Wednesday 11 de December, 2024

EMPRESAS | 22-01-2023 00:08

Sector del software con competencia offshore

La industria tecnológica y su desafío de cómo contratar profesionales listos para trabajar remoto para cualquier otro país.

Por años, al turismo se lo denominó la “industria sin chimeneas” por la cantidad de puestos de trabajo e ingreso de divisas que generaba algo tan trivial. Su lugar es ocupado hoy, sin duda, por lo que se denomina la “economía del conocimiento”, cuyo crecimiento en Argentina multiplica el del promedio, pero además tiene una inserción particular en segmentos medios y con formación profesional de la población. Según datos de Argencon (la cámara que nuclea a las empresas del sector), el valor de las exportaciones durante el primer semestre de 2022 fue de US$7.261 millones, 23,5% más que el mismo período del año anterior.

Pero los desafíos a los que se enfrenta cualquier exportador en el país (presión impositiva, alta inflación, competencia desleal con otras empresas del mundo con mayor aliento estatal, por citar las más visibles) se agrega la de la peculiaridad del sistema cambiario argentino: que penaliza toda exportación “formal” y fomentó diversas iniciativas cuentapropistas con altísima rentabilidad privada, pero sin beneficio fiscal.

Software. Según un estudio de la consultora Claves Información Competitiva, sobre datos del INDEC y la Cámara de la Industria Argentina del Software (CESSI) las ventas sólo de ese nicho representaron US$4.200 millones durante 2022 y US$2.500 millones de exportaciones. Las empresas que participan de ese negocio son 5.465 en total (la gran mayoría Pymes o asociación de emprendedores) que emplean en forma directa a 135.000 personas. Su director, Nelson Pérez Alonso, explica que dicho sector hoy es una de las actividades que sostiene el consumo en Argentina “ya que muchos profesionales (se estima más de 7.500 personas) trabajan para empresas del exterior y cobran mediante criptomonedas, cuentas del exterior y otras alternativas, ingresos en dólares a valores de entre US$20 y US$40 por hora, o sea entre US$3.000 a US$8.000 mensuales, lo que permite vivir en Argentina con ingresos en dólares y gastos en pesos”.

Las perspectivas de la actividad para este año está al tope de las proyecciones de crecimiento y supera en 17% en valor y el 8% en volumen por restricciones de recursos. “La cifra de empresas y empleados directos podrían ser mucho mayor si se fomentara la actividad ya que hay más de 700 empresas registradas en Montevideo para facturar servicios de software off-shore que podrían facturarse y generar recursos e impuestos en Argentina”, ejemplifica el consultor.

Otro estudio reciente sobre este desafío del sector es el que realizó Adecco, una firma especializada en búsqueda y selección de perfiles IT, desde su División Technology, sobre la base del gran crecimiento de la mano de obra con formación: 18.541 nuevos puestos de trabajo entre 2019 y 2021. Los perfiles digitales hoy tienen un protagonismo importante. Según datos del CESSI, además del histórico déficit en el país de 5.000 puestos sin cubrir, esta cifra puede extenderse a 15.000 si se agrega, la demanda insatisfecha de posiciones IT (tecnología de la información) en otros sectores de la economía. Para Ignacio D'Aloisio, consultor de Empleos de la División Technology de Adecco Argentina, la escasez de talento en el sector IT es una realidad conocida dentro de las empresas. “Si bien desde Recursos Humanos nos encargamos de analizar cada situación e implementar nuevas técnicas con el fin de lograr una atractiva oferta y así atraer a estos profesionales, existen otras opciones sumamente efectivas que nos pueden ayudar a encontrar al perfil necesitado”, subraya. Apunta, especialmente, a la selección de estudiantes o recién graduados en las bolsas de empleo, institutos de formación y universidades, para luego formarlos internamente.

“Muchas veces se cree que los jóvenes con escasa o sin experiencia pueden significar un gasto de recursos por parte de la organización, pero en realidad es una inversión, dado que permite crear una buena imagen de la empresa a jóvenes con poco conocimiento del mundo laboral y nos permitirá formar a ese joven según las necesidades de la compañía”, agrega. Además de un salario acorde a las expectativas de un trabajo, sostiene que “hay que mejorar el ambiente de trabajo, crear retos y hacer a los trabajadores sentirse parte del proyecto y de la compañía; en distintos tipos de formación IT para compañías”. “Hay diferentes tipos de formación: colaborativa, online, bonificada o no, in house… todo dependerá de las posibilidades de la organización, como también de su buena planificación”, concluye.

Impositivo. La otra consideración de relevancia es la dimensión fiscal. El Gobierno promovió un régimen especial que al fin de cuentas intenta mitigar la competencia que las grandes empresas sufren por parte de los jóvenes tecnológicos que tienen la posibilidad real de ofrecer sus servicios al mundo embolsando dólares “financieros”.

Micaela Sánchez, Senior de Impuestos de Expansión Argentina detalla que las firmas inscriptas en dicho régimen pueden acceder a un bono de crédito fiscal del 70% de las contribuciones patronales abonadas respecto de los trabajadores afectados a la actividad promovida, el cual podrá ascender al 80% cuando se trate de nuevas incorporaciones de ciertas personas (mujeres, travestis, transexuales y transgénero, entre otros).

El bono de crédito podrá ser utilizado para la cancelación del IVA, Ganancias y otros impuestos nacionales (y sus anticipos), durante los 24 meses posteriores a su emisión.

“Como complemento del beneficio antes mencionado, ofrece una reducción de manera escalonada de la alícuota de Ganancias dependiendo del tamaño de la empresa, que oscila en un descuento entre el 20 y el 60%.Y, por último, se dispone que los beneficiarios del régimen que exporten servicios promovidos no sean pasibles de retenciones y percepciones en el IVA”, explica.

Todo ello podrá ser un bálsamo mientras no se simplifique la regulación cambiaria. Pero muestra que, en este campo, el Estado va detrás de lo que los innovadores tecnológicos aprenden en su trabajo diario.

 

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Tristán Rodríguez Loredo

Tristán Rodríguez Loredo

Editor de Economía.

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