Wednesday 4 de December, 2024

EMPRESAS Y PROTAGONISTAS | 10-04-2023 08:18

Sanar las heridas de la niñez

Porque es tan importante mirar a nuestro niño interior.

La niñez y adolescencia son periodos de desamparo y vulnerabilidad, que hemos vivido todos sin excepción. La cultura patriarcal que ha tendido en otros tiempos y aun lo hace, a maltratar y humillar las necesidades más básicas del ser humano en crecimiento. Esto se replica a través de los modelos familiares disfuncionales. Donde las necesidades psicológicas básicas de sostén, protección y nutrición amorosa son pasadas por alto.

Las personas a veces llegan al consultorio sin una clara conciencia de la necesidad genuina detrás de lo que le duele, a veces solo vienen a quejarse como niños y buscan solamente apoyo ambiental.

Eso ha hecho que mi pregunta se centre en la búsqueda inicial de unos por qué, que son necesarios. En el camino me encontré con la posibilidad luminosa y trascendente que da “el para qué”, de una conducta.

De esto se desprende la absoluta necesidad de superación de los patrones infantiles, esas líneas de acción que condicionan nuestro libre fluir, elecciones y modos de resolución de conflictos.

Son esos modelos (ideologías inconscientes, subconscientes, que nos arrastran a repetir modelos de comportamientos familiares).

Sanar las heridas de la niñez es ir más allá de los mandatos, sentir el vacío de suelo firme   y adentrarnos en el mundo de las elecciones personales y el deseo que motoriza cuando es propio.

Sanar las heridas de nuestro niño interior (mundo emocional) muchas veces se complejiza porque de niños hemos sido testigos mudos de las diferentes formas de violencia, que pueden ir desde los golpes, a los malos tratos verbales, las humillaciones por desmerecimiento, lo que deja una marca permanente, como vergüenza toxica, culpas, miedos y problemas en la comunicación cuando somos adultos. La violencia de haber sido puestos en posición de objetos de las luchas de poder nuestros padres, nos pueden llevar en la adultez, a ponernos en posición de objetos de nuestras parejas, o entornos laborales abusivos, ya que la semilla del sometimiento ha prendido en nuestra personalidades desde la ideología del dominio, pues desde la niñez hemos incorporado como Amor estos Vínculos cargados de sufrimiento y malos tratos, se naturalizo ese accionar, entonces la persona ya no se cuestiona, sufre en silencio como sufrió y callo en su niñez lo que presencio.

-¿Cómo sanamos las heridas pasadas?

Primero adentrándonos en la Aceptación de nuestra realidad, pidiendo ayuda profesional seria.

Restableciendo limites saludables, ejerciendo nuestros derechos, Valorando nuestra palabra y nuestra presencia. Reconociendo los hábitos negativos que hemos incorporado como consecuencia de una niñez y adolescencia huérfana de verdadero sostén.

Soltando viejos resentimientos que nos limitan y sabotean nuestras elecciones. Liberándonos de la vergüenza toxica que paraliza.

Por ultimo convirtiéndonos en aquel padre y o madre que necesitamos en aquel entonces. De esta manera retomamos el control amoroso de nuestras vidas. Los procesos grupales de sanación de niño interior son altamente recomendables para todo aquel que desee profundizar en su biografía.

Datos de contacto:

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por CEDOC

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