. La intervención en sí misma es la infusión de células madre por vía periférica (igual que una transfusión de sangre o suero), es ambulatoria (no quedan internados) y el proceso tarda un día.
MaterCell tiene casos de niños que tenían sus células guardadas en su laboratorio, que fueron tratados en la Universidad de Duke con resultados positivos. Asimismo, MaterCell lanzó MaterHood, una iniciativa que propone la vinculación y asesoramiento médico para acompañar a las familias que buscan acceder a tratamientos. La empresa cuenta con amplia experiencia en la logística del envío de muestras de células madre cuando el paciente es aceptado en protocolos o tratamientos médicos en cualquier lugar del mundo.
Las investigaciones y aplicaciones médicas en protocolos impactan en el potencial de la medicina regenerativa. Hace 18 años la tasa de uso era de 1 en 40.000, es decir, de cada 40.000 muestras guardadas, sólo una familia la usaría. Hoy, esa tasa se incrementó a 1 en 2.500. Y las estimaciones hablan de una tasa de uso de 1 en 70 para dentro de 10 años. Se pone así en evidencia la importancia de preservar las células madre para contar con ese recurso cuando se consolide el nuevo paradigma de la medicina.
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